M, el vampiro de Düsseldorf
Sinopsis de la película
Un asesino de niñas tiene atemorizada a toda la ciudad. La policía lo busca frenética y desesperadamente, deteniendo a cualquier persona mínimamente sospechosa. Por su parte, los jefes del hampa, furiosos por las redadas que están sufriendo por culpa del asesino, deciden buscarlo ellos mismos.
Detalles de la película
- Titulo Original: M
- Año: 1931
- Duración: 111
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Opinión de la crítica
Película
8.3
67 valoraciones en total
Hace unos días un amigo de esta página me mandó un mensaje para saludarme y al final de este me hizo una sugerencia. Esta no era otra que ver esta película, a la que tildaba como su favorita. Como coincido bastante con él, en general, no dude ni un minuto, hay que ponerse a ver esta vieja película de ni más ni menos ¡1931!
Además tenía un chollo añadido, si no me gustaba, mi buen amigo me permitía que me vengara, cosa que naturalmente iba a hacer ¡Je,je,je!
Desgraciadamente no va a haber venganza, desde el primer fotograma quedé alucinado, el poderío de las imágenes era tremendo, los actores bestiales, de la fotografía para que hablar, el guión espeluznante, todo magistral, a simple vista, gozada absoluta.
¿Cómo consigue Fritz Lang este efecto tan inmediato? Pues con una introducción bestial. Con toda naturalidad nos narra como una madre está esperando a que venga su hija del cole, con un reloj que va marcando el retraso y proporcionando angustia y desasosiego a la progenitora. Nos muestra como empieza de la tranquilidad absoluta a la preocupación infinita, hasta llegar a los gritos de desesperación temiéndose lo peor, lo que cualquier padre teme, que le haya pasado algo a su pequeña.
En medio nos muestra como el asesino de niños, aún sin cara va engatusando a la niña camino del fatal desenlace.
Bestial inicio que te deja sobrecogido y te mete de lleno en la trama.
Luego se van presentando sin ninguna prisa los personajes de la historia, los ciudadanos que empiezan a sospechar de todo el mundo, incluso de sus amigos, los policías, los personajes del hampa, incómodos ante la continua presión policial por encontrar a tan terrible asesino y finalmente al asesino de niños, quizá las personas más repudiadas por nuestra sociedad.
No hay que perdérsela, sigo en spoiler pues cuento cosas de la película.
Hubo un tiempo en que la sangre y la casquería no era necesaria para mostrar un psicópata.
Hubo un tiempo en que el cine debatía sobre la mente humana.
Hubo un tiempo en que el cine investigaba, debatía y se posicionaba.
Hubo un tiempo en que el fuera de campo se consideraba algo sumamente importante.
Hubo un tiempo en que un psicópata se veía acorralado y pedía clemencia.
Hubo un tiempo en que una película de asesinatos no mostraba asesinatos.
Hubo un tiempo en que unos simples globos sugirieron un asesinato.
Hubo un tiempo en que una melodía silbada puso los pelos de punta.
Hubo un tiempo en que un asesino de niños se hizo vulnerable.
Hubo un tiempo en que un psicópata no utilizaba una sierra mecánica.
Hubo un tiempo en el que el miedo/tensión no se creó a base de sustos.
Hubo un tiempo en el que no se necesitaban efectos de sonido para meter sustos.
Hubo un tiempo en el que hubo películas sobre psicópatas y no había sustos.
Hubo un tiempo en que una película se preguntaba sobre la naturaleza del ser humano y sobre la diferencia entre locura, sadismo, enfermedad…
Hubo un tiempo en que el guión sustentaba una película de este tipo.
Hubo un tiempo en que directores sin recursos como ahora se las ingeniaban para decir lo que querían.
Hubo un tiempo en el que Hostel no valdría nada.
Hubo un tiempo en el que el cine fue cine y aprovechó los recursos que este arte brinda.
Hubo un tiempo en el que el cine era cine y no publicidad vacía.
Hubo un tiempo en el que el cine hizo pensar.
Hubo un tiempo en el que el cine se mojaba y posicionaba.
Hubo un tiempo en el que el cine pasaba de la moralina y hablaba desde el subtexto.
Hubo un tiempo en el que un actor interpretó a un psicópata de forma natural y magistral.
