La aurora desnuda
Sinopsis de la película
Manuel es un pobre pero orgulloso granjero mexicano que está casado con María. Cuando el lenguaraz vagabundo Santiago le propone que participe en el robo de un tren, Manuel al principio se resiste, pero acaba aceptando la propuesta por culpa de la codicia de su mujer. Corrompido por el afán de riqueza, Manuel empieza a tramar el asesinato de Santiago. Al mismo tiempo María hace planes para deshacerse de Manuel y escaparse con un apuesto extranjero.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Naked Dawnaka
- Año: 1955
- Duración: 82
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Opinión de la crítica
Película
6.2
31 valoraciones en total
Pagina 735 de la guía del cine sobre La aurora desnuda: Un excelente western, en el que tras un robo un hombre se embarca en una serie de crímenes. Uno de los mejores films de Ulmer, con sus extraños composiciones y situaciones de pesadilla, es también uno de los films mas comerciales. Excelente interpretación de Arthur Kennedy.
Yo hubiera dicho en la página 735: western irrisorio sobre venganzas lleno de tópicos a cual mas grotesco. El peor film de Ulmer que no vale ni para hacer películas comerciales. No se salva ni Arthur Kennedy.
Una del Oeste de Ulmer. Con una cierta crítica social y, desde luego, un determinismo religioso. Es más profunda de lo que pudiera parecer. Es más, no es estrictamente una película del Oeste, aunque sí ambientada en él. Pertenece a este tipo de cintas dramáticas del Oeste. De una manera u otra me recuerda a El fugitivo (John Ford, 1947) por el contenido religioso del comienzo y el trasfondo del vagabundo, y algo más lejanamente a Las furias (Anthony Mann, 1950) por el tono dramático y solemne de toda la cinta. No adquiere, no obstante, ni la profundidad religiosa de la primera, ni la carga emocional de la segunda. Pero es una buena película. No sólo se deja ver, sino que, además, tiene poso, fondo, recorrido. Será una película que vea alguna vez más en la vida, si Dios quiere.
La ambición como motor de la convivencia, el resentimiento y la envidia como forma de vehicular la vida, sin más aspiraciones que aspirar, sin más pretensión que tener lo que el otro no tiene, lo que el vecino no tiene. El dinero provoca un cambio en las personas, sin ninguna duda. En los pobres que lo necesitan quizá más que en otras personas. Al menos eso es lo que nos cuenta la historia, las tribulaciones de un joven ambicioso cuya perspectiva vital da un vuelco de 180 grados cuando el vil metal se muestra de manera tan cruda. También ensaya, aunque no con determinación, el rol que juega la mujer en el desenvolvimiento del personaje principal, en su transformación, en su locura. Ese tema serviría por sí mismo para una decena larga de obras maestras, por lo que no es probable que su desarrollo fuese algo más que un mero vehículo de la historia principal. La desesperación de la mujer rompe la dinámica de la narración, ensayando otro ámbito de emocionalidad. No sobra, pero quizá hubiera sido otra película sin esa coda.
Me ha gustado mucho Arthur Kennedy, un actor de más versatilidad de lo que su rostro duro podría parecer. Encasillado en un tipo de papeles peculiares de tipos rudos pero con algún aspecto de marginalidad. Ese mismo año 1955 hizo también Horas desesperadas (William Wyler) y La furia de los Justos (Mark Robson), casi nada… Dos películas, tres con esta, realmente magníficas. Siempre a la sombre de monstruos del cine: Bogar, March, Glent Ford. En estas como secundario, aquí como principal. No sólo no desentona, sino que verdaderamente construye un personaje, con todos sus matices y sus clichés, sus contradicciones.
Los otros dos actores, desconocidos para mi: Betta St. John, Eugene Iglesias, no le dan a la actuación el empaque de Kennedy.
Buena película, en definitiva, quizá algo olvidada, pero que tiene más recorrido de lo que pudiera parecer. Y eso que la copia del DVD no se veía del todo bien, una calidad mediana, aunque se escuchaba fenomenal.
Me llama la atención las notas y los comentarios. Las notas por bajas y por poco vista la película. 151 votos no son muchos. Los comentarios por su negatividad. Me parece una película mucho mejor que el 6,2 que sale de media y, desde luego, no comparto las opiniones de quienes entienden que tiene un 1.
