Texas
Sinopsis de la película
La boda, en Louisiana, entre la coqueta Phoebe Ann Naylor (Rosemary Forsyth) y el duque español Andrea Baldasar, es interrumpida por la caballería y el duque, acusado de matar a un soldado, tendrá que emprender la huida. Asociado, luego, con el pistolero Sam Hollis (Dean Martin) y con Kronk (Joey Bishop), un indio Karankawa, Baldasar procurará resarcir su honor, y de paso, definir entre su amor por su antigua novia o por la bella india (Tina Aumont), con la que tanto ha luchado por salir avante.
Detalles de la película
- Titulo Original: Texas Across the River
- Año: 1966
- Duración: 101
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes descargarte una copia la película en formato 4K y HD. A continuación te mostramos un listado de fuentes de descarga disponibles:
Opinión de la crítica
Película
4.7
28 valoraciones en total
Alain Delon, actor galo de sobras conocido, interpreta en esta ocasión a un supuesto noble, Don Andrea de Baldasar, que encima es español. O eso dice. La cosa promete y entre castañuelas y besos en las mejillas, hay hasta alguna escena de toros, que no podía faltar. España estaba de moda por aquellos años 60, bueno en realidad antes también e incluso en los primeros años 70 también, seguramente, por la proyección que supo darle el gobierno franquista, y de esta forma nuestro país hace acto de presencia en un western muy atípico completamente desconocido, a pesar de un reparto muy decente que cuanta, además de con el galán francés, con Dean Martín y a unas atractivas Rosemary Forsyth y Tina Aumont, ésta me ha parecido más mona.
Claro que antes he dicho western muy atípico porque como quien no quiere la cosa se desliza por la comedia. En realidad, me suena más como parodia del oeste y en este sentido tiente algunas escenas con las que echarte unas carcajadas. Lo cierto es que me ha sorprendido por su simpatía y por sus enredos. Como nota negativa, me temo que Michael Gordon no ha sabido salir de forma creíble del lío romántico en el que se mete. Digamos que cierto personaje se olvida de buenas a primeras de su gran amor para cambiar de caballo de forma improvisada. En definitiva, una de las del oeste cuando este género empezaba ya a declinar, y que en realidad lo que hace es reinventarlo por un camino entre psicodélico, segunda mitad de los 60, aventurero y cómico. Aceptable.
O eso dicen. El francés Alain Delon hace de noble castellano en «Texas». Tirando para casa, sí señor.
Pues este noble, Baldasar, que al principio parece que ni es noble ni es na’, tendrá que huir del ejército estadounidense y llegar a Texas por motivos que no vienen al caso. Allí se topará, entre otros personajes, con el colono Sam Hollis interpretado por Dean Martin, que no canta, y vivirá diferentes aventuras, también románticas. Pero, ojo, que Baldasar es un caballero, y además español, así que su comportamiento será siempre intachable.
De hecho, el acierto de «Texas» es poner el acento en las diferencias del viejo continente y el nuevo, entre un Baldasar para quien el honor y el deber lo son todo y un Hollis que hace gala de un profundo americanismo liberal. Dos visiones que son carne de parodia, pero parodia respetuosa y divertida. Incluso los indios dan pie a una serie de chistes que son de los más graciosos.
Todo combinado con algunas gotas de amor, un tono bromista continuo que sienta bien y, por supuesto, con el plato de fuerte del sublime Alain Delon. Olé, torero.
Tres personajes bastante dispares: El pistolero gringo Sam Hollis, el duque español Andrea Baldasar y un indio karankawa llamado Kronk, terminarán haciendo equipo en Shreveport, (un pueblo situado entre Louisiana y Texas a lo largo del río Rojo), luego de que el compromiso matrimonial del particular duque con la sensual, Phoebe Ann Naylor, se interrumpa tras una gresca bastante peculiar, y él, acusado de matar a un soldado del ejército, tenga que huir. Lo que se aviene, desde entonces, es una comedia donde el wild wild west comienza a ser cosa del pasado, pues, aquí, la interrelación entre las más diversas culturas no se consigue a empellones… bueno, ¡quizás con alguna palmadita!, y ciertas diferencias tampoco se dirimen a balazos, pudiendo sentir -ellos y nosotros- que un cierto aroma a civilización comienza a respirarse por fin en el ambiente.
No por nada, TEXAS es un western realizado en 1966, cuando ya el género entraba en su más marcado declive… y bajo la batuta de Michael Gordon, uno de esos directores para quienes el respeto por la diferencia era sagrado, lo que vemos es una suerte de oeste luminoso donde, hasta el hombre blanco y noble, puede enamorarse de la india, sin que nadie ponga reparo en ello.
Sin duda, a la historia de Wells Root, Harold Greene y Ben Starr, le falta cierta solidez, pues, algunas anécdotas resultan bastante livianas, pero, en general, se la pasa muy gratamente con un cuento que logra arrancarnos unas buenas sonrisas y donde, cada personaje, tiene un particular encanto que nos reconcilia con la vida. Gordon se empeña en ofrecernos una grata lección de convivencia y, de hecho, sale uno bastante oxigenado con una historia tan benevolente y edificante.
La historia transcurre casi todo el tiempo en exteriores, en una ambientación que refleja el amplio espacio que existe para todos, y de paso, se exalta a la tierra, ese especial paraíso al que tantos se empeñan en convertir en un infierno. En esta ocasión, y como pocas veces ocurriese en el cine realizado hasta entonces, los indios resultan bastante simpáticos y se agradece que Gordon insista en romper con el mito de que los indios Karankawa eran caníbales, idea que difundieron los invasores europeos desde tiempos muy atrás, para poder justificar su saqueo, su aniquilamiento y el tráfico de esclavos. En el libro de Robert A. Ricklis, Los indios Karankawa de Texas , se puede profundizar sobre esto y sobre su difícil historia.
Dean Martin, Alain Delon, y especialmente, Joey Bishop (el popular comediante del show televisivo), resultan muy simpáticos en esta defensa del honor, la cual se convierte, especialmente, en una búsqueda de reparación social de tantos y tantos males que ha causado la discriminación y la prepotencia. Junto a ellos, Rosemary Forsyth y Tina Marquand (Aumont), serán la blanca y la india que demostrarán el carácter y la sensualidad que también poseían las mejores mujeres de la época.
Como, quizás, diría Kronk:
Atchata (Adiós) y que ustedes tener unas buenas kaitas (risas).
Título para Latinoamérica: TEXAS DE MIS AMORES