No me chilles, que no te veo
Sinopsis de la película
Wally es ciego y Dave sordo. Cuando un hombre es asesinado delante de su puesto de prensa, se convierten en los principales sospechosos. Para probar su inocencia tendrán que ayudarse mutuamente: Wally prestará sus oídos a Dave y éste sus ojos a Wally.
Detalles de la película
- Titulo Original: See No Evil, Hear No Evil aka
- Año: 1989
- Duración: 103
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Opinión de la crítica
Película
5.5
31 valoraciones en total
Si utilizo este título para mi crítica es porque estas dos palabras resumen a la perfección lo que es No me chilles, que no te veo : Una brillante, delirante e ingeniosa película, que todavía hace reír más gracias a los tacos utilizados con brío e inteligencia.
Dos cómicos en estado de gracia en los años ochenta, Richard Pryor y Gene Wilder, dan vida a un ciego y un sordo empeñados en ocultar sus limitaciones físicas ante la sociedad y cuyos destinos se unirán cuando sean testigos involuntarios – y cada uno a su modo – de un asesinato. A partir de ese momento habrán de convertirse por fuerza en un equipo complementario recíprocamente, que nos dejará en la retina escenas de lo más desternillantes (como por ejemplo, su paso por la comisaría como sospechosos). Una contradicción que, lejos de lo que se pudiera pensar en una comedia, contiene un mensaje oculto de superación y de reproche por el trato que se dispensa en ocaciones a las personas que necesitan ayuda para valerse en la vida cotidiana. Puede que la cinta se haya quedado desfasada en algunos de sus contenidos, pero no así en el fondo.
Hay que añadir, además, la presencia de dos asesinos estupendos interpretados por un casi debutante Kevin Spacey y especialmente por la morenaza playmate Joan Severance, la cual será recordada como la mujer de las piernas perfectas capaz de hacer perder el sentido a cualquier hombre.
Lástima que, aprovechando el éxito de esta película, se hiciera un bodrio posterior como No me mientas, que te creo , protagonizada por el mismo dúo y con intenciones similares, pero carente de toda gracia.
Y es que No me chilles, que no te veo de Arthur Hiller, son de esas películas cómicas aventurescas que aunque pasen los años, te siguen divirtiendo y te hacen pasar un rato ameno, olvidando lo mundanal.
La trama es sencilla, un ciego y un sordo, que no aceptan su situación se conocen, y por circunstancias del momentos, se ven envueltos en una rocambolesca historia de asesinos y mafiosos, el resto, viene solo, de tal forma, que las situaciones desternillantes y los chistes, aparecen con tal naturalidad, que la carcajada es el mayor premio que se les puede brindar.
Richard Pryor, Gene Wilder lo bordan, y aunque tienen un papel de lo más cómico, saben transmitir, de forma sátira, su inadaptación a las deficiencias que poseen, consiguiendo que el espectador crea realmente en sus deficiencias, y rían con placer ante cada intento de ser normales.
Recomendada y 100 por ciento disfrutable.
Una comedia que resulta de principio a fin, con unos gags desternillantes e inolvidables. El desarrollo es facilón, no se estrujaron mucho el cerebro en la que es una consecución de acontecimientos unos más predecibles que otros. Sin embargo, cada uno tiene un toque de humor genial que hacen una película muy entretenida, sin que aburra en absoluto.
Verla mejor con colegas y panchitos varios.
Han pasado un montón de años desde que vi por primera vez esta comedia, y aún hoy sigo recordando con mi familia y amigos sus disparatadas escenas.
Por alguna extraña razón que se escapa a mi entendimiento, el combinado Pryor-Wilder funciona a las mil maravillas, convirtiendo una película floja en toda una obra cumbre. El blanco y el negro, paradigma de las comedias facilonas, obligados por sus discapacidades a desencadenar una situación límite tras otra, avanzando con humor genial por un argumento sencillo, una bella asesina, acompañada por Kevin Spacey -aparición estelar del entonces novato-, unos policías de manual, un malentendido, la huída. ¡Risas y risas! Una obra que merece ser compartida, comentada, disfrutada.
Momentos célebres que serán recordados por siempre, que vendrán a la memoria cuando uno menos se lo espera, y le harán desternillarse cada vez. Recomendable, ya lo creo que sí: para mí, toda una referencia en la comedia.
Personalmente soy de los que ve a Richard Pryor y se ríe, la interpretación que hace de sus personajes incluyendo su particular gesticulación, los guiños al humor de color como en la escena del metro hacen que este film no solo contenga humor blando sino que también contenga humor negro y nos enseñe a reírnos de nosotros mismos.
Una trama fácil, porque es comedia… si usted espera algo mas lo mejor es que vea magnolia o alguna ganadora del oscar, porque esta clásica pareja es solo para gente con un tercer ojo.
una película entretenida que te resultara simpática de principio a fin si estas dispuesto a no discriminar los filmes livianos.