Los corruptores de Alaska
Sinopsis de la película
A finales del siglo XIX, en plena fiebre del oro, un delegado del gobierno está expropiando, de forma irregular, varias minas cercanas a una pequeña población de Alaska. Entre ellas, se encuentra la de Roy Glennister, un apuesto galán, amante de Cherry Malotte, la hermosa dueña del saloon El Norteño .
Detalles de la película
- Titulo Original: The spoilers
- Año: 1955
- Duración: 84
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Opinión de la crítica
Película
5.5
55 valoraciones en total
Aceptable y entretenido western de Jesse Hibbs. Dirige con mano firme e imprime un ágil ritmo que acelera la historia en los momentos precisos. No se ve Hibbs ayudado ni por el guión ni por las interpretaciones (sólo destacan los secundarios Ray Danton y John McIntire). Sin embargo, ello no será obstáculo para que el hábil director dignifique el resultado final basándose en el vertiginoso ritmo antes mencionado y en una notable puesta en escena (asombroso pueblo sin pavimentar en el que te llenas de barro hasta las rodillas). No es casualidad que la escena final sea en ese inusual lodazal.
Un vestuario muy elegante para las escenas de interior, muy buena decoración y una ambientación logradísima tanto en el salón como en los exteriores. Las calles llenas de barro son un punto de realismo. El tema va de ciertos personajes que quieren timar a los mineros del pueblo al pie de las montañas, donde los filones de oro parece que están en disputa entre nuevos dueños y antiguos propietarios.
Hay cantidad de personajes, todos convincentes, hay celos por medio, amor como no puede faltar y escrúpulos que surgirán a lo largo del film.
Hay comportamientos sospechosos, un ir y venir de gente que hace que la película sea entretenida y tenga buen ritmo. También es un acierto que al principio no sabes para donde tirar y eso ocasiona que vayas prestando atención.
Anne Baxter baja por la barandilla como los muchachos. Hay un tipo con mano enguantada que nos hace fijarnos en él, y todos en general cumplen la misión de meternos en la trama. La corrupción llega hasta Alaska, cualquier rincón del orbe es propicio para que los corruptos planeen sus crímenes. Uno piensa que si los malvados emplearan su inteligencia y su pericia en hacer el bien, lo harían mejor que los verdaderos santos y el mundo estaría arreglado para siempre. Pero no, la gente es como es y no cambia, y esta película nos lo demuestra con dinamismo, algo de humor y los inevitables tiros. Una película aconsejable para los que les guste el Western que no va más allá, pero entra dentro de las logradas sin más pretensiones.
Es la última de las cinco versiones que se hicieron en el cine de la novela de Rex Beach Los usurpadores publicada en 1906, fue un gran éxito de ventas en Estados Unidos. Primeramente se hizo una obra de teatro y después las películas, dos en la época del cine mudo y tres ya con sonido. Como curiosidad las otras dos anteriores a está estaban protagonizadas por Gary Cooper y Betty Compton (1930) y Marlene Dietrich y John Wayne (1942).
Es un western en el que la acción transcurre más tabernas y en despachos que en la naturaleza, con el problema de la burocracia y el robo de minas a principios del siglo XX en Alaska, cuando aquella parte de país estaba aún en estado salvaje, y en el que yo destacaría también la parte romántica que está muy definida y en torno a la cual gira gran parte de la película.
Esta versión de 1955 es la única en color y bueno no está del todo mal, la dirección corrió a cargo de Jesse Hibbs, un director que estuvo muy ligado al género western en el que rodó gran parte de sus películas y series, aquí está aceptable, es una película bastante ágil. Pero en cuanto a la interpretaciones, aunque Anne Baxter está bastante bien al igual que Roy Calhoun , Ray Diston y John Mcintire, que imprimen bastante carácter a sus personajes y les dan bastante autenticidad , flojea porque Jeff Chandler uno de los protagonistas, dibuja un personaje bastante soso, y no le imprime el carácter suficiente al que se supone un buscador de oro que lleva 10 años en la inhóspita Alaska. Además en la parte romántica también tiene un carácter demasiado tibio y si lo comparo con Wayne, la verdad, no hay color.
Yo he visto también la versión de Dietrich y Wayne y me llamo la atención lo parecidas que eran ambas versiones, son casi un calco en cuanto a los diálogos y en las situaciones. Entonces me di cuenta de que ambas tienen los mismos guionistas Lawrence Hazard y Tom Reed. No obstante a mí me gusto más la versión de 1942 donde las interpretaciones de los protagonistas van más a la par y en el que los diálogos aunque parecidísimos en ambas, están más cuidados.
Y es que lo que más nos ha llamado la atención de la cinta es el barrizal que se forma en las calles. Más que ante un western estamos frente a un northern, pues la acción se desarrolla en un pueblo minero de Alaska y, claro, acostumbrados como estamos a los ambientes polvorientos y desérticos, se extraña mucho esta otra decoración. Tratándose de mineros en tierras tan frías, abundan las chaquetas y camisas de franela a grandes cuadros. Casi lo mejor es el vestuario que, en interiores, permite como contraste un exuberante desfile de modelos femeninos donde hay floreados sombreros en equilibrios imposibles. También el ambiente y la decoración del saloon donde no falta de nada.
El guión no puede ser más endeble con una historia bastante increíble. Diálogos muy poco cuidados, tal vez a causa de su pésimo doblaje. En cualquier caso no se han calentado mucho los cascos. En una de las escenas finales con el tren a todo vapor, al adivinar la presencia de una barricada en la vía exclama un veterano maquinista: Puede que explote la máquina, pero probaremos . Descarrilla, por supuesto, pero sin causar la menor baja entre los viajeros. Luego, cuando los mineros van a recuperar su mina, en medio del tiroteo se le oye a uno decir por lo bajo: Nos están dando una verdadera paliza. No lo conseguiremos . Suerte que son, eso, mineros, y manejan la dinamita como nadie hasta vencer a los sinvergüenzas corruptores.
La pelea final en el saloon El Norteño es de las más destructivas de mobiliario que hemos visto, concluyendo como era de prever en medio del barro callejero a satisfacción de todos.
Destacar en cuanto a la interpretación especialmente a Cherry (Baxter) la dueña del garito que interpreta una bella balada. Poca cosa más.