Entre Dios y el diablo
Sinopsis de la película
A la taberna El Sol regentada por Pink, tío del joven Tommy, llega un misterioso forastero, llamado Bob Ford, al que persigue una banda de forajidos capitaneada por Butch. Bob antes de fallecer revela al joven la existencia de un tesoro en Sierra Blanca. Tras ser asaltada la taberna por los hombres de Butch, Tommy y su tío ayudados por un enigmático explorador, Juan Chasquido, y un sacerdote intentarán recuperar el tesoro escondido para lo que no sólo tendrán que enfrentarse a los hombres de Butch sino también a sus propias debilidades.
Detalles de la película
- Titulo Original: Anche nel west cera una volta Dio aka
- Año: 1968
- Duración: 98
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes obtener una copia la película en formato 4K y HD. Seguidamente te citamos un listado de opciones de descarga directa disponibles:
Opinión de la crítica
4.1
59 valoraciones en total
Entre Dios y el diablo , entre el cielo y el infierno, aun queda sitio para el purgatorio. Y a este lugar habría que mandar la cinta para penar su flojera.
La idea de inicio puede ser buena, pero el guion y su desarrollo es bastante penoso. Lo mismo que el chocolate que embadurna la cara de los actores mexicanos .
Como en la famosa novela de Stevenson todos buscan un tesoro cuyo plano secreto guarda el gordo Bob Fort (Lulli). Y tras el van una banda de auténticos diablos mexicanos, un guía de frontera de pata de palo, digo de mano de hierro, Juan Gómez Chasquido (Roland), y un ángel valiente que luego sabremos que es el sacerdote Patt Jordan (Harrison), pues el tesoro está formado por cálices y otras piezas litúrgicas. En medio, los habitantes del fonducho del Tío Pink (Camardiel), quien se esfuerza en dar un cierto tono humorístico a la obra.
Se suceden las aventuras sin mucho ritmo ni mucha coherencia. Los personajes son de personalidad muy plana, tal vez el más logrado resulte Chasquido, Es cura, nunca miente . La interpretación ramplona en casi todos, música pegadiza pero muy reiterativa.
Tal vez lo mejor venga dado por los bellos paisajes del parque del Monasterio de Piedra tantas veces recorridos por nosotros. Aunque solo sea por eso vale la pena dar un vistazo a la película.
Vergonzosa y vergonzante traslación de La isla del tesoro al universo del spaghetti western, con Gilbert Roland como John Silver (en lugar de cojo es manco), Entre Dios y el diablo se arrastra cansinamente durante su hora y media de proyección por un paisaje polvoriento y tan aburrido como la misma película. Todos conspiran contra todos, todos se engañan mutuamente, y al final ya no sabes qué pensar de nadie, salvo que están sucios, deben oler mal y son, definitivamente, antipáticos. El soso Richard Harrison es el sacerdote que intenta recuperar el tesoro robado a su iglesia sin disparar ni un tiro. La música de Carlo Savina se pegotea a las imágenes como un chicle, así de pegajosa y machacona es, y el torpe Marino Girolami entrega las imágenes como quien despacha churros. Roland se hace con la función sin despeinarse, recita sus frases con entereza (el doblador, al menos), y transita hacia el ansiado final tan pincho como cuando tenía 30 años. Un spaghetti a olvidar.
¿ La isla del tesoro versión spaghetti western? Hombre, la idea resulta atractiva y curiosa… pero la curiosidad se evapora a los veinte minutos, el tiempo que necesitan para tener unos fallos de guión garrafales, reunir un puñado de actores menos que mediocres, unos paisajes que no cuadran con lo que se está contando y una banda sonora de Carlo Savina totalmente olvidable y aburrida.
Todo lo demás es tan trillado, aburrido y, en algunos momentos, absurdo, que ni merece la pena hablar de ello.
No pierdan el tiempo, no es cine, es plomiza.
En principio la idea de una adaptación libre de La isla del tesoro en el género del spaghetti western parece interesante y, llevada con un mínimo de buen hacer, podría haber salido una película destacable. Así, el principio, con la llegada del forastero a la posada, hace crecer las expectativas, pero pronto empieza la cosa a ir de mal en peor con estupideces muy propias del género (el forastero escondiendo el mapa del tesoro delante del niño ) y un argumento bastante cansino y simple, con los personajes en busca del tesoro, aderezado de mas estupideces (toda la escena de la carreta por la pendiente es memorable por lo absurda y mal hecha). De los actores, destacar a Gilbert Roland que, aunque bastante mayorcito, interpreta muy correctamente al equivalente del Jhon Silver de la novela de Stevenson…que en lugar de una pata de palo, tiene una mano de hierro.
De todas formas la película se deja y ver y, quien conozca un poco este género sabrá que las hay mucho peores, aunque, afortunadamente, también las hay mucho mejores.
Mediocre spaguetti western (adaptación de La isla del tesoro trasladada al far west), que comienza más o menos bien, con intriga y todo, pero que poco a poco, minuto a minuto, va tornándose más y más tediosa, repetitiva y carente de un ritmo que de ganas al respetable a seguir su evolución.
Se hace bastante cansina y tan sólo la presencia de algún intérprete, como el gran Roberto Camardiel, o la exquisita fotografía a toda pantalla a cargo de Pablo Ripoll y la música de Carlo Savina, de calidad, hacen que la sigas viendo.
Es muy larga para lo que cuenta y se hace eterna.
Las hay peores, sí, pero esta se pierde en el sinfín de pobres cintas del oeste que se gestaron en (simpáticas) co-producciones entre España e Italia.
Como curiosidad, decir que en los títulos de crédito iniciales aparece que interviene el gran José Sacristán. Yo no le vi en todo el metraje pero igual es porque hacía de mexicano o vete a saber. A quien sí me pareció ver es a Andrés Pajares haciendo de, sí, mexicano, un miembro de la malvada banda de ídems que persiguen el tesoro. No obstante, lo tendré que confirmar puesto que acreditado no lo he visto en ninguna reseña del filme.
https://filmsencajatonta.blogspot.com