Los asaltantes de Kansas
Sinopsis de la película
Los jóvenes hermanos, Jesse y Frank James, llegan a Kansas con sus compinches, para unirse al grupo pro-confederado que comanda, William C. Quantrill… y con ellos, traerán desgracia a las inermes poblaciones de una nación que ya padece la cruenta Guerra Civil… pero, alentado por la esposa de Quantrill, quizás, Jesse, llegue a darse cuenta de los verdaderos propósitos del que ahora es su jefe.
Detalles de la película
- Titulo Original: Kansas Raiders
- Año: 1950
- Duración: 80
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Opinión de la crítica
Película
5
90 valoraciones en total
Básica, atrevida, sucia, directa, atractiva, dinámica, emocionante, pausada, emocional, pasajera, previsible, salvaje, entrañable, intensa, épica, despreciable y ajustada producción de western clásico que saca el máximo partido de los elementos de los que dispone.
Los responsables de la película se apoyan en un reparto convincente y en una historia que sin resultar muy creíble, llega a lanzar diversas reflexiones interesantes, sobre: la amistad, el honor, el amor y la fe.
Lo mejor del relato radica en la solidez del argumento y la capacidad de su director, Ray Enright, para manejar los tiempos y jugar con el suspense y las emociones.
La trama se sumerge en un mundo oscuro de mentiras, codicias, intereses y traiciones, que una vez salen a la luz y quedan resueltas, dejan en el aire diversos puntos para la reflexión y el crecimiento personal.
Se deja ver con facilidad y tiene el encanto de los westerns clásicos de los que poder disfrutar.
Atención al reparto, porque la sola presencia del protagonista, Audie Murphy, me lleva a confirmar que nos encontramos ante una de esas producciones que le pudieron entusiasmar a Quentin Tarantino.
Los asaltantes de Kansas, queda como un ajustado y certero western clásico.
Entretenido y curioso western de más bien serie B, pero realizado con oficio por Ray Enright, uno de los realizadores del viejo Hollywood, ilustre artesano y con algunos muy estimables trabajos.
En esta ocasión se unen varias figuras reales del far west, como son la banda de Jesse James y el tristemente famoso Quantrill, un rebelde más bien, que trajo en jaque al Ejército y buenas gentes unionistas.
No estoy seguro de si todo es inventado (sí tuvo lugar la tristemente famosa masacre de Lawrence (Kansas)), pero la verdad es que en pantalla queda bien al ser una cinta de ágil ritmo, con buenas escenas de acción y conseguidos diálogos donde se ponen en solfa temas como el honor, el deber, la guerra y la fidelidad a las jerarquías.
Quizás peque de poco ambiciosa, no en vano teniendo buenos mimbres, parece no querer ir más allá en sus propuestas, quedando finalmente en una amena película, que hace pasar bien el rato pero pudiera olvidarse con cierta facilidad.
A destacar sus buenos y numerosos intérpretes, la mayoría protagonistas en series Bs, como Scott Brady, Richard Egan, James Best, Richard Arlen, así como el protagonista Audie Murphy, pero también con un Tony Curtis comenzando en el mundo del cine y el gran Brian Donlevy en el papel de Quantrill, dando una lección de interpretación contenida.
Buena fotografía y bonitos paisajes, y eficaz realización para un film sólido aunque no demasiado perdurable.
También se la conoce como Jinetes del odio .
http://filmsencajatonta.blogspot.com.es
Audie Murphy es el Jesse James más pánfilo de la historia del western, aquejado de un grave problema edípico que le impide aceptar la maldad sin límites del famoso coronel Quantrill (para que quede más claro, se enamora de su mujer y Quantrill pierde ambos ojos). Acompañado de su hermano Frank, dos hermanos Younger y un Dalton (Tony Curtis, que se pasa la película dándole a la armónica), secundan las furibundas incursiones del cruel sudista, hasta que los yankis les tienden una emboscada. Quantrill morirá ciego pero con honor, la rubia se irá por sus fueros, y los demás se dedicarán a continuar saqueando y robando alegremente.
Western del estajanovista Ray Enright, por lo general ninguneado en FA, que se deja ver sin problemas, pero desaparece de las meninges a los dos segundos de terminada la función.
Se trata de una de las primeras aproximaciones cinematográficas (o tal vez la primera) a ese auténtico lumpen que constituyeron los redlegs o botas rojas entre los unionistas y la banda del coronel Quantrill entre los confederados. Verdaderos mangantes que asolaron el territorio de Kansas robando y matando en beneficio propio con la excusa de defender presuntas ideologías.