Algo mejor en Imdb (6,7) y, sobre todo, una nota muy adecuada a la mía en Letterbox: un 7,6 (3,8 sobre 5)
No es, y quizá ahí radique el problema, una película del oeste. Es, otra cosa. Salvando las insalvables distancias es como algunas de Kurosawa, que en realidad adaptan novelas -tragedias y dramas, mejor- de William Shakespeare.
Dos desgraciados asaltan un tren y en la huida uno de ellos, Vicente (Martínez), perece. Magnífica la escena de su despedida del colega de fechorías, Santiago (Kennedy), un vagabundo vividor y verdadero protagonista de la cinta que, en su vagar, llega a un pobre rancho donde malvive un joven matrimonio medio indio, Manuel López (Iglesias) y María (St. John).
Ella carga con un pasado de abusos, Esto es mejor que la casa del patrón . Manolito la ha comprado incluida en el precio del rancho y es un hombre de horizontes muy limitados, El pulque de la taberna solo es borrachera y olvido .
Mas la perspectiva vital de ambos cambia bruscamente cuando, de la mano de Santiago, él conoce la plata ( El poder del dinero ) y la juerga, pero también la avaricia y la traición. Algo parecido le sucede a ella, el carácter generoso y aventurero de Santiago despierta sueños y aspiraciones hasta entonces ocultos. Piensa en el mundo que le espera y quiere dejar atrás la realidad que hasta entonces ha conocido, vivo como si fuera una piedra, como un animal muerto, vivo muerta en vida … y quiero vivir, ver, sentir … escupir en el océano africano .
Estamos ante una película muy literaria, muy deudora del texto que ha servido de inspiración al guion. Poco cinematográfica podemos decir. Sin embargo presenta a un trio de personajes del mayor interés, complejos, profundos … cambiantes. Es su gran valor. La presencia de Santiago en medio del matrimonio es como una piedra arrojada a las tranquilas aguas de un estanque. Las agita, como agita las pasiones, les hacer ver que las personas están muy por encima del dinero, de la tierra. Él, sí, es un ladrón, pero también es un hombre que sabe lo que quiere en la vida.
Magnífica la interpretación de Kennedy, una de las mejores que le conocemos. Muy superior a la de sus compañeros de reparto.
Un drama ambientado en el México rural más profundo, pero no un drama de perdedores como podemos pensar en algún momento. Tiene sus toques románticos, su erotismo latente, un interesante análisis sobre el sentido de la vida, también con sus dudas y sus remordimientos.
Cinta curiosa e interesante que recomendamos.
El señor Edgar le daba lo mismo en donde metiera la cabeza ya que siempre la sacaba entre las piernas. El hombre tocó la ciencia-ficción, el western, el cine negro, el drama con iguales resultados. Sí el hombre era malo en el cine negro en el western era lo siguiente. Ni Arthur Kennedy ni la madre que lo parió salvaría semejante disparate del infierno. Amores y celos tratados peor que en una telenovela. Muy mala la jodida. La debería mirar igual que el que la ha puesto un 10. Será eso.
La aurora desnuda , que así han denominado en España a este film, que no debió de estrenarse en su momento en España, es una película del Oeste, pero ambientada en México, y además en un México contemporáneo a la acción, a juzgar por los pocos vehículos de motor que aparecen. Arthur Kennedy, como el bandido Santiago, y Eugene Iglesias y Betta St. John, como Manuel y María López, un matrimonio joven pero mal avenido, forman un peculiar triángulo unido y separado por el azar. Kennedy, un gran actor, tiene aquí un estupendo papel protagonista, el de un ladrón locuaz y reflexivo que se aparta en cierto modo de los tópicos del género, pese a sustentarse en ellos al mismo tiempo (los bandidos mexicanos, tan estereotipados siempre en el cine del Oeste de Hollywood), y que afectará mucho a las vidas del aburrido matrimonio formado por Iglesias y St. John.
Es un largometraje muy curioso, no sólo por sus diálogos, muy bien interpretados, sino también por presentar un mundo inestable, violento, de avaricia, deseos y sueños, en el que no hay héroes ni villanos nítidos, sino personajes con sus claros y oscuros, malos y buenos a la vez, como se verá luego, de una manera más cínica tal vez, en el western europeo de los años 60-70. Según IMDb, este film fue el que inspiró el Jules y Jim (Jules et Jim, 1962), de François Truffaut. Algún que otro plano, como uno en el que Betta St. John se ducha de una manera muy rudimentaria y el agua se desliza por sus piernas, parece casi del cine de Buñuel…