Autodefensa (Serie de TV)
Sinopsis de la película
10 episodios. Autodefensa va de dos amigas que hacen lo que les da la gana sin tener que pedir permiso a nadie. Va de tener veintitantos, vivir en Barcelona y querer pisar todas las líneas rojas emocionales posibles para descubrir quién eres realmente. Va de las aventuras de dos locas descaradas que no quieren que nadie les diga cómo hacer las cosas, y que han creado su propio mundo para ser las reinas. En realidad, Autodefensa va de dos chicas que están muy asustadas y que se divierten en defensa propia. Dicen que lo sienten, que todo ha sido en defensa propia, sólo es que tenían mucho miedo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Autodefensa
- Año: 2022
- Duración: 15
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Opinión de la crítica
5.7
62 valoraciones en total
Autodefensa es una serie sobre dos veinteañeras con crisis de ansiedad que, supuestamente, combaten esta ansiedad con diversión y que son incapaces de la menor autocrítica y que culpan de todos sus problemas a causas externas y abstractas. El problema de esta serie es que pretende ser transgresora, divertida e irreverente ( va de tener veintitantos y vivir en Barcelona ) pero no es más que la nueva caspa nacional que siempre fue el moderneo barcelonés y de Malasaña.
La serie es autocomplaciente, vacía de contenido y tremendamente aburrida. El humor brilla por su ausencia, los personajes son superficiales e imbéciles (los masculinos son, además, pusilánimes y los femeninos tremendamente narcisistas), la dirección y la puesta en escena pobre, los diálogos anodinos y previsibles, a veces no sé si es autoparódica o si se toman demasiado en serio. Lo único bueno de la serie es que cada capítulo dura 15 minutos y aún así consigue que alguno se te haga bola y se haga más largo de la cuenta. Está claro que esta ola posmoderna es al humor lo que una patada en los testículos al placer, habrá a quien le guste pero conmigo que no cuenten. No hay transfondo, no hay matices, todo es brocha gorda, tópicos, frivolidad y trivialidad.
La comparación con Lars von Trier y la película «Kids» de Larry Clark es tan falaz como gratuita. También es sorprendente las nominaciones a mejor serie y a mejor guion de serie para los Premios Feroz. El director es Miguel Ángel Blanca, integrante del grupo Manos de Topo, pero no sé encuentra en su faceta como director la gracia que tiene su grupo. Hay seriewebs y cómics por ahí más interesantes y que le dan mil vueltas a esto. Tremendamente pretenciosa, aburrida y a evitar.
El problema de hacer girar toda una trama en torno a dos personajes es que éstos deben llevar sobre sus hombros todo el peso de la serie. En concreto estos dos personajes son bastante poco interesantes, sin mucha personalidad ni nada extraordinario. Entiendo que su histrionismo es exagerado a drede, pero me ha resultado pesada, forzada y petarda.
Creo que no se manejan bien los géneros ni el tono de las imágenes, de modo que la serie resulta en una carrera contra sí misma por ser lo más frívola posible. Respecto de si escandaliza o no…. Cualquiera que tenga una prima pequeña recién mudada a Barcelona o Madrid o que haya estado en un primero de carrera de artes, comunicación o cine habrá conocido a cientos de estos personajes, para aburrirme de esta forma me paso por una calimochada de la UCM.
Retrato de dos jóvenes más simples que el asa de un cubo. Personajes huecos, sin vida, sin sueños, que viven, no se sabe de qué, se intuye que de la paga de papá y mamá, en el centro de Barcelona (¡no iban a vivir en un barrio!). ¿Irreverente? No. Vacía. Si ser irreverente es meterse de todo, tener los pies sucios, llamarse bebé y vivir con tanta resaca que te da ansiedad tener la nevera tan vacía como tu cabeza, ya no me gusta lo irreverente.
Voy a intentar ser lo más franca posible en esta crítica, aunque haya visto sólo los 5 primeros capítulos publicados y me falte aún una mitad para completar mi opinión. (EDITADO después de ver los cinco capítulos restantes).
Soy una chica joven como ellas, pero que no se siente nada partícipe de ese modelo de vida, también me dedico al mundo del entretenimiento y el arte, aunque firme aquí con seudónimo. Cuando veo el trailer, me sienta fatal. ¡Pero si yo soy de esa generación también! Y no me drogo, tengo otros intereses, no estoy todo el día con la cabeza metida en mi ombligo, no soy una pija catalana que está obsesionada con el éxito… Tengo que reconocer que los personajes me pusieron de los nervios. Jamás hablaría así a una desconocida que me ofrece una botella de agua cuando estoy mal, ni me pasaría una semana metiéndome, ni tengo ansiedad porque desde que me levanto hasta que me acuesto tengo en la mente el YO YO YO YO de mi propio devenir.
Es sabido que los personajes no deben recordarnos a nosotros para empatizar y poder disfrutar una ficción (sería muy egocéntrico) pero, es que si no hay un gancho con los personajes, si no nos interesa qué es de ellos porque están mal formulados, se nos cae la ficción. Nos tiene que interesar su devenir, si arco, su conflicto. Y es lo que creo que le ha fallado a muchos de los que vimos el trailer. Prejuzgamos y pensamos, ¿a mí qué más me dará el porvenir de estas tías pretenciosas? Pues, chica, mira antes de hablar (me lo aplico).
