La fragata infernal
Sinopsis de la película
En 1797, durante las guerras napoleónicas, un buque de guerra inglés recluta a la fuerza a un inocente joven, que pronto se ganará la simpatía del resto de la tripulación. Pero esto no podrá soportarlo el suboficial de armas…
Detalles de la película
- Titulo Original: Billy Budd
- Año: 1962
- Duración: 112
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Opinión de la crítica
Película
7.5
69 valoraciones en total
Las versiones que se han hecho sobre las novelas de Herman Melville en el cine no son muy abundantes y con seguridad tampoco son muy brillantes (en mi modesta opinión creo que no se salva ni el Moby Dick de Houston). Esta película, sin embargo, recoge con tremenda fidelidad el espíritu de Melville, un hombre desencantado que jamás llego a confiar en los seres humanos. Su desesperanza, su conocimiento del alma humana, de lo fría, cruel e impasible que puede llegar a ser frente a la bondad, llegando a destruirla por venganza o en aras de una perpetuación del orden establecido, están reflejadas de forma poética a veces, y con gran dureza casi siempre, en cada plano de este film. Los actores, con Peter Ustinov y Ryan a la cabeza, están inconmensurables, la fotografía y la ambientación están cuidadísimas, el guión es casi perfecto. Es una de esas películas que te hacen pensar en la oscuridad que esconde el alma humana a través del telón de la aventura. ¿Qué más se puede pedir?
Debo confesar que mi primer acercamiento a esta película partía de premisas equivocadas, pues el título en castellano de la misma hacía pensar en un filme repleto de aventuras marineras, y no en lo que realmente es: la mejor adaptación al cine de un magnífico relato de Herman Melville (junto con Moby Dick de Huston): Billy Budd, sailor .
En esencia, el argumento consiste en el choque -a bordo de un navío de guerra- entre dos caracteres antagónicos, Budd (un creíble Terence Stamp) encarna la bondad y la inocencia, mientras que Claggart (soberbio Robert Ryan, en una de las mejores interpretaciones que le he visto), oficial de armas, representa la maldad y la ruindad. La confluencia de ambas personalidades en espacio tan reducido provocará un terrible desenlace, en el que tendrá gran importancia la figura del capitán Vere (que encarna el deber, la fidelidad al reglamento) interpretado por el gran actor Peter Ustinov, que en este caso, y afortunadamente para nosotros, oficia también como director.
La película está magníficamente realizada en todos sus aspectos, la recreación del barco es todo lo buena que podía hacerse a principios de los sesenta, y la credibilidad del elenco actoral en su composición de la tripulación está por encima de toda crítica (magnífico el viejo danés, interpretado por Melvyn Douglas). El guión está perfectamente adaptado partiendo del relato original y reproduce reflexiones de gran profundidad moral, cualidad muy destacada en la obra de Melville, que aquí sabiamente se respeta. El debate final sostenido por la oficialidad del barco es, en mi opinión, lo mejor de la película (¡qué diálogos!) junto con las gélidas y malignas miradas de Claggart-Ryan.
¡Dios bendiga al capitán Vere!
El recientemente fallecido Peter Ustinov, uno de los más grandes intelectuales de la historia del cine, fue sobre todo conocido por sus papeles de actor, pero también escribió libros, fue guionista y llegó a dirigir algunas películas. La fragata infernal es la mejor de ellas, además Ustinov se encargó de producirla, redactar el guión e interpretarla. Basada en un relato corto del genial Hermann Melville, el autor del archiconocido Moby Dick . En este caso su relato Billy Budd es la historia de un joven marinero reclutado forzosamente por un navío de guerra inglés durante la guerra napoleónica, allí descubrirá las miserias y la maldades humanas. Terence Stamp que interpreta a Billy Budd fue nominado a los oscars por esta actuación, su debut en el mundo del cine. Ustinov está magnífico de capitán de barco, pero sobre todo Robert Ryan, hace uno de los mejores trabajos de su vida, auténticamente lo borda, a pesar que no tuvo ningún premio a su interpretación. Una película que se estrenó el mismo año que Rebelión a bordo , muy superior a esta, y que ha servido de inspiración a Master and Commander , aunque Peter Weir no mete el dedo en la llaga y se queda también muy lejos de La fragata infernal , uno de los dramas marinos más grandes de todos los tiempos.
Película imprescindible, aunque como casi todo el buen cine para minorías. No se pierdan los diálogos entre los personajes porque está lleno de perlas a cuál mejor.
Obra maestra de Ustinov, siendo una lastima que no se prodigara como director, porque es posible que hubiera sido incluso mejor que actor, y eso ya son palabras mayores.
Antes que nada, debo agradecer al usuario Gilbert que me regalara este DVD, lo que me ha hecho descubrir un fantástico film y un inesperado para mí gran director, Peter Ustinov. Por fortuna, no he leído aún el relato Billy Budd , de Melville (pronto lo haré), lo que me ha permitido ver la película sin el prejuicio que inevitablemente supone tener un molde de referencia y, por tanto, pudiendo valorarla en sí misma , como debe —o debería— ser siempre en las adaptaciones de obras literarias.
En este film claustrofóbico que parte del antagonismo entre la bondad (Billy Budd) y la maldad (el suboficial Claggart, un Robert Ryan en estado de gracia), destaca poderosísimamente la perfecta simbiosis entre el texto, lleno de reflexiones de gran calado, y la puesta en escena.
Así, el vestuario muestra siempre al suboficial con un tétrico uniforme y sombrero negros, y a Billy con camisa blanca o el torso desnudo de quién no tiene nada que ocultar. La contrastada fotografía del genial Robert Krasker ( El tercer hombre ) coloca sistemáticamente a uno en el reino de la luz y al otro en el de las sombras. Un detalle magnífico es que el suboficial suele aparecer sorpresivamente en el plano, sin que le veamos llegar, exactamente igual que sucedía con la señora Danvers en Rebeca . Visualmente, se crea una gran tensión entre los planos abigarrados y los que individualizan a los personajes, así como en el juego de picados y contrapicados (que, de manera muy original, invierten su función habitual mostrando desde arriba al que tiene un estatus dominante, y viceversa).
Es muy significativa la frase de Billy: Adiós, Derechos del hombre (nombre del barco del cual es reclutado a la fuerza al inicio de la historia), que encuentra su analogía en un plano del citado barco alejándose, y que, al abrirse, nos muestra a Billy en su nuevo navío. La frase culmina su materialización en la última parte de la película, donde, en un juicio que sería el reverso lóbrego del de Doce hombres sin piedad , asistimos de una manera pocas veces más penentrante en el cine, a un intenso debate moral entre la Ley, la Justicia y la Consciencia.
(Prosigue en la zona spoiler, al contener datos esenciales del argumento)
Brutal película de Peter Ustinov en una de sus pocas incursiones en la dirección. Y no sólo en eso, también la produjo, actuó en ella, y escribió el guión basado en el relato corto de Herman Melville.
El Bien y el Mal navegando en alta mar.
El Mal es odioso para los hombres, pero el Bien es irritante.
Un arcangélico Terence Stamp y un luciferino Robert Ryan lucen sus papeles.
Y el dios de a bordo, un ubicuo Peter Ustinov, también lo borda.
No sólo la imagen es poderosa, también lo son las imágenes.
Muchas luces detrás de la cámara. Luces y Sombras delante. Sólo los diálogos deslumbran.
Sólo podía hacerse en blanco y negro.
¿La ley o la justicia?
El juicio final.