Las locas del conventillo (María y la otra)
Sinopsis de la película
El barrio de la Boca, en Buenos Aires, está dividido en dos sectores, uno es donde vive la gente decente bajo la tutela de doña Magdalena, la encargada, en el otro, lo hace Manuel, un empresario de cabaret, y sus cuatro pupilas. Entre la gente decente vive Manolo, el lechero, que espera la llegada de una española para casarse con ella. A la vez, el rufián de Manuel también espera una española para su sala de fiestas. Llegadas las mujeres se arma una gran confusión.
Detalles de la película
- Titulo Original: Las locas del conventillo (María y la otra)
- Año: 1966
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
Película
5.1
42 valoraciones en total
Planteamiento bastante interesante, sobre todo por la forma de desarollarlo, 2 mujeres españolas, una panchadora y la otra prostituta llegan a Buenos Aires, una para casarse y la otra para trabajar con un proxeneta, pero hay un error cuando legan las cartas a sus respectivos remitentes y al abrirlas se caen las fotos de ellas, y el proxeneta ve la de la panchadora y el lechero la de la prostituta, por lo que ambos recogen a la mujer equivocada en el puerto, como ambos se llaman y apellidan igual, las mujeres que nunca los han visto, también se confunden.
Lo interesante viene que la película en vez de hacer lo común en este tipo de argumento, que el lechero se enamorara de la prostituta y el proxeneta de la panchadora, o sea que los opuestos se atraen, prefiere usar otro dicho, el de cada oveja con su pareja, y que lo que la confusión separó, el destino se encargue de unir.
Lo mejor: algunos chistes, realmente ingeniosos, el humor popular sin ser populachero, y sobre todo la historia de amor de María y el lechero, ahí también se nota la mano de Benito Perojo como productor.
Y creo que en parte se aprecia también el saber hacer que iba adquiriendo Ayala para dirigir propuestas alejadas de ese cine más comprometido e intelectual que tanto le gustaba, pero del que se alejo para hacer caja, en este caso, taquilla, que no le vino mal, en parte me parece, porque le dio un sentido del ritmo y un conocimiento del gusto popular, bastante agudo, que luego supo combinar muy bien con sus inquietudes intelectuales, en algunas de sus últimas películas, como Plata Dulce o El Arreglo.