Si ella lo supiera
Sinopsis de la película
Leonard es un hombre de negocios al que las cosas no le van demasiado bien, pero para él lo más importante es su esposa, a la que apoya en su afán de triunfar en el mundo de la ópera. Lo curioso es que ella ignora que su marido tiene grandes dotes para el canto.
Detalles de la película
- Titulo Original: Everybody Does It
- Año: 1949
- Duración: 92
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Opinión de la crítica
Película
6.1
71 valoraciones en total
Estoy por creer que, Edmund Goulding, se animó a dirigir SI ELLA LO SUPIERA, para sacudirse, de alguna forma, ese estigma que, a George Cukor, a Mitchell Leisen y a él, les endilgaron ciertos críticos de cine, de ser directores de mujeres, calificativo que se les atribuyó de manera despectiva, conteniendo también pretensiones estigmatizadoras a sus particulares, y por entonces profundamente condenadas, inclinaciones sexuales.
Esta comedia, basada en Two can sing, una novedosa historia de James M. Cain, mejor conocido como autor de intrigantes novelas que luego se convirtieron en celebrados títulos de film noir (Double indemnity, Mildred Pierce, The postman always rings twice…) ofrece un a propósito tinte machista, donde no faltan las frases que dejan muy bajitas a las mujeres. Y aunque ignoro si se deben a Cain, al guionista Nunnally Johnson, al propio Edmund Goulding o a todos ellos… que al fin y al cabo el machismo es de rancio abolengo y ha conseguido permear a todos los sectores de la sociedad. Empero, el director pone como siempre un gran esmero por el lucimiento de sus actrices, y con sus rostros consigue, una vez más, planos sumamente atractivos, lo que motivaba que ellas le tuvieran en un alto aprecio.
El cuento nos habla del socio de una empresa de demoliciones, quien está pasando por un mal rato y no se atreve a confesárselo a su esposa porque, precisamente por estos días, ella anda muy entusiasmada con sus pretensiones de regresar al canto lírico. Para Leonard, su marido, esto es inaceptable y con su suegro sostendrá uno de esos diálogos que dejan muy claro lo que ambos sienten:
-¿Por qué no quieres que Doris cante? –Pregunta el suegro.
-Tengo mis razones. –Responde Leonard con enfado.
-Tienes razón –concluye el mordaz padre de Doris-, su madre tampoco era buena.
¿La alusión es a buena cantante? ¿A buena persona?… ¿O a ambas cosas? Juzguen ustedes.
Con todo y contra todo, el filme resulta muy entretenido, porque también Goulding sabrá equilibrar las cosas y los hombres no quedarán precisamente como triunfadores en una lid donde marido y mujer estarán luchando por sobresalir como tenor y soprano, en un medio donde los obstáculos están pintados dentro de todas las paredes.
Paul Douglas logra aquí un protagónico bastante simpático como el hombre empujado al triunfo por una preciosa soprano (Linda Darnell) la cual, sin darse cuenta, alimenta el machismo con sus calculados afanes seductores. Celeste Holm es la entusiasta pero atribulada esposa. Y Charles Coburn vuelve a sus andadas, lanzando dardos a diestra y siniestra con calculada precisión.
Ustedes tienen que saberlo: SI ELLA LO SUPIERA es un atractivo divertimento.
El director inglés Edmund Goulding era también compositor de música, a la par que gran amante del teatro, no es extraño pues que un melómano como él aceptara muy a gusto llevar a la pantalla un guión de Nunnally Johnson, ambientado en el mundillo de la ópera. Johnson, que de paso produce, le propone un enredo con cierta retranca, una cantante profesional, Linda Darnell, fascinada por un aficionado superdotado, Paul Douglas, jovial y poco convencido de sus habilidades líricas, más atento él a su angélica esposa, Celeste Holm, que sí quiere ser cantante y se lo trabaja de lo lindo la probre. En realidad se trata de una nueva versión de Wife, Husband, and Friend (Esposa, marido y amigo), estrenada unos diez años antes, en 1939, por Gregory Ratoff, en la que Loretta Young sucumbía a los encantos de Cesar Romero y el esposo de Loretta, Warner Baxter, recurría él a una diva.
El versátil Edmund Goulding, director de Gran Hotel, La solterona o Amarga victoria, demuestra en esta película pequeña y realmente divertida que es un gran director de actores, domina el ritmo y aunque un poco exagerado en alguno de los gags, tiene las ideas muy claras. En lo que a sus 55 años es una de las últimas películas de su carrera, Goulding está rodeado de grandes profesionales, por ejemplo el compositor Alfred Newman, o el director de fotografía Joseph LaShelle. Linda Darnell, 26 añitos, está súper segura de si misma, da gusto verla en la pantalla, una auténtica belleza. La dulce y discreta Celeste Holm, 30 años, entre dos películas decisivas: La barrera invisible de Kazan, por la que se llevó un Oscar dos años antes, y Eva al desnudo, al año siguiente, con otra nominación más. Pero el más sorprendente de todos es el macizo Paul Douglas, 42 años, en plan Caruso desbordante, a este ex jugador de fútbol americano, oriundo de Philadelphia, se le recuerda más por sus películas de béisbol que por sus composiciones como la que borda aquí, con derroche de energía, presencia y campechanía, el año mismo de su debut en el cine.