La semilla del mal
Sinopsis de la película
Una joven de 19 años (Odette Yustman) sufre los ataques de un dybbuk , un alma en pena de una persona muerta que ha sido expulsada del Cielo. Este dybbuk en particular tendrá la forma de un joven que falleció en el campo de concentración de Auschwitz. Junto a su novio (Cam Gigandet) y un especialista en temas paranormales (Gary Oldman), se unirá para acabar con la maldición que tan malos momentos trae a la joven.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Unborn aka
- Año: 2009
- Duración: 87
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Opinión de la crítica
Película
3.7
28 valoraciones en total
Yo la primera crítica que hago no es a la película sino a su promoción, que te vende a Gary Oldman como protagonista o, por lo menos, personaje importante, y resulta que su actuación no ocupa ni un 15% del metraje.
Centrándonos en el film… empecemos por lo bueno. Hay que agradecer una fotografía agradable y que, por lo menos, tenga argumento (spoiler 1). Es decir, se sigue bien el hilo de la trama, pero es que la trama es tan mala que casi sería preferible no entederla. Tiende a subrayar obviedades, así que en momentos determinados una siente su inteligencia ya no infravalorada, si no amenazada. Tiene algunas escenas escalofriantes, resultonas sobretodo por un buen uso de los efectos especiales, combinadas con otras de un mal gusto ridiculizante (spoiler 2). La actuación de la protagonista está bien, y las escenas de destape dan algo de vidilla a la película.
Como ha comentado flaterik, está plagada de incoherencias, desapariciones repentinas de personajes y adolescentes que misteriosamente viven solos en casas que parecen palacios. Supongo que rodaron la película antes de la crisis.
La sorpresa final intenta dignificar el filme, pero es totalmente previsible. Deja la puerta abierta a una segunda parte que espero que no se llegue a realizar nunca (aunque, por el taquillaje que se prevee conseguir, creo que nuestras oraciones no encontraran respuesta).
En fin, floja.
En La semilla del mal, una chica blanca de clase media-alta (que está muy buena) con una amiga negra y un novio macizo es perseguida por un demonio judio. El demonio la atormenta con imágenes de perros con la cabeza de medio lado, poseyendo al hijo de la vecina, haciéndola soñar con el baño de Silent Hill….todo ello con un colofón de exorcismo. Si después de leer esto colocais vuestras espectativas al nivel de una peli medio seria, allá vosotros…
Las actuaciones son malillas, ya no solo por la protagonista (a veces se duda sobre si ha visto un demonio o a Paris Hilton en bata) Odette Yustman, sino también por el que hace de su novio Cam Gigandet (dos pelis en las que le he visto, dos pelis en las que se limita a lucir palmito) y Gary Oldman (que alguien le aconseje cambiar de agente) en uno de los papeles más tristes de su carrera actual (posterior al quinto elemento). La puesta en escena es mala, pero funcional después de todo, la fotografía es acertada y el guión empieza como acaba, perdido en medio de ninguna parte. Los efectos visuales y especiales están bastante bien y son la mayor aportación del film. ¿Y por qué le he puesto un 6? Porque dentro del género de terror, ha sido la única película en el último año que no me ha hecho estar mirando el reloj cada 10 minutos, me ha dado sustos (que no miedo) y me ha entretenido lo suficiente como para no salir maldiciendo Hollywood. Y se agradece bastante.
Otra película que confunde el miedo con el susto, y van… Son tantas que uno ya no sabe cómo expresar su enfado. Cojamos el ejemplo de ‘Los extraños’. Una película que caía descaradamente en la misma trampa pero que por lo menos al principio se molestaba en crear un ambiente desconcertante, lo cual ayudaba a que tragáramos la broma durante un buen rato. Ya es algo. ‘La semilla del mal’ no tiene ni eso. Pero para ser justos hay que descubrirse ante la sinceridad del director, ya que desde los primeros compases deja clarísimas sus intenciones. En efecto, la primera escena nos dice que ésta va a ser una película en la que la intensidad de los decibelios va a aumentar periódicamente mientras la guapísima Odette Yustman luce sus ajustados modelitos. Nada más.
