Rey Gitano
Sinopsis de la película
Jose Mari y Primitivo son dos detectives en paro, han fracasado en su profesión y representan perfectamente a las irreconciliables dos Españas. La inesperada llegada de Gaje, un gitano golfo e incorregible seductor que les propone una disparatada misión, su suerte cambiará, pero a peor. En un país arruinado, con un gobierno bajo sospecha y una monarquía en declive, es decir, al borde del abismo, estos personajes se encargarán de darnos el empujoncito final.
Detalles de la película
- Titulo Original: Rey Gitano
- Año: 2015
- Duración: 116
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Opinión de la crítica
Película
3.1
40 valoraciones en total
Se sube el telón. Se ve a Manuel Manquiña, Karra Elejalde y Albert Plá protagonizando chascarrillos escatológicos, suena una música molona, hay alusiones al consumo de drogas compulsivo y constantes escenas al volante. ¿Cómo se llama la película?: Airbag 2, pero camuflada con el título de Rey gitano.
Juanma Bajo Ulloa se dio a conocer en 1989 con el cortometraje El reino de Víctor (que tiene el honor de ser el primer cortometraje galardonado con un Goya), en el que ya se vislumbraban algunos rasgos de sus notables largometrajes Alas de mariposa (1991) y La madre muerta (1993), dos interesantes trabajos que apuntaban a un director con hechuras. Luego con Airbag (1997) pegó un pelotazo comercial con una gamberrada divertida. Años después presentó la endeble Frágil (2004), en la que ya se percibía su desencanto por todo lo que rodea al mundo del cine. Desde entonces solo había dirigido dos cortometrajes, Qué glande es el cine (2005) y No hubo manera (2013), así como un documental Historia de un grupo de rock (2008). Ahora regresa con la inefable Rey gitano, en la que plasma su desencanto con la realidad social actual. En una ocasión llegó a afirmar en una entrevista concedida a La Vanguardia: La vida es un pastel de mierda con algunos tropezones de fresa. Pues bien, parafraseando su propia afirmación. Rey gitano es un pastel de mierda con solo un tropezón de fresa: María León.
El último filme de Ulloa pretende ser un ajuste de cuentas con el descreimiento de su autor con la casta política (no solo española sino internacional) y un sabotaje a la monarquía española, pero en realidad lo que consigue es sabotear no solo su propio cine sino el cine en general con una película repleta de bromas pueriles de mal gusto cercanas en ocasiones a un Torrente bastardo (como ejemplifica la escena de la cata de orín) o incluso a ¡Ja, me maaten…! (2000), del dúo humorístico Cruz y Raya, en la que por lo menos Juan Muñoz sabía imitar el acento gitano no como el ubicuo Arturo Valls, que produce grima con su ridícula forma de hablar. ¿Quién le ha dicho a este presentador de televisión que sabe actuar?
El elenco es básicamente la misma troupe que la de Airbag, en la que Rosa María Sardá encarna a una bizarra miscelánea entre Angela Merkel y Hitler (bigote rubio incluido), Karra Elejalde comete constantes lapsus linguae carentes de gracia, Manuel Manquiña calca a Martínez El Facha de El Jueves o Albert Plá es un ávido pajillero consumidor de pornografía. Les secundan Santiago Segura (un rico postrado en una silla de ruedas) y Charo López (una faquir sexual) en unos esperpénticos papeles que pretender mostrar la putridez del poder. Que Ulloa intenta rematar con unos pésimos imitadores de la familia real española. De esta especie de pandilla basura la única que se salva de la quema es María León, que deja algunos ramalazos de su calidad como actriz.
Ulloa escribe, dirige y produce un auténtico desaguisado fílmico. El colmo es cuando denigra el cine de Woody Allen con los comentarios que pone en la boca del personaje que encarna Elejalde. No se puede caer más bajo. Rey gitano llega a producir sonrojo y vergüenza ajena. Cuando uno ya no tiene nada que aportar es mejor no martirizar al público con bromas endogámicas que solo le hacen gracia al que las escribió. Lo mejor que se puede hacer con esta película es tirar el recuerdo de su visionado a un váter imaginario y tirar de la cadena.
No tenía pensado hacer una crítica de esta película, y es que sólo acostumbro a escribir en esta página cuando he visto algo que me ha llamado mucho la atención, tanto para bien como para mal. Sin embargo, y tras haber leído las críticas anteriores a la mía me he visto obligado a exponer mi opinión, ya que es muy diferente a la de la gran mayoría de los cinéfilos.
Rey Gitano no es una buena película, ni siquiera lo pretende. Desde el primer segundo de metraje se mueve claramente en las cloacas del cine (incluso del español). Pero no por ello deja de cumplir de sobra con su cometido, que no es otro que el de darnos casi dos horas de humor política y moralmente sumamente incorrecto. Y es que a Ulloa le da tiempo para meterse con el patriotismo español, los nacionalismos, la monarquía, la Iglesia, el FMI…
Cabe destacar por encima de todo a la pareja que forman Manuel Manquiña y Karra Elejalde. Su química como pareja patética de espías es uno de los platos fuertes de una película que, en ocasiones, resulta excesivamente monótona. Aún con todo, Rey Gitano es, en mi opinión, una comedia gamberra y desenfadada más que recomendable para uno de esos ratos en los que apetece de todo menos pensar. Que no sólo de Woody Allen se puede alimentar uno.