Hubo un tiempo en que lo personal, lo social, lo macabro, lo político…se mostraba en una película con psicópata.
Hoy vivimos en unos tiempos en los que M sería inviable, ya que aprovecha demasiado lo que el cine puede dar de sí.
Hoy vivimos en unos tiempos en los que el psicópata es un descerebrado que mata.
Hoy vivimos en unos tiempos en que cualquier director utiliza el recurso del ketchup y machetazos retorcidos.
Hoy vivimos en una época en que las emociones fuertes van al estómago.
Al estómago, no al cerebro.
1) M de Mörder
Canciones, juegos infantiles, escaleras, un globo, silbidos, la sombra recortada en el cartel, el uso del fuera de campo y las elipsis.
Los encuadres. La atmósfera asfixiante del psicópata.
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2) La caza
Las dos caras de la sociedad. Montaje en paralelo. La policía y el sindicato del crimen. Histeria colectiva. La encerrona. La creación de los espacios. Dos ojos grandes y perlados de sudor.
Cambia el punto de vista, el sustrato moral se tambalea.
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3) Juicios
La esquizofrenia al desnudo: El monólogo más sobrecogedor de la historia del cine.
Las dos caras de la verdad.
Final semiabierto.
Sucedió lo irremediable.
Sólo queda el dolor.
Quien esté libre de pecado…
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Nada es sencillo, todo tiene su reverso, lo que empieza como una afilada sinfonía del horror acaba siendo una lección inolvidable de psicopatología, M. Y es que la vida puede ser una terrible enfermedad.
Cuando la industria del cine estadounidense sostenía que la llegada del cine sonoro únicamente servía para adaptar obras de teatro y realizar musicales M, el vampiro de Düsseldorf fue un bofetón en la cara. En el continente de las ideas, Hitchkock comenzaba a destacar así como Buñuel, Gance o Vigo y por supuesto, Fritz Lang. Para Hollywood un film como aquel no era viable, hasta que lo vieron, claro.
Lang la estructuró en tres partes. La primera se encarga de mostrarnos al asesino y sus consecuencias. En la segunda el espectador asiste a la competencia desatada entre las fuerzas del orden -criticadas por su falta de resultados- y los bajos fondos -hostigados por la policía en su busqueda del asesino- para llegar al mismo fin pero con diferentes métodos. Y en la tercera -la más sobrecogedora- una caza al hombre sin cuartel.
Fritz Lang consiguió con M, el vampiro de Düsseldorf dibujar el perfil de sicópata que más tarde seguirían todos sus colegas con los matices correspondientes a cada caso. En la escena final, Peter Lorre encoge el corazón de cualquier espectador con su monólogo final, consiguiendo un cierto grado de empatía con el público, caso éste muy difícil de conseguir por un actor y solo al alcance de los genios de la interpretación. Un crítico de cine definió el rostro de Lorre en El Halcón Maltés como el más extraño y desasosegante de la Historia del Cine. En M, creo que también se podría decir lo mismo del actor.
Destacar también la actuación del jefe de los bajos fondos así como su atuendo y su aire marcial, ácida crítica de Lang hacia el nazismo que se les venía encima. El único pero que le pongo es un contrapicado de tres segundos en el que se ve al comisario espatarrado en una silla y marcando paquete. Demasiado. Final épico y vanguardista.
La película que jamás aprobarían los de la LIGA ANTI TABACO.
Una delicia visual y sonora que cautiva y emociona a partes iguales. 9.8
¿Quiénes sois vosotros para juzgarme a mí?
Una mañana de 1963, F. W. Murnau estaba en una sala de proyecciones universitaria para un experimento científico. Su amigo el profesor Vogel le proyectó una escena de la película de Hitchcock Los Pájaros, aquella en la que la madre del protagonista descubre al granjero muerto. Al acabar, Murnau se felicitó por haber visto una muestra de cine puramente visual, en el que el casi inexistente sonido no molestaba a las imágenes.
Ahora vas a verlo como una película muda –dijo el profesor, y proyectó exactamente la misma escena sin sonido. Cuando volvieron las luces, Murnau permaneció en su asiento, estupefacto. Es extraordinario. ¿Qué le parecía extraordinario?