Tierra de violencia
Sinopsis de la película
Hacia 1870, el ferrocarril llega por fin a Flat Rock, un pueblo de Kansas. El sheriff (Robert Ryan), un hombre honrado y valiente, tendrá que enfrentarse por segunda vez a John Barrett, un individuo ambicioso y sin escrúpulos que vive rodeado de tahúres y pistoleros.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Proud Ones
- Año: 1956
- Duración: 94
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Opinión de la crítica
Película
6.4
37 valoraciones en total
Western realizado por Robert D. Webb, que en opinión de algunos críticos es su mejor trabajo. El guión, de Edmund H. North (Patton, Schaffner, 1970) y Joseph Petracca, adapta la novela The Proud Ones (1952), de Verne Athanas (1917-1962), novelista malogrado a los 45 años a causa de un ataque cardíaco. Se rueda en escenarios naturales de Fox Ranch (Calabazas, CA) y Tucson (Arizona). Producido por Robert L. Jacks (Bandido, Fleisher, 1956) para la Fox, se estrena el 30 de abril de 1956 (EEUU) (1).
La acción dramática tiene lugar a lo largo de 24 horas en la pequeña localidad de Flat Rock (Kansas) en un año del período 1865-70. La tranquilidad proverbial de la localidad se ve alterada por la llegada del tren, que la convierte en un hervidero de vaqueros, transeúntes, comerciantes, tratantes de ganado y oportunistas. La llegada del tren se da asociada, además, a la implantación de nuevos negocios, como bares, casas de juegos, ruletas, saloons, etc. Entre los recién llegados se encuentra John Barret (Middleton), personaje corrupto y jefe de una banda de matones y asesinos, que ha dejado la localidad de Keystone (Kansas) ante las perspectivas de ganar en Flat Rock mucho más dinero. El sheriff, Cass Silver (Ryan), antiguo sheriff de Keystone, es un hombre honesto, abnegado, valiente y humano. Su novia Sally (Mayo) regenta el hotel de la ciudad. Cass toma como ayudante a Thad Anderson (Hunter), hijo de un antiguo pistolero.
El film suma western, drama, acción y romance. Compone una cinta entretenida, de acción, emocionante y disfrutable por los amantes del género. Incorpora los elementos propios del mismo: el sheriff y sus ayudantes, la prisión, un héroe valiente y pundonoroso, una bella mujer comprometida con el héroe, un malvado poderoso, enfrentamientos a tiros, bofetadas, grandes manadas de reses, vaqueros, juegos de azar, paisajes inmensos, el borracho del pueblo (Burns), etc.
Aborda varios temas propios del westerns, como el peso insoslayable del pasado, los grandes cambios sociales y económicos provocados por el progreso, la lucha del bien contra el mal, la valentía del héroe y, en este caso, la soledad del mismo frente a un consejo municipal que se deja deslumbrar por las ventajas materiales inmediatas que ofrece a la ciudad el villano Barret y los temores personales que infunde en ellos sin necesidad de amenazarlos explícitamente. El peso del pasado es un tema de larga tradición en el género, usado habitualmente como fuente de dramatismo, dificultades, obstáculos y problemas, que se añaden a los del momento y los agravan considerablemente (El árbol del ahorcado, El hombre de Oeste, etc.). El pasado carga sobre las espaldas de Cass, de modo imprevisto y de golpe, la enemistad que le enfrentó con Barret, dominado por su afición desmesurada y compulsiva al dinero, los rencores filiales del hijo de un pistolero muerto en noble lid, y los temores de la novia, que vivió la experiencia de Keystone.
(Sigue sin spoilers)
Película muy entretenida, con una ambientación magnífica y grandes actores habituales en westerns.
Tierra de violencia está llena de tópicos y de personajes familiares (por ejemplo Brennan haciendo de carcelero) pero a mi parecer añade al argumento una idea muy original, el protagonista sufre una inoportuna dolencia que dota al film de un notable elemento de suspense.
Por algún motivo me pasó desapercibida durante años, no me di cuenta de que ya la había visto hasta llegar al tiroteo final en el pajar, fue en ese momento cuando aconteció ese agradable Deja vu que ocurre a veces y que te trae recuerdos de la infancia dejándote un grato sabor de boca.
Se la recomiendo a todos los que como a mi les apasione el Western.
Una película que mantiene el interés en esa neblina que padece el protagonista, algo que no he visto nunca en un personaje principal de un western.
Robert D. Webb destacó más por ser asistente del director. Hizo poco cine y lo que más rodó fueron westerns, de las que destacan ésta y Pluma blanca .
Otro elemento más a destacar son las geniales escenas nocturnas. El director saca partido con una cierta visualidad y una fotografía muy buena de un grande del oficio como fue Lucien Ballard.
Es cierto que algunos personajes están desaprovechados, sobretodo por estar interpretados por actores de la talla de Walter Brennan o Virginia Mayo.
La estrella principal iba a ser Gary Cooper, pero finalmente cayó en manos de Robert Ryan, un excelente actor con una gran presencia que lo hacía también idóneo para el género.
No es un western para la historia, pero es interesante y entretiene.
Creo ser un gran conocedor de este género, incluso presumo de tener extensos conocimientos sobre los western, pero mira, aún me faltaba por ver esta muy buena película que me ha sorprendido gratamente. Perfecta actuación de Robert Ryan en el papel de Sheriff valeroso en la que hace frente al ganster local con el cual ya había tenido una disputa en el pasado.
La película tiene un buen desarrollo y en mi opinión un gran final. Es un western un tanto diferente, se desarrolla en una ciudad grande y próspera donde el progreso comercial es inminente debido al paso del ferrocarril, hoteles, casas de juego, tiendas… Es muy interesante como se puede observar la rutina diaria del sheriff a lo largo de un día de trabajo.
Lo dicho, muy buena película, me sorprende mucho su baja puntuación, creo que a cualquier amante del género le encantará.
Un western ideal, con todos los ingredientes que el aficionado sabe y admira de estos productos de entretenimiento, no pongamos a los westerns en refinamientos, ni en alturas que no pretenden alcanzar, ni comparando directores que hicieron éste o aquel films. Esta película bien dirigida por Robert D. Webb, nos mete de entrada en esa atmósfera de lugares casi vírgenes del oeste americano, que muchos, y de muchas formas, pretendían conquistar.
Robert Ryan un actor que en pocas de vaqueros hasta la fecha (1956) no había logrado trascender, como por ejemplo en Los implacables junto a Clark Gable, o en Colorado Jim junto a James Stewart que no estuvo nada mal, aquí en Tierra de Violencia demuestra un buen nivel de interpretación y cuaja con el personaje que administra la Ley del Oeste de manera férrea y decidida.
El elenco que lo secunda es correcto y cumple en toda la película con papeles bien definidos, hasta Virginia Mayo está bien en su pocas apariciones, una actriz gélida que no me subyugó nunca ni por sus actuaciones ni por su belleza , y el director hizo bien en darle poco trabajo.
Bien trabajados los primeros planos de los actores, y el encierro en la ciudad se ve en los gestos de los protagonistas. La tensión transcurre en todo el film, como debe ser en una buena del Far-West, con una historia firme y con pasión entre malos y buenos que saldan su cuentas pendientes a lo cowboy, entre salones, establos y en medio de las calles polvorientas del pueblo, a puro enfrentamientos con sus Colt 45.