Dónde y de qué manera se ha gestado esta cosa es inexplicable.
Rey Gitano parece (y se siente, algo peor) como una especie cadena de favores y rascadas de espalda de la industria española, surgidas a raíz de las ganas de su estrella principal, Arturo Valls, de tener algún tipo de película hecha a gloria propia.
Todas las intenciones, las buenas, las malas y las peores, parecen haberse ido a pique. Es más, ni siquiera parece que hubiera algunas.
Algún mimbre bueno hay: Josemari y Primitivo parecen una suerte de Mortadelo y Filemón pasados por el filtro de la desgana española, y no se puede decir que Arturo Valls haya puesto su cara y poco más.
Pero es que, más allá de esos (leves, levísimos) aciertos, el resto quiere ser una comedia estúpida que por supuesto carece de toda la gracia que pretende (y ABURRE, imperdonable) y una crítica velada que tampoco consigue parecer más que un arreglo de última hora, cuando se dieron cuenta de que no había más que rascar.
Desfilan una serie de personajes caricatura que dibujan una España rancia y plagada de vividores, pero nunca se llega a nada parecido a una crítica, porque siempre va más allá el trazo grueso y la tontería sin nula preparación, ojo, que no justificación.
La tontería injustificada funciona en los detectives protagonistas y sus monólogos, que Karra Elejalde y Manuel Manquiña hacen funcionar a base de tablas y carisma, pero el resto parece estar muy, muy lejos de ellos, como si cada uno de los personajes hubiera querido hacer la película por su cuenta.
No parece tan descabellado pensar eso cuando las tramas que incluyen a María León, Santiago Segura o Rosa María Sardá, entre otros, encajan a martillazos y pobremente con cualquier cosa que aparece.
Es ahí cuando más se ve, que los amiguismos tienen un precio, y que hay que sacar a los de la tele el suficiente tiempo para que vendan, y que qué gracia la tipa esta métela más aunque no tenga sentido, y que la película se hunde a marchas forzadas por estas cosas a manos de un director perezoso al que Airbag le ha quedado muy atrás, y que cree que sus chistes de colegas hacen gracia a todo el mundo.
Sí, Rey Gitano ha dibujado un país de pandereta.
Pero del otro lado, del lado de las subvenciones y la vergonzosa situación del cine español, que pretende vender monstruos de Frankenstein como estos como la última sensación en comedia, cuando todos sus responsables son conscientes del naufragio que tienen entre manos.
Es la pregunta que se me viene a la cabeza cuando leo las críticas que aparecen en la ficha. Es imposible que hayamos visto la misma película.
Vaya basura de proporciones bíblicas que nos ha plantado el amigo Juanma Bajo Ulloa.
No queda nada del director de La Madre muerta y Alas de mariposa … conocido a nivel nacional por su película Airbag. Una road movie que he de reconocer que en su día me hizo muchísima gracia y aún hoy en día la considero de las comedias más gamberras que tenemos en España.
Esta película es un intento forzoso de repetir el éxito de dicha película, copiando la formula que en su día hizo reír a España entera. Pero desafortunadamente la película es un despropósito. NADA se salva.
Manquiña y Elejalde me gustan un montón y me duele muchísimo decirlo, pero en esta dan bastante pena por no mencionar a Arturo Vals… que me dan ganas de darle un bofetón en cada plano que sale. Si existiera un Top 10 de peores actuaciones en la historia del cine, sin duda él estaría entre los 5 primeros.
El argumento de trillado se convierte en estúpido. Es una pena porque podría haber sido mucho mejor aprovechado.
La decepción del año. No me esperaba una obra maestra pero por lo menos alguna carcajada humectante de ojos…y ni eso, no tiene ni puta gracia la película.
Ulloa dedicate a los videoclips, que se ve que el contacto para las putas lo tienes. Lo único bueno de esta película es el nivel de pibones que sale en ella.
¿Recordáis aquel promo-teaser de Rec que en lugar de mostrar imágenes de la película grababa las reacciones terroríficas de los espectadores en el cine? Pues si hicieran lo mismo en una sala en la que se proyectase Rey gitano no se diferenciaría mucho. Quizá habría que añadirle hordas de personas abandonando su butaca y algún vómito.
Pase que, de primeras, no es mi género preferido ni mucho menos su tráiler me empujó a una sesión de las de casi 9 euros. Es justo admitir que la vi de rebote en una doble sesión de cine de verano, pero aun así le concedí la oportunidad de, si no fascinarme, al menos sacar algunas risas, como no puedo negar que algunas escenas de películas de la orden de la saga Torrente han hecho.
Pero esto no hay por dónde cogerlo. Si Valle-Inclán levantara la cabeza y viese semejante uso de lo esperpéntico… Bromas de caca-culo-pedo-pis, personajes que no pintan otra cosa que meter con calzador a alguna cara conocida. Gasolina, sangre y fuego. Tetas, sudor y farlopa. Todo gratuito y sin gracia, porque ni siquiera consigue mantener una trama comprensible. Te sientes permanentemente en estado severo de «¿eing?». Disgusta. Aburre.
Repito, jamás había visto tantísima gente abandonando una sala. Y yo mantuve el tipo con todas mis fuerzas, pero después de la hora más larga y desaprovechada de mi vida… también huí de allí. Vosotros, si podéis evitarlo, ni entréis.