Puerta abierta al infierno
Sinopsis de la película
Después de un incendio, varios presos escapan de una prisión. Pero uno de ellos no recuerda nada de su vida pasada, así que junto con otros tres presos, intentará descubrir su identidad. Aunque, realmente los presos lo que buscan es el oro de un atraco que sucedió en el banco de enfrente durante el incendio de la prisión.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ciakmull, Luomo della vendetta aka
- Año: 1970
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
Película
4
59 valoraciones en total
Enzo Barboni, aka E.B. Clucher, era director de fotografía, hasta que un día se le ocurrió la malhadada idea de pasarse a la realización. En su segundo intento, tocó oro: Le llamaban Trinidad cosechó un éxito monstruoso a ambos lados del Atlántico, lo cual constituyó la cumbre del spaghetti western y, al mismo tiempo, su condena a muerte definitiva. Cuando un género se instala en su propia parodia, puede darse ya por fenecido.
El primer trabajo de Barboni como director fue esta Puerta abierta al infierno, también conocida como La puerta del infierno. No es que sea una maravilla, pero posee algunos elementos que la elevan por encima de otras. Unos forajidos prenden fuego a un manicomio para distraer a los lugareños, mientras ellos se dedican al elegante deporte de apoderarse de un cargamento de oro. Cuatro internos logran escapar: un fanático religioso (Woody Strode, el inmortal sargento negro de John Ford, muy solicitado para este tipo de coproducciones), un tipo que ha perdido la memoria (Leonard Mann, guaperas pero soseras), un tahúr (George Eastman, né Luca Montefiori, que hizo todo un carrerón: pasó del spaghetti al porno sin apenas despeinarse), y un aficionado al tiro de cuchillo, muy amigo del anterior (Pietro Martellanza, más conocido como Peter Martell). Como el guión está sembrado de socavones escalofriantes, los cuatro deciden perseguir a los pistoleros, por motivos que se me escapan. Así llegamos al pueblo del amnésico, y los malos quieren convencerle de que son su familia para que se cargue a su propio padre. Son tan malos, que hasta uno de ellos codicia el culo de su hermana (Evelyn Stewart, o Ida Galli en películas más serias, como La dolce vita o El gatopardo). No es necesario decir que se arma una de no te menees, con peleas a puñetazos, torturas al pobre negro, tiroteos y duelos a pistola. Barboni consigue que no le escape demasiado de las manos la trama (yo habría denunciado a sus guionistas) y lleva con brío las riendas del asunto, bien acompañado por una energética banda del especialista Riz Ortolani. Aunque parezca mentira, los intérpretes no lo hacen mal y, en conjunto, es un entretenimiento bastante decente dentro de su humildad. Cosas mucho peores se perpetraron en nombre del Far West.
Para fans y completistas del spaguetti western.
Creo que esta obra no está siendo valorada en su justa medida. Es cierto que es una película mala desde un punto de vista objetivo y desde los ojos del profano en el italowestern, pero como Spaghetti es uno de los casos mas tópicos y típicos que se pueden ver, un ejemplo clarísimo que respira cine de género por los cuatro costados y debe ser valorada como lo que es.
En resumidas cuentas diré que tienr una factura técnica buena, variedad de escenarios y múltiples situaciones que le dan bastante dinamismo, pero lo que para mí hace que esta pelicula sea tan divertida es, por un lado la acción y su sentido del ritmo (el tiroteo final esta sorprendentemente bien grabado y montado, de los mejores que recuerdo haber visto en un spaghetti western), y por otro lado, los momentos de comedia involuntaria, sustentados en un guion repleto de clichés que es un poco sonrojante por momentos (un tipo que pierde la memoria y que guarda un oscuro secreto, dos familias enfrentadas
…la historia se ve venir a lo lejos), con alguna que otra línea de dialogo delirante (ese tengo mucha confusión repetido por el protagonista varias veces, esa que justifica el título que en España se le dió a la película, etc.), todo ello acompañado de un protagonista planisimo y con las dotes de interpretación dramática de una patata.
Lo peor de todo es la música, mas propia de una comedia (voluntaria) de la epoca, que no encaja en el conjunto y que se utiliza con muy poco acierto.
Desconozco si era la intención de Enzo Barboni el hacer un Spaghetti Western que no se tomase muy en serio a sí mismo antes de reirse abiertamente del género con sus Trinidad , pero al menos conmigo ha conseguido que la disfrute muchísimo.
Para ver sin prejuicios.
Poco conocido spaghetti western, que reúne las habituales tendencias de este tipo de producciones, polvo, balas, sangre y venganza.
El argumento presenta a un hombre encarcelado que ha perdido la memoria, en un incendio se escapa con unos convictos y comenzarán un viaje, en el que el protagonista intentará conocer su identidad.
Logra despertar el interés y lo mantiene a base de las aventuras y fechorías de los convictos en el camino hacia la verdad que esconde su amigo.
Peca de apoyarse en un guión excesivamente sencillo, donde los personajes son simples y a penas quedan desarrollados, pero es lo de menos en este tipo de películas.
Lo que importa son las secuencias de duelos y disparos, bajo el implacable sol del oeste.
Los amigos del protagonista están llenos de carisma y cada uno aportara su granito de arena para ayudar.
La película va avanzando progresivamente hacia un clímax que promete sangre y tiroteos, cumpliendo con las expectativas.
En su desenlace, se desmantelan todas las mentiras y se solucionan los problemas en un enfrentamiento apasionante, en el que todos lucharan con ahínco, abriendo la puerta del dolor.