Mi nombre es Ninguno
Sinopsis de la película
Jack (Henry Fonda) es un mítico pistolero que, cansado de la fama, decide abandonar Estados Unidos y viajar a Europa para enterrar la leyenda que se había forjado. En Nueva Orleáns, conoce a un misterioso forastero apodado el Sin Nombre (Terence Hill), que decide acompañarle en su viaje.
Detalles de la película
- Titulo Original: Il mio nome è Nessuno
- Año: 1973
- Duración: 107
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes descargarte una copia la película en formato 4K y HD. A continuación te citamos un listado de opciones de descarga directa disponibles:
Opinión de la crítica
Película
6
71 valoraciones en total
La verdad es que leer los nombres de los dos coprotagonistas es como poco sorprendente y extraño. La combinación de Fonda, uno de los más grandes actores de la historia del cine, y Hill, un bufón con gracia, malo y bueno a la vez, parece en principio un despropósito. Es muy cierto que por momentos Mi nombre es Ninguno chirría y patina tanto que dan ganas de parar la película e ir a hacer otra cosa. Me encanta leer los comentarios de otros usuarios y todos coinciden (coincidimos) en que los momentos de humor están fuera de lugar y son tan lamentables como decir que parece que esté mal hecho a conciencia.
Las malas lenguas dicen que Leone le hizo la cama a la película metiendo ese humor tan lastimoso, y me parece una sugerencia acertada porque la película, si le pudiéramos quitar esa mancha intolerable, apunta muy alto. La ensoñación de la que está creada la atmósfera de la parte seria de la película con esa relación extraña entre un pistolero maduro y su extravagante admirador me parece muy atractiva. Acompañan canciones del siempre inspirado Morricone y elevan un lirismo que contrasta con las estúpidas notas de humor. Ya lo diré: hasta sabe mal que se estropeara algo que podría haber sido tan bueno.
Qué le vamos a hacer, se echó a perder un muy buen western, y si Leone lo estropeó a conciencia para que no superara sus títulos hizo una fantástica labor de destrozo. Yo pienso que es una lástima.
Sergio Leone llegó a odiar los westerns. Después de la Trilogía del dólar no le hicieron chantaje en Estados Unidos, o rodaba un western o nunca encontraría una productora que le financiase su gran proyecto: Érase una vez en América. Aceptó e hizo esa obra maestra que es Hasta que llegó su hora. Luego quiso centrarse en lo que quería, pero la cosa no iba a resultar tan fácil. Las películas de vaqueros le seguían persiguiendo. Primero fue el actor Rod Steiger que se negaba a actuar si no era Leone el que dirigía Agachate, maldito, acepto de nuevo y le salió una gran película.
Pero su aura de director de género le seguía persiguiendo. Y todo tiene un límite. Le volvió a ocurrir lo mismo con Mi nombre es ninguno con Henry Fonda y ese ¿actor? burlón tan de moda en la época como Terence Hill. Leone hizo lo posible para destrozarla y que le dejaran para siempre en paz.
La película es un despropósito, y se inserta en lo peor del llamado spaguetti-western comedia tan de moda en los setenta.
Terence Hill está insoportable y Henry fonda por momentos está sorprendido de que hace metido en ese fregado. No me extraña que nunca más volviera hacer una del oeste. Después de esta experiencia a cualquiera se le quitan las ganas.
A los que nos encanta el western Mi nombre es ninguno es una gran mancha que hay que olvidar, sobre todo si el gran Sergio Leone está de por medio.
Lo mejor sin lugar a dudas algún tema de Ennio Morricone, la fotografía de Armando Nannuzzi y de Giuseppe Ruzzolini, dos de los mejores profesionales italianos que trabajaron con los más grandes directores transalpinos.
Lo peor Terence Hill, un guión espantoso y la forma de dirigir de Tonino Valerii un director de tercera fila, que nunca hizo nada destacado. Y por supuesto esas escenas cómicas del todo prescindibles.
Por cierto, si alguno no lo sabe el uso de la cabalgata de las Walkirias de Wagner no la descubrió Coppola en su célebre Apocalypse Now, sino Morricone en Mi nombre es ninguno. Que no se nos olvide.
Las malas lenguas dicen que Sergio Leone, productor de esta cinta, rodó las escenas cómicas de Terence Hill. Os podreis imaginar en qué consiste una escena cómica con este actor. Y si bien a mí me gustan hasta cierto punto las películas de Trinidad y demás, dicha parte cómica desentona y mucho en esta peli, cuya historia y trama están muy por encima de la media de la calidad que ofrecían los spaguetti western.
