Patrick
Sinopsis de la película
Patrick es un chico que se encuentra en coma en un pequeño hospital privado. Cuando una joven y bella enfermera recién separada de su marido comienza a trabajar en el hospital, él intentará comunicarse con ella. Remake de film homónimo de 1978.
Detalles de la película
- Titulo Original: Patrick
- Año: 2013
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
Película
4.1
86 valoraciones en total
Patrick no destacará como peli de terror. Resulta demasiado tópico el escenario de un hospital perdido en el culo del mundo, dejado de la mano de Dios, dirigido por un médico medio chiflado y su hermana Rottenmeyer. Además, la buena factura técnica de la película (iluminación, fotografía, música, sonido) parece demasiado encaminada a enfatizar lo obvio.
No obstante, la historia es lo suficientemente potente como para que la película mantenga la atención del espectador. Además, Patrick sí explota con eficacia el juego de ambigüedades que el argumento plantea: el enfermo en estado vegetativo que se presenta como un asesino en serie, el conflicto de la inocente protagonista a la hora de ayudarle, el duelo silencioso entre personalidades malvadas, etc. Es en este aspecto en el que la obra tiene un mayor interés. Eso sí, no olvidemos que es un remake, con lo que supongo que eso ya estaba en el original…
Io che non vivo più di unora senza te
Come posso stare una vita senza te
Eso nos cantó acapella el gran Pino Donaggio recordando sus viejos tiempos de cantante melódico allá por el año 1965, en la presentación de Patrick en el Festival de Sitges de 2013, y empiezo por aquí para resaltar la excelente banda sonora que ameniza una cinta que seguramente sería otra sin ese importante aditivo. En su principio nos da una clase magistral de como aderezar musicalmente un producto. A medida que transcurre la cinta, sin embargo, se va diluyendo ante unos estruendosos efectos de sonido.
Mark Hartley adapta la homónima de 1978 rodada por Richard Franklin, y que ganó el premio al mejor director en el mencionado festival de ese año. Su intento lo podemos considerar como positivo en general, ya que posee como mérito principal el de mantener la tensión en todo su metraje. Por medios no será, cuenta con un excelente elenco de actores, encabezado por Sharni Vinson y Charles Dance, una producción muy cuidada, y una historia escabrosa y perturbadora.
La experimentación médica siempre es un tema que atrae nuestra atención. No por los beneficios que se pueden obtener de ella, si no por la morbosidad inherente al ser humano al comprobar los efectos que produce. Dichos experimentos los podemos dividir, de una manera simple, en físicos y psíquicos. Los primeros son rápidamente visibles. Los segundos no lo son a simple vista, pero pueden producir unos resultados espeluznantes. Y es que la mente humana es tan compleja que puede con todo, hasta con doctores que no dudan en traspasar, sin ningún remordimiento, los límites de la ética. Pero, ¿a quién le importa?, los enfermos mentales están escondidos, como algo que a las personas normales nos produce temor, quizás sea porque, como se dice, hay más fuera que dentro.
La historia transcurre en un psiquiátrico regentado por un elegante, a la vez que siniestro Dr. Roget. Sus pacientes tienen la particularidad de estar en coma. Entre ellos se encuentra Patrick, que permanece en ese estado después de un intento de suicidio. Cuando llega la nueva enfermera Kathy Jacquard, se entablará entre ellos una relación que va más allá de la simple enfermera-paciente.
A través de un bien hilvanado guión de Justin King, que adapta a los tiempos actuales el antiguo de Everett De Roche, esta producción australiana nos dibuja una trama que pretende ser angustiosa y perturbadora. Lo consigue a medias, puesto que no alcanza los niveles que podríamos esperar. El tema da para mucho pero se centra demasiado en explicarnos esa enfermiza relación comentada con anterioridad. Entre lo mejor está, aparte de la mencionada banda sonora, la atmósfera oscura en la que transcurre, mérito de Garry Richards a cargo de la fotografía.
Entretenida película, mezcla de thriller y terror, en la cual encontraréis cosas muy positivas y otras no tanto. De vosotros depende inclinar el plato de la balanza a un lado o al otro. En mi caso lo hago hacia la parte más positiva. Motivos no le faltan.
http://www.terrorweekend.com/2013/10/patrick-review.html
Patrick (Richard Franklin, 1978) no es ni mucho menos lo que podríamos llamar un clásico del cine de terror. Lejos de la calidad de las verdaderas joyas del género, tenía no obstante algunos momentos difíciles de olvidar, como una apertura notable con rasgos de estilo muy solventes, un buen uso de los espacios cerrados para oprimir a sus personajes y el honor de que un personaje en coma pudiera ser considerado un asesino en serie sin que se a uno se le escapase la risa. Patrick de Mark Hartley es su puesta al día, un lamentable remake que va directo al top de lo peor de 2013, no tanto porque viole salvajemente a su referente como por su incapacidad para generar cualquier inquietud. Es, sencillamente, una película inepta que alterna la buena factura con la configuración visual de una -muy mala- película porno.
Si hablamos de honores, he de admitir que esta Patrick consiguió sacarme de mis casillas durante su proyección durante el pasado Festival de Sitges. Jamás he visto una película que escena a escena vaya perdiendo fuerza, hasta rozar el ridículo, abrazar lo obvio de forma frontal, lo más pobre posible a la hora de utilizar la música para crear momentos inquietantes (¿?), muertes extraordinariamente pobres, tirar por tierra el trabajo de actores como Charles Dance (¡¡¡!!) y qué coño, tener a una protagonista femenina guapísima y ni siquiera permitir que explote lo que Dios le ha dado. Que no es talento interpretativo, por otra parte. Patrick -remake- me puso de muy mala hostia, me sentí ofendido viéndola, incluso atacado. Así que lo siento pero no voy a dedicarle ningún sesudo análisis más allá de des-recomendarla con vehemencia. Huid de ella como de la peste. Ni siquiera es mala-pero-cutre, salvo en los flashbacks porn-wise, se queda en ese tipo de película con presupuesto realizada por un señor que tiene buena fama como documentalista y que se ha creído capacitado para hacer un largo de ficción aún sin tener ni puta idea de cómo se debe construir una secuencia. Execrable.
Asustar con el ruido. Es como se podría definir esta película vista durante la pasada edición del Festival de Sitges. Un trabajo australiano que intenta devolvernos el aroma clásico del cine de terror de toda la vida.
Una cinta sencillamente desastrosa. Un intento de crear atmosfera, con una música de Pino Donaggio molesta y redundante. Una producción que parece firmada por el lado más loco de Brian DePalma (hay muchos parecidos en tema y en estilo con La furia).
Y que alguien me lo explique. ¿De quién fue la idea de poner altavoces extra durante la proyección en el Auditori de Sitges?. En más de una ocasión me tuve que llevar las manos a los oídos, para evitar escuchar la estridente banda sonora, y los continuos ruidos de unos electrodos, que parecían (literalmente) taladrarte el cerebro.
Una película fuera de tiempo, rancia, sin sentido en el panorama cinematográfico actual, y con un desarrollo basado en la exageración constante. Ni la presencia de los sugerentes Charles Dance o la joven Sharni Vinson mejoran el resultado final.
Una ocasión perdida de realizar una buena historia sobre la telequinesia.
Desconozco si se estrenará. Pero yo que vosotros, me lo pensaría dos veces.