Fort Comanche
Sinopsis de la película
Un teniente amanerado y elegante llega a Fort Comanche, y desde el primer momento no le cae nada bien al capitán. En el trayecto, el teniente ha recogido a una niña que se ha quedado muda tras contemplar el asesinato de su familia por los indios.
Detalles de la película
- Titulo Original: A Thunder of Drums aka
- Año: 1961
- Duración: 97
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Opinión de la crítica
Película
5.5
57 valoraciones en total
Si, porque no tienen nada que perder salvo la soledad . Esta es la teoría del capitán del Fuerte Canby, ¿Maalox? (Boone), sobre la valía de las tropas. Situado en la misma frontera con los indios, los soldados deben a veces recoger los colonos muertos en los ranchos por las correrías de los indígenas. Es lo que ocurre al comienzo de la cinta cuando encuentran a una pequeña niña traumatizada por la muerte de toda su familia. Ha perdido el habla como consecuencia del trauma psíquico sufrido al contemplar tan tremendas escenas. El Dr. Simpson la atenderá en el Post Hospital del fuerte, sin poder hacer nada por ella.
En lo amoroso hay un potente triángulo que forman un atildado teniente Kurt ¿McKway? (Hamilton, interpretación solo regular) que acaba de llegar al fuerte desde destinos burocráticos, como corresponde a un hijo de general, con su antigua novia Tracy (Patten) y el actual prometido de esta, el también teniente Tom Gressan (Douglas). Aunque la tropa asimismo anda algo salida sexualmente y no tiene otra alternativa que buscar a las indias, eso sí, cuando al menos llevan dos botellas de whisky en el coleto. Entre estos últimos destaca el pendenciero ¿Hahnna? (Bronson).
Pero lo más interesante de la película para nosotros es el enfrentamiento generacional o profesional que se produce entre el viejo capitán, ya sin ambicionar ningún ascenso, y los jóvenes e inexpertos tenientes que lo rodean. A cuenta de si los indios que atacan a los colonos son comanches o apaches, si son galgos o son podencos, veremos numerosas discusiones que suelen zanjar los galones del capitán. Hay otras sobre la necesaria prudencia en las zonas fronterizas, como cuando el capitán critica a Kurt que dispare y dispare inútilmente sobre los indios: Ha vaciado el cargador como un vulgar vaquero .
Por encima de los lances amorosos, se alza poderosa la figura del capitán cuya personalidad va quedando poco a poco al descubierto. Al principio parece un gruñón resentido, pero paulatinamente veremos el acierto de sus ideas que se acaban imponiendo y que, en el fondo, toda su acritud no tiene otro fin que formar adecuadamente a sus oficiales en las luchas fronterizas. Al final reconoce que también tuvo esposa e hijas que fallecieron víctimas de la viruela.
Hay varias escenas notables, como la del pago a los soldados y el empleo que allí hacían del dinero, el baile en el fuerte con el consabido ponche como bebida, o los comentarios sobre el hedor que despiden los cadáveres de los soldados muertos.
Película interesante y recomendable, de esas que no te esperas y te sorprenden gratamente. Al final los indios resulta que eran apaches … para llevar la contraria al título de la cinta.
No tiene la poesia épica de las historias fordianas sobre la caballería,es cierto, ni tampoco es una obra cumbre del western pero A THUNDER OF DRUMS (inexplicable el título en castellano) es una buen film sobre el oficio de soldado. La milicia es un oficio donde la experiencia y el rigor (monástico si se puede) salva vidas, la propia y las ajenas y esto conviene aprenderlo rápido, aunque la lección sea seca y muy dura.
Con mucho lo mejor es la contundente interpretación de Richard Boone, pétreo y áspero y con un alto sentido de la responsabilidad. Su proceder, ejemplar en la exigencia hacia los demás de un comportamiento ético y profesional, trata no obstante de luchar internamente en pos del aprendizaje que el hubiera deseado recibir y que no consiguió (lo que aparenta ser un rasgo de resentimiento hacia cierta clase de soldados de cuna) y el verdadero deseo de que sus hombres se formen en la realidad lo suficiente para sobrevivir y afrontar otras facetas de sus vidas en plenitud, como el no pudo realizar .
Sin duda se trata de una obra adelantada a su tiempo, más cercana al western crepuscular que al de los años 50, no solo por los temas que expone (deslealtad entre compañeros, chantajes, misiones nada heroicas, crudeza de la existencia, hipocresía social, etc..) sino también por el uso de una fotografía cromática con predominio de luz intensa y tonos ocres (realzando la sensación de asfixia y cansancio que produce el medio hostil del territorio).
En conclusión, una más que agradable sorpresa y una película con más elementos a destacar de los esperados a priori. De las que los amantes del western recordamos siempre con cariño y nostalgia.
Película injustamente ignorada y olvidada. La vi hace muchos años, pero sigo recordando algunos detalles que la hacen única. El capitán (Richard Boone), comandando el último fuerte justo en la frontera de una zona hostil rodeada de indios salvajes, es un hombre endurecido por la edad, responsabilidades, experiencias y crudeza del entorno.
Las otras figuras principales son un teniente bastante capaz en las expediciones contra los indios, su joven prometida que se ha trasladado al fuerte, y otro teniente recién llegado, un figurín de academia.
Las expediciones para capturar un grupo de indios que causan estragos entre los colonos de esa zona, están aderezadas y se entrelazan con las relaciones entre personalidades tan diferentes. La voz de la experiencia, crudeza y responsabilidad del mando están encarnadas por Richard Boone. Después están las frivolidades, irresponsabilidad y ligereza del teniente recién llegado.
Con gran efectividad se muestra el horror de lo ocurrido en ataques indios o el pánico ante tal ataque, no directamente, ni mostrando a los salvajes haciendo sus salvajadas, sino plasmando la reacción de los testigos ante tal horror, una vez éste se ha producido o antes de producirse. Creo que esta técnica siempre produce más impacto en el espectador que la visión directa o puramente documental de los hechos donde no entra en juego la imaginación del espectador.
Esta no es una película del Oeste según el tradicional estilo de Hollywood, en parte porque la crudeza y realismo de algunas escenas la hacen poco apta para las masas, y en parte porque ninguno de los protagonistas es el típico héroe-bueno de Hollywood, sino que son personalidades de la vida real en ese entorno, con sus luces y sus sombras.
Muy fuerte, muy realista, muy recomendable.
Lo mejor de este Western es la contraposición entre la dureza del territorio, el último fuerte antes de entrar en territorio comanche y apache, y la historia de amor entre el capitán amargado por estar destinado en ese puesto ( un cierto aire se desprende a la novela El desierto de los tártaros , aunque no fuese esa la intención del director), el novato de West Point que llega como su teniente ( un horrible George Hamilton, muy limitadito) y la bella hija del general.
Entre los secundarios me quedo con el bueno de Charles Bronson, en su papel de cabo duro pero gran soldado.
Ideal para ver después de comer y relajarse.