Los vengadores
Sinopsis de la película
La familia de John Benedict (William Holden), un pacífico ranchero, ha sido masacrada por un grupo de comanches a las órdenes de un blanco renegado. Ansioso de venganza, saca de la cárcel a seis hombres para que le ayuden a capturar al culpable.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Revengers
- Año: 1972
- Duración: 112
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Opinión de la crítica
Película
5.3
28 valoraciones en total
Regular cinta del viejo oeste que cuenta con un reparto más que interesante y en el que encontramos a William Holden y a Ernest Borgnine, aquI en un personaje un tanto camaleónico, secundados por Woody Strode, aquél memorabla sargento negro en la película de Ford. Para mi lo mejor de la película está, y perdónenme por mi inquietud, en que se vuelven a juntar dos de los personajes de la banda más mítica de la historia del cine del oeste con letras mayúsculas, Pike y Dutch, los cabecillas del añorado Wild Bunch o Pandilla Salvaje. El que ve esta película estudia cada mueca, cada movimiento de ambos buscando alguna similitud, algo que en algunos planos está más que conseguido. Por lo demás, me parece interesante el final de la pelicula cuando no acaba como todos esperan pero a todos nos gusta, quizá un guiño a Sam.
La venganza es la base de este western, el protagonista trata de vengarse del hombre que mató a su familia y para ello se ayudará de unos reclusos sin principios que sin saber muy bien por qué permanecen a su lado en su incansable búsqueda del comanchero tuerto.
Es un western bastante completo y con muy buenas actuaciones en el que no faltan los buenos tiroteos, pero a diferencia de otros western de los 70, en este, también hay buenos diálogos y una trama elaborada.
Con el enunciado de la cabecera dejamos claro el paralelismo que encontramos entre Los vengadores y la mítica obra de Sturges. No solo por la cifra de pistoleros, la música o la misma forma de reclutarlos, si Mann lo hace en un presidio mejicano aquel entre la hez del territorio.
La cinta va de venganzas. El vengador, John Benedict (Holden), conoce bien a quienes ha contratado y no se sorprende cuando le dicen: Ha apelado al honor de unos hombres que no tienen honor . Como así sucede a las primeras de cambio.
Hay, efectivamente, algunos guiños a Grupo salvaje , no solo por la presencia también de Borgnine, sino por el cambiazo del oro por piedras (versus arandelas metálicas). Igualmente asistimos a un giro en la personalidad tanto de los ex presidiarios, que luego siguen por propia voluntad a Benedict , sino en este que se contagia de la violencia de sus compañeros.
Es precisamente esta lucha interior lo que más enriquece la obra. Benedict percibe perfectamente que su afán de venganza lo está arrastrando a una espiral de violencia que lo lleva a sacar sus más bajos instintos, pero también se da cuenta de la necesidad que tienen de él aquellos pobres desarrapados (alguno llega a quererlo y a tenerlo como padre). Mientras tanto sus antiguos paisanos le aconsejan que vuelva a su rancho, como hubiera deseado su familia asesinada. Pero ya es tarde, de alguna manera sabe que lo necesitan y que los necesita.
Sobra, en nuestra opinión, la convalecencia por los cuidados que le prodiga una enfermera y farmacéutica que le tira los tejos. Pero su destino es otro.
Resumiendo, creemos estar ante una buena película, muy en la línea de Los siete magníficos , con excelente fotografía, música y una más que correcta interpretación.
De nuevo el viejo Pike y Ernest Borgnine juntos a tiros por tierras fronterizas que representan una nueva oportunidad de verlos en su auténtica salsa, en sus papeles estrella, en su ambiente y en su medio de vida. Estamos ante una película infravalorada y bastante incomprendida. Tengamos en cuenta que estamos en la época que estaban de moda los grupos, las bandas de varios componentes, ya fuera en Westerns (Los siete magníficos o mismamente la épica Grupo salvaje) o en películas de robos (Un trabajo en Italia, por decir una) que luego pasarían a reducirse estos grupos a tan solo los dos amigos en los exitosos buddy films.
Lo principal en estos Western es tomar el cariz dramático en el inicio para no perder credibilidad y para el que el espectador tome posiciones, luego un no parar como en esta película que es un auténtico ejercicio de discernimiento. Son muchos los valores de este film, poco apreciado y conocido, y el primero es la capacidad de empatía que tiene William Holden como figura madura. Un actorazo polivalente como pocos que es capaz de transmitir inteligencia, venganza, odio, desprecio y lo que sea, con una simple mirada, o mejor dicho, sin mirar, como se ve en la escena que bebe ante quien dice ser su hijo.
El otro acierto es la rica variedad de caracteres, y bien conseguida, de los que van a formar parte de su expedición vengativa. Tenemos a cada uno con su tema que nos hacen ver y creer en ellos con su frases lapidarias: Este tío está loco, ya os lo dije, no hay quién le entienda , Tú podías ser mi padre, tengo los ojos azules como tú , Yo me lo pensaré y ya me decidiré … Una amalgama de gente que triunfa ante nuestro criterio. Sí, son morralla, pero Holden está con ellos y te unirías igualmente a ese grupo al menos en lo que dura la película. Un viejo film acorde al viejo Holden, viejas historias de venganzas, de crímenes, de represión. Gran película fronteriza, con indios, mex, yanquis y un tuerto con su banda que se hace despreciable tan sólo con un par de veces que plante su careto en un primer plano.
Holden, Borgnine, Strode, Hayward, todos actores con indudables obras maestras a sus espaldas. Tras las cámaras un director de la talla de Daniel Mann, que en su momento filmó películas notables como Mañana lloraré , La rosa tatuada o Una mujer marcada . En 1972 se reunieron para formar parte del que podía haber sido un western digno sucesor de grandes clásicos, pues el argumento prometía: la historia de un padre de familia que ve cómo es asesinada a sangre fría por una pandilla de forajidos, tras lo cual decide hacer justicia por su cuenta. Sí, ya lo sé: historia mil veces vista y, sin embargo, casi siempre atractiva. El problema es que ni Mann ni los supuestos guionistas ni Holden se creen lo que están contando. Más bien todo lo contrario. Y lo peor llega cuando, cual remake de Los 7 magníficos , nos encontramos con el atribulado vengador reclutando en una prisión mejicana a un grupo de secuaces a cada cual más esperpéntico. A partir de ahí las situaciones ridículas se suceden y todo se viene abajo. Lo que podía haber sido un western crepuscular se convierte en un sainete ridículo en el que grandes artistas lucen sus peores galas.