Fase 7
Sinopsis de la película
Coco (Daniel Handler) acaba de mudarse a su nueva casa con Pipi (Jazmín Stuart), su esposa embarazada de siete meses, cuando su edificio es puesto bajo cuarentena por la aparición de un virus mortal. Rápidamente el aislamiento trae aparejados problemas básicos, como la escasez de víveres, que ponen en riesgo la subsistencia de los vecinos, quienes se convierten en enemigos inesperados, tejiendo alianzas y urdiendo conspiraciones. Coco se ve obligado a una alianza con su vecino Horacio (Yayo Guridi), inestable y paranoico, pero muy bien preparado y pertrechado, para defender el contenido de su refrigerador y mantener a Pipi a salvo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Fase 7
- Año: 2010
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
6
77 valoraciones en total
Fase 7 se presentó como una desconocida. Con un reparto donde sobresalía Luppi (acompañado por el genial Hendler) y una trama con ecos de REC ligada a una temática ante la que la reacción más clara hubiese sido dudar, sin embargo, el debut de Goldbart resulta sorprendente a todas luces. Su sentido del humor, empujado por dos actores con una química tremenda, acompaña un primer tramo en el que la presentación de personajes es esencial, y se sucede como tal, no sólo no perdiendo detalle sobre cada uno de los tipos que habitan el edificio, sino además obteniendo ligeras pinceladas que pueden dar una idea sobre cuales serán sus respuestas más adelante.
Acto seguido, se da paso a una curiosa mezcla de thriller donde cada camino escogido es el punto más certero para que todo siga avanzando sin dar demasiados tumbos, y la comedia siga siendo uno de los elementos imprescindibles en él, logrando incluso sorprender con algunas secuencias que verdaderamente no serían imaginables en un trabajo como Fase 7 , y están encajadas y dirigidas de modo tan desinhibido, que el espectador termina disfrutándolas como una más en el conjunto y aplaudiendo la osadía de una propuesta que en ni un sólo momento se arruga o da marcha atrás en sus intenciones.
Por si todo ello fuera poco, un elenco acertadísimo (de los que ya destaqué al tándem Hendler-Stuart), con un Luppi que parece fuera de sus casillas (y con uno de los mejores papeles que le han regalado en mucho tiempo, todo sea dicho) y un Yayo Guridi que, simple y llanamente, no puede dar más en el clavo con su interpretación, terminan completando un trabajo cuyo tramo final es delicioso y que no pierde el norte en ni un sólo momento, logrando resultar una de esas pequeñas joyas que no sólo agradece el espectador, sino con las que además termina epatando y pidiendo más, y mejor (si puede ser), la próxima vez. Mientras, seguiremos esperando alguien que nos haga reir y vibrar como Goldbart, por difícil que parezca.
Fase 7. De Nicolás Goldbart. Sin duda, la mejor de las cinco. Película argentina sobre un bloque de edificios declarado en cuarentena por la amenaza de un virus mortal pandémico (no, no hay zombies esta vez), y en el que poco a poco, la paranoia va creciendo entre sus inquilinos. Divertidísima, de un humor negro excelente, un guión estupendo, con una dirección firme y ágil, y muy buenas interpretaciones, destacando al protagonista, Daniel Hendler, y al enorme Federico Lupi. Como único punto oscuro recalcaría unos últimos cinco minutos confusos e innecesariamente largos, pero vale la pena.
Un ocho bien merecido.
¿Qué pasaría si el edificio en cuarentena de REC estuviese habitado por los vecinos de La comunidad ? Que lo de menos sería el virus ¿no?
Muy bien Hendler (Coco),que acaba siempre en medio de todas las balaceras, y de todas escapa con cara de susto, para volver a casa y sufrir las broncas de su mujer Pipi.
Correcta Jazmín Stuart (Pipi), embarazada de siete meses, que logra no enterarse de nada, y sigue montándole pollo a Coco porque no cambia las lamparitas del living, mientras la humanidad perece tras su ventana.
