Luz en el alma
Sinopsis de la película
Jackie Lamont (Deanna Durbin), la joven cantante de un club privado, le cuenta al teniente Charles Mason las dificultades de su matrimonio con el aristócrata sureño Robert Manette (Gene Kelly), un hombre de carácter inestable, al que se acusa de haber asesinado a su jefe.
Detalles de la película
- Titulo Original: Christmas Holiday
- Año: 1944
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
Película
6.2
69 valoraciones en total
Film de la Universal, realizado por Robert Siodmak ( A través del espejo , 1946). Escrito por Herman J. Mankiewicz, adapta la novela Christmas Holiday (1939), de Somerset Maugham. Se rueda en Universal Studios, con un presupuesto modesto. Es nominado a un Oscar (banda sonora). Producido por Felix Jackson, que entonces estaba casado con D. Durbin, se estrena el 7-VI-1944 (EEUU).
La acción principal tiene lugar en Nueva Orleans (Louisiana, EEUU), en la Nochebuena y el día de Navidad de 1943, durante la IIGM. Mediante flashbacks la protagonista recuerda un relato de 3 años. Abigail Martin/Jackie Lamont (Deanna Durbin) es una muchacha joven, inexperta, sencilla y melómana, que en un concierto conoce a Robert Monette (Gene Kelly). Poco después se casan.
La película analiza el universo de las adicciones, con especial referencia al alcohol y al juego, y sus efectos devastadores en quienes las padecen y en su entorno familiar. Estudia un caso de complejo de Edipo que comporta una estrecha dependencia patológica del hijo respecto de la madre (Gale Sondegaard), con antecedentes de relaciones incestuosas. Observa el comportamiento violento de personas inestables y enfermas, con las que la conviviencia se hace muy difícl. Sus propósitos de enmienda son en general efímeros. La capacidad de influir en ellas por parte de otras personas es escasa. Muestra las relaciones que encadenan frecuentemente el alcohol, el juego y las drogas, con la violencia, el robo, la extorsión y el crimen, y con conductas desordenadas y compulsivas, como los celos obsesivos. Se refiere, además, a las consecuencias que una problemática compleja de adicciones, violencia y crimen, genera en los allegados a través de diversas vías, como son frustración de expectativas, reproches de terceros, erosión de la autoestima y la mala conciencia que puede llevar a una errónea autoinculpación y, en ocasiones, a situaciones inconvenientes de autocastigo. La acción se desarrolla en una atmósfera de tensión, que condiciona la acción e influye en los personajes.
La música, de Hans J. Salter, combina melodías de baile, solos de piano y pasajes orquestales emotivos y rotundos, que reiteran variaciones del tema central de Always . Añade el Adeste fideles (cuando Abigail llora en la iglesia) y dos de las canciones más populares de Durbin: Always (Irving Berlin) y Spring Will Be A Little Late This Year (Freench Loesser). La fotografía, de inspiración expresionista, hace uso de imágenes reflejadas en espejos, proyección de sombras, ambientes oscuros y encuadres oblícuos. Construye excelentes composiciones, de perfiles bien definidos, con escalas amplias de luz que resaltan una amplia gama de grises. La interpretación de Durbin y Kelly, en papeles alejados de su especialidad en comedia musical, son discretos y correctos. La dirección maneja con habilidad y eficacia los resortes de tensión y suspense del film.
Sin discrepar en lo esencial de las otras críticas que se han hecho de esta película, mi pobre puntuación sobre ella tiene que ver con las dificultades con las que progresa la narración. Me parece extraño que en una película de 90 minutos escasos, se inviertan unos 20 en empezar a exponer las sustancia del asunto. El recurso narrativo del militar abandonado por su novia lo encuentro pobre e innecesariamente estirado. Otro tanto se puede decir de la interminable escena de la misa del gallo. No es Siodmak sospechoso de tener problemas en su ritmo narrativo pero aqui, a mi juicio, si que los tiene.
Cuestión aparte y estrictamente subjetiva es mi imposible empatía con la actriz Deanna Durbin a la cual no me puedo creer ni en esta, ni en cualquier otra de sus películas. Ciertamente esperaba bastante más de esta película.
Desde el comienzo la película consigue crear una atmósfera de interés aunque los prolegómenos resultan premiosos y le cuesta entrar en materia.
La ambientación es magnífica y el ejercicio de descripción minucioso pero el conjunto resulta avasallador por el excesivo afán de contextualizar la acción adecuadamente. Por eso el espectador, en ocasiones, no sabe a qué atenerse, debe permanecer a la expectativa durante un buen rato y el desconcierto se erige en protagonista.
R. Siofmak imprime una notable y deliberada sensación de provisionalidad psicológica cuya línea sinuosa se apodera de un argumento que adopta carácter retrospectivo.
Película de cine negro para degustar de forma pausada, sin sobresaltos ni estridencias y excelente ocasión para dejarse llevar por el conjunto de sugestivos componentes dispersos a lo largo de todo el film como pequeñas luces de alma cinematográfica.
Lo que convierte al Amor en algo incomparable y maravilloso, es su disposición irrestricta para comprender, su capacidad de conocer y aceptar el polo de sombra que hay en el otro, y su empatía para unirse, a aquel que yerra, en su afán de superación. Con todo esto, no siempre triunfa el amor, porque el deseo de cambio del que hace las veces de victimario, no siempre es sólido o sincero, porque no siempre se está calificado para hacer lo que se tiene que hacer (y el amor debe ir unido a la razón) o porque el universo tiene otros planes, con aquel o contigo, que no siempre se pueden cambiar.
Jackie Lamont es, ahora, la cantante de la Mansión Lafayette, un lugar de non sancta reputación, al que se puede ingresar por diversas razones. La de Jackie la conoceremos en algún momento y puede descubrirnos que, no siempre es el afán de pecado lo que puede motivarnos a hacer ciertas cosas. Allí, Jackie conocerá al teniente Charlie Mason, un joven que acaba de recibir un desengaño de la chica con la que esperaba casarse, y con él se conecta hasta el punto de desahogar el sufrimiento que amarga su vida.
Se inicia así una larga retrospectiva, donde se alternarán los tiempos en que Jackie (ahora con su verdadero nombre, Abigail Martin) contará su historia con Robert Manette, el único hombre al que ha amado hasta ahora y al que cree que amará siempre pese a sus liviandades.
Basado en una historia de W. Somerset Maugham, LUZ EN EL ALMA es un filme de amores y desengaños, de aquellos que creen que el amor es sólo darse sin preocuparse de cómo darse, y de aquellos que lo esperan todo sin asegurarse de que, por su parte, han hecho lo suficiente para merecerlo.
Al director Robert Siodmak, siento que le faltó algo de intensidad en la manera de contar ciertos hechos, pero logra motivarnos empatía por las figuras de la chica (la niña prodigio Deanna Durbin, ahora como una atractiva adolescente) y, un tanto menos, por la del frustrado teniente. Sorprende ver al fabuloso bailarín, Gene Kelly, haciendo con soltura un rol atípico de chico malo, pero su personaje decepciona por la manera como actúa en el climax de la historia.
Ignoro que tan ajustado haya sido a la obra del escritor o que injerencias hayan tenido los productores, pero siento que LUZ EN EL ALMA pudo ser mejor. No obstante, hay en la película hechos interesantes sobre los que vale la pena reflexionar. Maugham sabía unas cuantas cosas acerca de la vida.