Por si fuera poco, David S. Goyer (guionista de las dos entregas del Batman de Christopher Nolan) ni se molesta en ser mínimamente creativo a la hora de endosarnos los supuestos sobresaltos. El espejo, el armario oscuro, la loca desquiciada que está de espaldas, el niño repelente tenebroso… un itinerario por todos los lugares comunes del cine de terror de los últimos años, en el que podemos anticipar con precisión de cirujano el momento exacto del chillido/aullido/berrido de turno. Simplemente desesperante. De modo que ahí va un buen consejo: al mal tiempo buena cara. Tomémonos la película como lo que es, un auténtico bodrio. De este modo nos libraremos de las ataduras del espectador cabreado y podremos apreciar las ricas sutilezas de esta obra.
Racionalizando, estamos ante un frenético cruce de géneros cinematográficos. El primero de ellos es el erótico. Cual macho alfa en celo, Goyer ve en cada situación la excusa perfecta para hacer practicar a su joven diva incontables posturitas insinuantes delante de la cámara, para mayor deleite del tierno público que justo debe empezar a aprender cómo funciona su miembro viril. Del género erótico bebe también el director para introducir sus supuestas escenas terroríficas. Véase el clásico corte de Hola, soy el lampista. Adelante, pase a mi habitación, mi amiga y yo estamos desnudas!. En nuestro caso la cosa va así: Practicaremos el exorcismo en la cálida y acogedora sinagoga, verdad? No hija mía, vayamos mejor al tétrico hospital psiquiátrico abandonado. Ya lo ven, diferente contenido, misma forma.
La semilla del mal es mala, malota, lo vuelvo a confirmar.
Es tal la descoordinación e inconexión de la trama y el guión que joder, es que uno se pierde, sobre todo en los últimos 15 minutos que es donde se precipita todo, porque es un sin sentido tal que si te pones a pensar de dónde sale (y cómo sale) cada personaje y qué movidas les ha pasado, es una odisea la verdad.
No sé a vosotros pero me ha dado la sensación de ver un gran popurrí de películas de terror como son: The Ring, un poquito de El Exorcista, Reflejos, The Eye, e incluso hasta a Scary Movie por la ridícula escena del atropello del coche.
Entretenida es, no digo que no, y la tía está jamón-jamón, pero ya estoy cansado de ver tanto tópico en una peli de este género. Por cierto, a Gary Oldman había que darle un collejón pero de los buenos por meterse en esta bazofia.
Voy a ser absolutamente escueto a la hora de criticar este bodrio, porque ya me ha hecho perder dos horas de mi precioso tiempo ( espero que ésto ayude a alguien a no engrosar la cuenta bancaria de algún productor comprando su entrada).
No hay por donde coger NADA del argumento, si es que semejante patochada merece ser llamada así, por mucho que el director se esfuerce en dejarnos claros los sucesivos sinsentidos de la cinta.
Las interpretaciones son absurdas casi en su totalidad.
Los sustos, por repetición y subida de volumen acaban aburriendo, hastiando, agotando…
Los fectos visuales maravillosos si la peícula fuera de 1999, pero a día de hoy más vistos que el tebeo, y por excesivos y reiterados, cansinos.
La música, vacía.
La fotografía, trillada, no por mucho meter filtro consigues un buen efecto.
Y el final… Madre del Amor Hermoso…
Con los peliculones que tenemos y vamos a tener en cartelera próximamente, casi un delito, un pecado, dedicarse a ver esta obra maestra que de bueno tiene el título ( original, porque esa reminiscencia de mi amado Polanski y una de mis pelis favoritas es, cuanto menos, bochornoso)
Un 2 porque emiezo el año generoso.