Un descubriento Yayo Guridi (Horacio) el típico lunático que lleva años acumulando víveres y armas en su casa, y esperando el día en que, por fín, el apocalípsis llegue.
Y por supuesto,impagable Luppi, en el papel de villano, con escopeta revientacabezas, chaleco de caza y gafas de sol a lo Charlton Heston ( Nene, hace cinco años, a esta distancia, te habría afeitado el bigote )
Como a los argentinos les de por el fantástico, que Dios nos pille confesados…
La propuesta que nos llega desde Argentina habrá pillado a más de uno por sorpresa. (Mal)Acostumbrados a cierto tipo de cine en la última década proveniente de ese país, muchos se han sorprendido al descubrir una cinta de un género tan alejado a lo que nos llega habitualmente desde Argentina y además, tan bien realizada, que sigue los cánones de su género a la perfección y donde de manera brillante se mezcla la comedia con las pelis de infectados.
Lo cierto es que un servidor tras visionar el filme no puede dejar de mencionar a esa maravilla llamada El Eternauta, una novela gráfica de ciencia ficción argentina muy laureada. La cinta le rinde un pequeño peaje a la hora de abordar el tema, con ciertas similitudes o pequeños homenajes al comic. Pero luego no se detiene ahí. Es decir, la cantidad de guiños abarca desde el mencionado Eternauta hasta homenajes imposibles a la saga de videojuegos Halo. Vamos, el tipo que está detrás de las cámaras y de la escritura del guión sabe el terreno que pisa.
Los personajes están acertadísimos todos, llegando a ser muy creíbles. No hay nadie que sea exactamente el malo de la función, lo que le otorga un punto extra al resultado, todo se resume a una experiencia al límite entre vecinos mientras el mundo llega a su fin tal como lo conocemos.
La historia está contada con mucha soltura, saltando de género sin despeinarse, pasando de la risa más socarrona a escenas de acción bien filmadas, con sus litros de sangre de por medio. Donde todo el mundo se esfuerza por sobrevivir por encima de los demás, a excepción de nuestro despistado protagonista, al que le vienen grande todas las situaciones mientras se desvive por proteger a su mujer, aunque no sepa ni protegerse a si mismo.
Estamos por tanto ante una de las propuestas más interesantes de la temporada, de las que uno no debería dejar pasar.
Atención especial al trío de actores principales y todas sus escenas en las que salen juntos o enfrentados.
¿Qué es Fase 7?
Es un producto que cuesta encasillarlo. Es aire nuevo y no tanto.
No es común ver esta clase de historias en el cine, pero no es una idea innovadora tampoco.
Lo que convierte a Fase 7 en un producto altamente disfrutable es su manera de plantearlo y eso sí es innovador.
Brevemente se trata de un edificio de departamentos que se ve aislado por un aparente virus epidémico y puesto en cuarentena. Sus habitantes deberán aprender a convivir dentro del mismo.
Esta historia, a diferencia de la seriedad que ya hemos visto en REC, Quarentena, y alguna otra, tiene a favor que apunta a contar la misma con solapada ironía. Hay un trágico humor negro que no nos permite tomar totalmente en serio la situación y en este caso, juega a favor.
Apoyado en un guión pleno de diálogos cotidianos simples e incisivos, que tienen un toque Woody Allen, y dos actuaciones como las de Daniel Hendler (siempre cumplidor) y Federico Luppi (desquiciado) que llevan de la mano la trama, Fase 7 se vuelve plenamente atractiva. Jazmín Stuart cumple, y Yayo está aceptable (con momentos memorables y algunas sobreactuaciones).
Las sonrisas están a la orden del día como también algunas escenas fuertes e impactantes.
Fase 7 es un muy buen plato cinéfilo, no apto para todos. Si necesitas explicaciones racionales y una historia 100% real, no deberías intentarlo.
Para el resto, muy buena historia para salir de la habitualidad.
Y para los fanáticos de Sitges, una panzada imperdible.