Vampires
Sinopsis de la película
Falso documental llegado de Bélgica donde un equipo de televisión sigue a una familia de vampiros para filmar un documental sobre su vida. La familia está compuesta por el matrimonio formado por Georges y Bertha y sus hijos Samson y Grace, viven en la parte francófona de Bélgica y el documental muestra cómo se alimentan de inmigrantes ilegales, los problemas de los hijos adolescentes y la ofensa que les obligará a mudarse a Canadá.
Detalles de la película
- Titulo Original: Vampires
- Año: 2010
- Duración: 88
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Opinión de la crítica
Película
6.2
59 valoraciones en total
El director Vincent Lannoo (Ordinary Man, Strass) dirige y co-escribe (con Frédérique Broos) el guión de esta atípica enésima visita al mundo de los vampiros.
En esta ocasión el formato de la cinta es de falso documental. En ella conoceremos gracias a un equipo televisivo a una familia de vampiros belgas (interpretados por Paul Ahmarani, Julián Doré, Carlo Ferrante, Alexandra Kamp-Groeneveld…), un matrimonio con dos hijos, y su estilo de vida, amigos, actividades, régimen alimentario (sangre de inmigrantes ilegales que guardan en su corral del jardín)… así como los problemas que la adolescencia vampírica de los jóvenes provoca y el exilio que puede suponer el quebrar las estrictas reglas de su mundo.
En una época histórica en que el mundo de los vampiros en el cine está en un punto álgido y estos se edulcoran, se cargan de glamour y mágicos poderes, aquellos que nos dibuja Vincent Lannoo son mucho más mundanos, decadentes y autoparódicos, un contrapunto altamente interesante a las familias crepusculares chupasanges a los que estamos acostumbrados.
El falso documental pretende, a través de sus sobrenaturales protagonistas, realizar una ácida crítica social y pone en evidencia, con las aventuras de los no-muertos lo más bajo de los vivos, el ser humano, lo que le da una trascendencia más allá de la pura carcajada y entretenimiento.
No obstante el conjunto no llega a convencer del todo, se queda a medio camino de la crítica, a medio camino de la parodia, a medio camino del drama, de la comedia… resulta, una vez visionada, interesante pero mucho menos arriesgada de lo que cabía esperar, y eso le pasa factura frente al tipo de espectador que enfrenta una película de estas características.
– Enoch –
El cine nunca deja de sorprender, el director belga Vincent Lannoo demuestra que es posible ser innovador dentro de un subgénero del terror tan trillado como es el de los vampiros, y lo hace a modo de falso documental, con un magistral sentido del humor y la irreverencia necesarias para que la película se convierta en toda una oda a la originalidad.
La cinta se centra en una familia acomodada de chupasangres que acceden a ser filmados, mostrando asi su forma de vida, problemas, excesos..es justo ahi donde Lannoo revela, con mucha habilidad, el máximo interés del film, que no es otro que mostrarnos con toda crudeza lo que, por otro lado, queda justificado como algo necesario y evidente.
Sus vampiros son brutales y totalmente amorales y desde la aparente seriedad con la que esta tratado surge lo hilarante.
En el apartado artístico destacar a Carlo Ferrante, el actor dibuja un patriarca divertido y severo a partes iguales, destilando talento y frescura desde la contención.
Resulta irónico que una película como Vampires haya sido proyectada en el Festival de Gijón una noche en la que se dio a conocer que La saga Crepúsculo: Amanecer – Parte I había recaudado en su primer fin de semana en cartelera la astronómica cifra de 283 millones de dólares. Vampires de Vincent Lannoo jamás aspiraría ni siquiera al 1% de esa recaudación pero estoy convencido de que a pesar de ser un filme recluido al entorno festivalero (en 2010 pasó por Sitges, entre otros), la gente que lo ha visto ha salido más contenta que el equivalente de personas que salen de la sala donde se proyecta la historia de Bella, el vampiro gusiluz y el lobo virogéxico.
El éxito del filme de Vincent Lannoo es tomarse a si mismo tan en serio como en coña, es decir, crear una sátira con suficiente mala leche y entidad como para que a pesar de que lo que se narra tiene un sentido real (dentro del microcosmos creado por el realizador), no chirría en ningún momento. Porque Vampires no es sólo un falso documental sobre vampiros, no es Cest arrivé près de chez vous adaptado al mundo de los chupasangres, sino una película que utiliza a esta figura literaria y la introduce en un contexto social realista para realizar una sátira que no deja títere con cabeza.
Con un humor negro bastante marcado, algún instante de drama y una imaginación desbordante, Vampires arranca carcajadas sin esfuerzo al tiempo que, por debajo, casi sin que nos demos cuenta, con argucia, se instala en nuestra cabeza de forma irremediable. La solidez con la que están escritos los personajes (notablemente interpretados, por otra parte) es otro punto a favor de un film que desde luego merece mucho la pena. Recomendado. Incluso para fans de Crepúsculo .
Con Vampires , Lannoo coge uno de esos filones tan poco explotados en el cine de género, que sí ha llegado en forma de comicidad a las películas, y traza una parodia de temática vampiril, tema puesto en liza por la saga Crepúsculo , que desgraciadamente ha generado multitud de clones y films que intentan aprovechar ese tirón pero, sin embargo, no atinan puesto que aquí lo único que prima es el oportunismo, seguir ese filón y dar cancha a esa nueva ola de fans surgida en poco tiempo.
El belga, sin embargo, decide alejarse de todo eso, y ofrece un soplo de aire fresco dando forma a un film presenciado por una variopinta galería de personajes que logran introducirnos en esa comunidad belga de vampiros haciéndonos disfrutar de un humor tan ácido en ocasiones, como directo y sencillo en otras. Desde el cabeza de familia, hasta sus hijos o sus inquilinos , todos otorgan a Vampires un tono desinhibido que le viene maravillosamente, y que aparta de un zarpazo cualquier tipo de consideración sobre si el trabajo de Lannoo está desaprovechado o se queda en la idea, puesto que no es así ni mucho menos.
La cámara se mueve por entre los rincones de la casa donde convive esa familia de vampiros con total soltura, y entre declaraciones, situaciones que, de puro impostado, resultan brillantes, y un relato que no se acomoda ni se conforma con deleitarnos sencillamente con los gags de los que hace gala, sino que decide construir una historia alrededor del mismo, la experiencia no sólo resulta de lo más gratificante, sino también de lo más divertida, haciendo de esta vuelta de tuerca al género un nuevo manjar para aquellos que ya se habían cansado de los inocentes chorretones de sangre que últimamente salpican la pantalla.
Con formato de falso documental, Vampires resulta ser una comedia de humor negro muy despiadada. Juega con la amoralidad de los personajes que retrata y de las situaciones descritas, a la vez que los muestra muy humanos… a su vampírica manera.
Contiene unas cuantas escenas bastante turbadoras por su crueldad, pero arrancará bastantes carcajadas de aquellos dispuestos a entrar en el juego. Muy bestia.