No digo que la dosis de humor no sea necesaria, pero se podría haber hecho con un poco de estilo. Se dice que fue Leone por miedo a que se convirtiera en un Western que superara los suyos en calidad. Quizá sea desproporcionada esa afirmación, pero, sea quien sea el que le quiso meter ese tipo de humor absurdo , se cargó una película que podría haber sido una gran obra.
Aun así, es una película DIGNA DE VER.
Si han tenido la ocasión de ver alguna vez una película de Sergio Leone, verán que en Mi nombre es Ninguno (1973), el célebre director ha dejado su sello impregnado en esta producción ítalo-americana. En caso de que no haya visto nunca algo de Leone, aquí se lo encontrará como productor realizando un más que notable spaghetti western protagonizado por los famosos Terence Hill y Henry Fonda dando vida a Ninguno y Jack Beauregard respectivamente.
Una historia que empezará mostrándonos a Jack Beauregard (Henry Fonda), un justiciero que se ha forjado una leyenda en América y que ahora ha decidido que es hora de enterrar el pasado y la gloria para dirigirse a Europa y comenzar una nueva vida. Para ello, cogerá un barco que zarpará desde Nueva Orleans en 16 días. Lo que Jack no se espera es que en el largo camino que tendrá que realizar hasta llegar a la embarcación, se topará con un forajido cuyo nombre es Ninguno (Terence Hill) que no se despegará de él en ningún momento, metiéndolo en algún que otro lio.
Nos encontramos ante una película en que la seriedad de Henry Fonda choca claramente con la actitud despreocupada de Terence Hill. Que aunque a simple vista parecen no congeniar, el resultado final es todo lo contrario. Disfrutaremos del gran espectáculo que nos brinda ver al mejor Terence Hill encarnando a Ninguno, un risueño pistolero con extraño nombre y una asombrosa destreza con las armas y con los puños, será un tipo misterioso del que posee unos amplios conocimientos sobre la vida de Jack Beauregard pero que nunca sabremos cuáles son sus verdaderas intenciones. Mientras que Henry Fonda da vida a Jack Beauregard, un sobrio pistolero cansado de su renombre, se sentirá intrigado por este extraño personaje que se ha encontrado en su travesía, y del cual aceptará su compañía a regañadientes.
Una aventura no sería igual sin la indudable música que el maestro Ennio Morricone realiza, componiendo veintitrés temas diversos y pintorescos dotando a la película de más vitalidad y un cierto carácter cómico a la historia.
Cabe destacar que pese a ser un film dirigido por Tonino Valerii, es el propio Leone quien aporta la idea original y además trabaja como director no acreditado, lo cual se nota bastante si nos fijamos en que no hay mucha diferencia entre los Westerns realizados por Leone y esta película, en la que nos encontramos con unos personajes perfectamente dibujados, una ambientación y unos planos de cámaras reconocibles dentro de la cinematografía de Leone.
Así pues, Il Mio Nome è Nessuno deleitará al espectador con una historia atípica dentro del género western, donde los puñetazos se cruzaran con unos diálogos más hirientes que las balas. Una digna comedia para unos dignos actores.
Al parecer no sabían lo que tenían entre manos Tonino Valerii y Sergio Leone, pues contaron con un argumento muy bueno y unas interpretaciones notables a cargo del duro y justiciero Fonda, y el descarado sinvergüenza Terence Hill, que si se hubiesen centrado más en el argumento principal quizás llegaran a hacer lo que se dice una gran película.
Si bien es cierto que algunas escenas de Ninguno sobran, no es que no hagan gracia sino para darle un toque especial de verdadero spaghetti western, aunque después de la primera media hora se centra más en la ayuda de hacer pasar a la historia al justiciero Jack Beauregard (Henry Fonda), que con 68 años aún conservaba su talento.
Escenas graciosas (pero no con frases que recuerden al Leone de años atrás) y liristas, supongo que las escenas del sombrero están cogidas de La muerte tenía un precio , una banda sonora a cargo del siempre magnífico Ennio Morricone que contrasta muy bien con el paisaje, la escena del ferrocarril está rodada en Almería. En resumen, una película muy entretenida, agradable y con un final bastante bueno.