Padre a la fuerza
Sinopsis de la película
Henry es un escritor frustrado que un buen día se encuentra con Magdalena, una niña de ocho años, en la puerta de su casa. La pequeña resulta ser su hija, lo que cambiará su vida para siempre. El título original Kokowääh hace referencia al modo en que un alemán que no sabe francés pronunciaría coq au vin (pollo al vino).
Detalles de la película
- Titulo Original: Kokowääh
- Año: 2011
- Duración: 123
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Opinión de la crítica
Película
5.3
31 valoraciones en total
Conforme avanza la historia -y van desapareciendo las típicas gracias de las comedias familiares con niño protagonista incluido-, en pro del análisis en los nuevos modelos familiares (dos padres y una madre), Til Schweiger consigue una película bastante agradable con entidad propia, a pesar del facilón, y constante, uso de la musicalización en todas las escenas.
La economía de Henry, un guionista de ficción televisiva, corre un grave peligro tras la cancelación de su serie «El guardabosques». Los gastos imprevistos no dejan de llegar, por lo que necesita un golpe de suerte para poder subsistir. Su rescatadora será Katharina, una exitosa escritora con la que mantuvo una relación sentimental en el pasado. La adaptación al cine de su libro que ambos preparan tendrá un obstáculo inesperado con la llegada de una visitante desconocida: su hija. Henry deberá afrontar sus antiguos errores y aprender a ser un padre para Magdalena, preparándose para lo que pueda llegar después.
El nombre de la película, «Kokowääh», es una transcripción fonética al alemán de «Coq au vin» (Pollo al vino), escrito en el juego Scrabble por la pequeña Magdalena. Se trata de una comedia romántica que, de no ser por su idioma original, podría confundirse con una película estadounidense. Eso sí, con cierto aire de cine independiente que la hace más atractiva. No obstante, los enredos y desenredos se adaptan a la perfección a la plantilla que caracteriza a este género.
La música es un elemento fundamental en esta producción alemana. Los temas a los que se recurre en su banda sonora son éxitos de la música pop con cierto toque indie, como OneRepublic con «Say (All I need)», M83 («We own the sky»), Amy Macdonald («Your time will come») y algunos temas del compositor Martin Todsharow como «Rise». Todas estas canciones se adaptan bastante bien al desarrollo de la historia, pero no están utilizadas correctamente. Su duración es siempre excesiva, y su volumen demasiado alto. Los silencios que las separan suelen ser bastante cortos, sin dar ningún tipo de tregua. Parece como si el encargado de elegir las melodías hubiese conectado su lista de reproducción favorita y se hubiese olvidado de pararla a tiempo.
Si la música es importante es también por su influencia en la imagen. En varios momentos se abre un paréntesis para introducir en él un fragmento que se asemeja a la publicidad, tanto en la forma como en el mensaje. Utiliza, por tanto, eso que muchos cinéfilos detestan presenciar: la famosa estética videoclipera. Del mismo modo que le ocurre a los temas musicales, su duración ocupa demasiados minutos. En ellos se sitúan elipsis temporales que, en realidad, son elipsis de guion. De este modo se produce el salto imposible de una situación a otra, sin un solo intento de justificación.
Es imprescindible destacar la interpretación de Emma Schweiger, hija de Til Schweiger, director y actor protagonista de esta película. Se puede apreciar la química que tienen padre e hija, que ha hecho surgir una gran espontaneidad y naturalidad. Estos son indicios de un futuro prometedor, por lo que en cualquier momento podría convertirse en una gran estrella cinematográfica, dentro o fuera de su país.
Es la segunda película de Til Schweiger que veo donde es director y protagonista, y la verdad sus actuaciones en ambas películas no difieren, aunque aún no me atreva a generalizar sobre sus dotes actorales, por ahora diré que son poco versátiles.
Reconocí entre las canciones de su banda sonora a Amy Macdonald, cantante de mi preferencia.
Me gustó también que ante la problematica familiar siempre se buscara una solución, y en este caso fue gracias a la aceptación de los dos hombres protagonistas, Henry (Til Schweiger) y Tristán (Samuel Finzi).
En su calificación de comedia romática, veo más bien una película romántica y un poco sensiblera.