La isla de Pascali
Sinopsis de la película
Durante 1908, en una isla griega del Egeo, todavía bajo dominio turco (aunque el imperio Otomano estaba a punto de derrumbarse), Pascali, un hombre muy conocido, trabaja como espía para el Sultán Abdul Hand II. Al llegar el arqueólogo inglés Anthony Bowles, interesado en una zona de la isla que oculta grandes tesoros de la Antigüedad, Pascali se pone a su servicio como guía e intérprete.
Detalles de la película
- Titulo Original: Pascalis Island
- Año: 1988
- Duración: 101
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Opinión de la crítica
Película
6.1
91 valoraciones en total
Vaya por delante que es una película más que estimable, y que he llegado a ella por recomendación de un amigo, Manuel, al que se lo agradezco públicamente. Tenía (tiene) un interés especial en la misma y en saber nuestra opinión, la de Mateo, cinéfilo, y la mía propia.
La isla de Pascali es una película de 1988 que no debió tener exhibición comercial en España. Era el primer largometraje de James Dearden, que ha dirigido con posterioridad: Bésame antes de morir (1991), y El gran farol (2000).
Adaptaba una novela del escritor inglés Barry Unsworth, de 1980, que declaraba sobre esta obra: uno puede tomar un período remoto y usarlo como un espejo distante…, y así tratar de decir cosas sobre nuestra condición humana, que trascienden la época actual y se vuelven atemporales . El propio director escribió el guion, en el que es fundamental la introspección del personaje principal (voz en off), los diálogos precisos, con reflexiones sobre la condición humana y una estructurara con mucho equilibrio entre las distintas secuencias.
La historia sucede en 1908, en una isla bajo dominio del Imperio Otomano, habitada por griegos que luchan alzados en armas por su integración en Grecia. Un hombre de mediana edad, Basil Pascali (Ben Kingsley) de orígenes nacionales diversos (irlandeses, franceses, malteses…), hijo natural o ilegitimo, vive en la pequeña isla con la conciencia de que, en el fondo, es de ninguna parte y que no es considerado como suyo ni por los turcos ni por los griegos.
Es un hombre cultivado, que habla varias lenguas y que se ofrece a los viajeros y turistas occidentales (ingleses, alemanes…) como intérprete. A la vez (y es su secreto) es informante del Gobierno del Sultán en Estambul.
Como un personaje de Kafka, escribe informes periódicos, por los cuales se le paga regularmente, pero nunca ha recibido contestación o instrucciones y tiene dudas de si habrán llegado a su destinatario o habrán sido leídos.
En la isla vive una pintora austriaca (Helen Mirrey), joven, independiente, y un negociante alemán dedicado a oscuros tratos con el pachá o gobernador de la isla. Basil Pascali admira a la pintora y emula la distinción que se supone a un caballero inglés.
A la isla llega un arqueólogo inglés, joven, arrogante, pero de trato suave (Charles Dance). Basil Pascali se ofrecerá como intérprete suyo ante las autoridades otomanas. El arqueólogo quiere arrendar unas tierras del pachá para realizar unas excavaciones. El contrato se firmará, pero para ese momento, Pascali ha descubierto el verdadero motivo del viaje del presunto arqueólogo…
Sobre esta base se hila el argumento, entre los engaños para enriquecerse, la pasión amorosa, y el juego entre la supuesta superioridad de unos nacionales sobre la inferioridad de otros. Basil Pascali se verá atrapado entre su cometido como informante y su admiración a la pintora y al arqueólogo (seres superiores a sus ojos), con los riesgos de traicionar a unos o a otros.
La intriga, perfectamente trazada, como una caja china, los diálogos que nos descubren las ambiciones, debilidades y miedos de los personajes, hacen que la trama discurra como un suspense en los que la condición humana aflora con toda su locura.
Con una puesta de escena impecable, rodada en los escenarios originales, es una película sobre uno de esos momentos estelares de la historia (en expresión de Stefan Zweig): un imperio, el Otomano, está apunto de disolverse y otras potencias maniobran para apropiarse de sus dominios. En ese mundo cercano a la I Guerra Mundial, espías, negociantes de armas, aventureros, idealistas, estafadores, artistas, ricos, se mueven entre intrigas, dinero y riesgo para sus vidas. Ese ambiente recoge este film.
Hay una reflexión que cruza toda la película y es el concepto de superioridad de una razas o naciones sobre otras. Es una lección que el presunto arqueólogo inglés quiere dar a los inferiores turcos. Una lección que no tendrá el resultado esperado debido a su soberbia. Aunque el perdedor desde la primera imagen hasta la última solo puede serlo el desclasado Basil Pascali. Un personaje entrañable en sus debilidades y miserias, aquejado de ese complejo de clase inferior, de no formar parte de ninguna sociedad y anhelante, siempre, del reconocimiento de los seres superiores , del amor de bellas y exquisitas turistas, o del reconocimiento, al menos, del gobierno turco que le paga…
Impecables actuaciones de Ben Kingsley, Charles Dance y Helen Mirren, que llenan de sentido las escenas y los diálogos.
Una película poco conocida y muy recomendable,