En medio de este panorama aparecen cinco jóvenes que capitanea el idealista Jesse James (Murphy). Los redlegs los han dejado sin nada y, por venganza, quieren unirse a las fuerzas de William Clarke Quantrill (Donlevy).
La trama que comentamos brevente en spoiler es atractiva, otra cosa es el desarrollo del guion que resulta demasiado increíble. Lo mismo que el personaje de Jesse que aquí maneja como un títere Quantrill, y eso que Kate le ha explicado la situación con toda claridad. Después de participar y de contemplar un montón de saqueos, incendios y asesinatos a inocentes no termina de caerse del guindo, de reconocer su equivocación. Cortito de entendederas que es el hombre.
Abundantes escenas de acción bien rodadas, excelente colorido, interpretaciones correctas entre las que destaca Donlevy, diálogos interesantes sobre el bien y el mal, la venganza y la justicia, el sentido del deber y la corrupción, las guerras como canalización de los instintos más bajos de la sociedad.
Película interesante, aunque solo sea por encontrar en estos asaltantes de Texas el germen de cintas como El fuera de la ley (Eastwood, 1976) o Cabalga con el diablo (Lee, 2001). Por eso solo, pensamos que vale la pena darle un vistazo.
Uno de los nombres que sonó bastante durante la Guerra Civil Estadounidense, fue el de William Clarke Quantrill y, desde entonces, por parte de los sectores más atrasados y sesgados de la sociedad, se vienen haciendo ingentes esfuerzos para transmutarlo en un héroe. Esto incluye también al cine, pero, por suerte, de vez en cuando aparece un realizador bien informado dispuesto a decir las cosas como fueron… y aquí tenemos a, Ray Enright, con su muy buena película, <>.
Quantrill -su primer apellido le hacía muy poca gracia ya que su padre fue un hombre indeseable-, fue un mediocre maestro de escuela nacido en Ohio quien, tras una difícil infancia y un mal ejercicio de su profesión, decidió unirse a una pandilla cuya labor, además del robo de ganado, era cobrar recompensas por la recaptura de esclavos fugitivos. Llegada la Guerra Civil, Quantrill y sus compinches marchan al sur y se unen a los ejércitos confederados… pero, incapaz de aceptar cualquier suerte de disciplina que no fuese la que él mismo impusiera, se fue a Missouri donde, con una veintena de hombres conformó su propio grupo paramilitar -al que se conoció como los Quantrill’s Raiders-, con el cual se dedicó a asaltar caseríos en nombre de la causa del sur. Puros actos de barbarie donde asesinaban familias enteras, y luego de despojarlas de sus pertenencias, incendiaban las propiedades. El asalto a Lawrence, Kansas, el 21 de agosto de 1863, sería uno de los más recordados por la sevicia con que fue llevado a cabo, cobrando la vida de 150 hombres y niños, al tiempo que dejaron el pueblo en la más completa ruina.
En 1862, a los Quantrill’s Raiders, se había sumado la joven pandilla que conformaban los hermanos Jesse y Frank James, con tres compinches más… y desde aquí comienza la historia que, con mucho de verdad y algo de ficción, escribiera Robert L. Richards, siendo, Ray Enright, quien, con bastante lucidez, se encargó de llevarla a buen puerto.
La objetividad y valentía conque, en la película, se desmonta a los falsos héroes neciamente reverenciados por los rezagados sureños, merece nuestro aplauso… y conste que lo hace con el mayor buen gusto y con apreciables matices, de tal manera que, al final, no se alienta nuestro odio hacia ninguno de ellos.
De otra parte, el filme complace la vista con una impecable puesta en escena. La iluminación y la composición de imágenes resulta por momentos pictórica, y una sensación de muy buen gusto se percibe en el ambiente general. Los diálogos son muy efectivos como expresión personal y en sus planteamientos sociológicos, y las escenas de acción están muy bien dirigidas, con mínimas objeciones.
El resto, es una correcta y carismática actuación de, Audie Murphy, como el joven Jesse James, una vigorosa presencia de Brian Donlevy haciendo de Quantrill (aunque con cero parecido físico y un poco pasado de años, pues, Quantrill murió a los 27), y una encantadora y envolvente presencia de Marguerite Chapman, quien, como Kate Clarke, nos ofrece un rol femenino maravilloso… aunque también algo mayorcita ya que, la mujer que tuvo Quantrill, tenía 13 años y murió a los 17.
Con todo y contra todo, quedo bien complacido con este valiente filme que se suma a la búsqueda de la Verdad.
Título para Latinoamérica: JINETES DEL ODIO