Una cuerda, un colt
Sinopsis de la película
Implacablemente perseguido por la familia Rogers tras una disputa sobre ganado, Ben Caine es llevado a su rancho. A pesar de las súplicas desesperadas de su esposa María, los Rogers cuelgan a Ben, obligándola a ver el crimen. María, consumida por la venganza, solicita la ayuda de Manuel, un pistolero errante preocupado por su pasado.
Detalles de la película
- Titulo Original: Une corde, un Colt... (Cimitero senza croci) aka
- Año: 1969
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
5.7
94 valoraciones en total
Insulsa cinta de Robert Hossein, director y protagonista de este western anodino y vulgar y cuya principal virtud pasa por mostrarnos un desierto de Tabernas (Almería) esplendoroso que será recorrido por sus personajes una y otra vez hasta llegar a hastiar al más paciente de los pacientes.
Lo más destacable, quizás, de esta típica y parsimoniosa historia de venganza es la participación en el guión, además del propio director, del que más adelante sería uno de los precursores del género giallo, Darío Argento.
Una película magnífica a revindicar, repleta de personajes durísimos (tanto hombres como mujeres) y de diálogos en silencio de una tensión brutal. Injustamente olvidada.
El film se mueve en el estilo de Leone, pero con personalidad propia. Las miradas de Hossein y de Michèle Mercier te sumergen en unos sentimientos extremos, de odio, de venganza, de rencor, de arrepentimiento,… Absolutamente demoledora. Se huye además del tiroteo loco y que busca el espectáculo: los disparos son contados y certeros.
IMPERDIBLE para los fans de Leone, aunque esta carece del humor que suele verse en sus obras.
Otros puntos a comentar (aunque quizá he perdido algo de los pocos diálogos, porque la he visto en inglés sin subtítulos):
– La idea de la venganza como algo que nunca termina, un sentimiento que no cesa. No es tratado, como suele ocurrir, como algo que al cumplirlo satisface.
– Un buen detalle que el pistolero utilice un Colt saa quickdraw, un arma que no es tan vistosa como el modelo de artillería o el de caballería, o que los remington, pero era la que utilizaba este tipo de individuos -y la más común en el Oeste. –> No sé por qué en el cartel ponen un Colt Navy.
(sigo en el spoiler, con spoiler)
En definitiva, un western buenísimo, y con pjs femeninos a considerar (aunque se podría decir mucho sobre esta cuestión).
Tal como su título indica, nos hallamos ante un western, en su modalidad spaghetti, pero con rasgos estilísticos y de guión que lo dotan de cierta especificidad. En primer lugar, el peso de la coproducción recae sobre la parte francesa, lo cual ya es definitorio. Nada de chorradas, chistecitos, payasadas y demás: es una película marcada por la fatalidad y cierto nihilismo heredero del existencialismo. Dirección, guión, fotografía, música y principales protagonistas son de nacionalidad gala. Y el realizador no es cualquiera: Robert Hossein, 91 años, todavía en activo en 2013, y cuyos inicios actorales se remontan a 1948. Pas mal. Hossein ya había coqueteado con el western en época temprana, 1961, con El sabor de la violencia, otra interesante incursión que valdría la pena recuperar. Si allí era Giovanna Ralli la protagonista, en Una cuerda, un Colt Hossein requiere los servicios de la deliciosa Michèle Mercier, muy lejos de su papel de Angelica en la saga de aventuras homónima, jamás vista en este desdichado país por mor de alguna teta que se le salía a Michèle del corpiño. No en vano Hossein era su partenaire en dicha serie. También aparecen en la cinta Serge Marquand y el extraño Michel Lemoine, en un papel hecho a su medida, y si IMDB no miente, un primerizo Fabio Testi.
Unos malvados ganaderos asesinan a un hombre que ha osado rebelarse contra ellos, y encima robarles un cargamento de oro, ante los ojos de su mujer (hierática Mercier, hermosísima, le sienta bien el luto, como a Electra).Obsesionada por vengarse, requiere los servicios de un pistolero retirado (Hossein, más hierático todavía), a quien había conocido en el pasado, para ayudarla en su implacable tarea. Pero la tragedia aguarda a todos los implicados…
Hossein filma con elegancia esta desolación en el desierto de Almería, y casi puedes sentir el polvo en la nariz. Los silencios sustituyen a los diálogos con una elocuencia brutal. Su padre, André Hossein, aporta una banda sonora que es todo un plagio, o un homenaje, según como se mire, al Morricone de la Trilogía del Dólar. De hecho, parece que el propio Leone intervenía en una escena como tabernero, pero en la versión emitida en la 2 el papel recae en Chris Huerta. Hossein admitió que Leone filmó la escena de la cena, y desechó la intervención de Dario Argento en el guión. Sea como sea, Una cuerda, un Colt es un elemento extraño en el cuerpo del spaghetti western y me gustó más de lo que esperaba. Magnífica escena final, que cierra un film tan personal como menospreciado. A reivindicar y recuperar.
Subtitulada Cementerio sin cruces , se trata de un original western franco-italiano donde se fuma mucho y se habla poco. Las palabras están contadas. Siguiendo la estela de Leone, bastan muchas veces los gestos y las miradas para sustituir los diálogos. Buena interpretación en general, rostros muy expresivos y gestos contenidos. Se ahorra todo menos el tabaco del que todos hacen uso continuamente. Banda sonora estilo Morricone rica en guitarra y en sones andaluces, tal vez homenaje a la Almería polvorienta donde está rodada.
El arranque es como un disparo a quemarropa: el ahorcamiento de Ben Caine ante su esposa y en su propio rancho a manos de los consabidos caciques de la zona, los Rogers. La película va de venganzas, y para ello la viuda, María (Mercier), contrata a un pistolero y antiguo amante, Manuel (Hossein): la venganza es una planta que da frutos amargos .
La respuesta estará a la altura del crimen: el rapto de la bella hija de los Rogers, que será escondida en un pueblo abandonado y violada por los cobardes hermanos de Ben. La recompensa que exige María, guapa en su luto riguroso, es de lo más simple. Nada de dinero, solo quiere que se entierre a su marido en el cementerio de la ciudad con toda dignidad y la presencia en el duelo de todos los Rogers. Así se hace en un camposanto que, en efecto, apenas tiene cruces. Todo son lápidas.
Varias escenas a destacar: la inscripción en el hotel (un dolar al día por la habitación, más medio por la toalla y el jabón y pago por adelantado), el rodar de la ruleta del salón del pueblo desierto, la caja de música o los viejos retratos. También la escena de la comida en el rancho de los Rogers, broma incluida al novato con el bote de la mostaza que, según cuentan, rodó el propio Leone al que se homenajea en los créditos finales, el baño de pies al viejo Rogers con agua de limón, tal vez por los callos aprovechando su riqueza en ácido cítrico.
Cinta de venganzas que, como se apuntaba, tiene un cierto regusto amargo. Vista en una nueva ocasión, le hemos encontrado nuevos matices que la hacen más interesante por lo que modificamos nuestra calificación.