Y es que, una de las primeras cosas que descubro cuando empiezo la serie (sí, hay que ver la serie entera para poder opinar) es que ellas son conscientes de su propio circo y lo parodian muchas veces. No piensas eh, mirad, somos las mejores por vivir así sino que se quedan con una parte superficial del asunto que, es imposible de negar, resulta muy entretenida y divertida. Aunque los personajes no dejen de parecerme dos chicas jóvenes envenenadas de ego y angustia, no logran caerme mal (como tanto vaticinaba) porque tienen ternura, mucho carisma y, qué quieres que te diga, un lado punk y sinvergüenza maravilloso
Igual, si fuera una moderna catalana que no ha sufrido grandes tragedias durante su vida y mis padres me hicieran bizums para irme de parranda, pensaría que es mi serie, sin embargo, cariño, esa gente, me la repampinfla. Me cuesta conectar con dos personas que piensan que es el fin del mundo porque sólo hay un limón en la nevera y se fundieron los ahorros en keta, coca y lo que les cayera. Estoy hecha de otra pasta. Aunque todo esto cambia a partir del capítulo seis. A partir de la segunda mitad los personajes se engrandecen, así como la calidad del guion y la apuesta en escena. El capítulo sobre la cúpula del cine catalán, sublime. Está muy por encima de los demás. Supongo que el formato, punk y desvergonzado, acoge ese tipo de irregularidades y tampoco chirría. Desde luego, lo que ahí se cuenta, gana en interés a todo lo demás.
También, en esa falta de interés por ciertos capítulos, debo reconocer mi ego como espectadora y ser honesta. Estas dos chicas tienen cosas que me molesta y, en ese sentido, pues sí, el problema igual es mío. Porque yo no conecte con dos tías de la generación zeta con una vida hedonista sin aprecio por el sacrificio, no puedo quitar que sean valientes, atrevidas, divertidas, desvergonzadas, punk y feministas pasándose por el forro lo establecido. No conecto conecto del todo con ellas, pero no voy a ir a twitter a cantarles las cuarenta.
La fotografía es osada y eso me gusta, ellas actúan bien haciendo de sí mismas, el guion no aburre (que ya es bastante) incluso entretiene y hace que la devores, francamente. Es un contenido que, para bien o para mal, te tiene queriendo más.
En resumen, tienen un diferencial muy marcado, han hecho algo muy original y diferente… el problema, también, y por eso edito la crítica, es que muchos han pensado que quieren autoproclamarse retrato de una generación cuando no es así. Han hecho una autoficción sobre su vida. Sí, puede que tu vida no sea así y que te impacte que dos chicas se lo pasen bien sin pedir permiso, pero… ¿por qué nos levanta ampollas? Pues ahí hay mucho que buscar.
Después de ver la segunda parte me gusta mucho más. Como producto total me parece que aporta y divierte. Ya es bastante.
Crítica (del episodio 1 al 5):
La serie está bien rodada, pero otra cuestión es cómo cuenta lo que quiere contar. Parece que muestra la vida de veinteañeras que no necesitan trabajar (ni una mención al ámbito laboral, debe ser que no les preocupa), cuyas inquietudes son contarse las peripecias de la noche anterior, la próxima fiesta o, de nuevo (como ya sucede en otras series como Cardo ), una preocupante normalización al referirse a la droga (hablan de ella de una manera como si hablasen del último libro que han leído). Pocas o nulas referencias culturales y reflejo social de una juventud que ya no sueña, no se sabe si por decisión propia o si por un patrón ajeno. Resplandores de narcisismo en un cuento urbano y céntrico, donde no se respira ni se muestra barrio (como sucede en Barrio , de Fernando León de Aranoa), aunque sí se juegue con esa idea de calle (pero desde un punto de vista acomodado -las protagonistas dan las gracias por tener una cama donde estar después de drogarse-). El formato de capítulos cortos -casi como vídeos de YouTube-, se adecúa a la manera de consumir series de este tipo. Y es que, esa puede ser una crítica en sí misma: un producto destinado a ser consumido y no para que se reflexione en torno a él (más allá de los pensamientos durante el visionado). Puedes ver los 5 capítulos seguidos en poco más de una hora (puedes verlos porque te creen adicción, pero también por comodidad y por curiosidad. También por puro consumo). Nota: 3
Crítica (del episodio 6 al 10):
La serie mejora notablemente en esta segunda parte a excepción del dantesco sexto capítulo ( Odiar a los hombres ), donde se excede bajo mi punto de vista, el valor de cualquier mensaje debido a las formas (esto va desde el propio título, que incluye la palabra odio ). El discurso de ese sexto capítulo es plano, repetitivo e incluso zafio. Pero la serie llega a su máximo nivel narrativo y formal en el octavo episodio ( Actos colectivos ) donde se realiza una crítica inteligente y bien construida hacia los abusos de poder en ciertos sectores culturales procedentes de las diferentes ramificaciones del patriarcado. También el noveno episodio posee fuerza narrativa y un uso acertado del blanco y negro, que bien podría haber sido el final de la serie. Aún así, la apología a las drogas sigue latente y la preocupación por pagar el alquiler no existe, lo cual quita bastante realismo a todo mensaje.
Nota: 6
Nota en conjunto: 4.
Pese a una segunda parte mejor, la serie peca querer ser, a toda costa, transgresora. Hablar así de las drogas y de la fiesta ya se hizo en los años 80 (el primer Almodóvar y ciertos programas de televisión). Lo cierto es que entonces había un auge cultural y un interés por todo lo que fuera cultural. La transgresión, cuando va acompañada de cultura siempre es más potente. Pero aquí no es el caso, pues parece que el máximo interés es salir de fiesta. Pese a estos aspectos negativos, se pueden extraer mensajes valiosos y valientes de esta serie, pues es la primera que aborda el tema patriarcal en el mundo del cine ( Actos colectivos ) de una manera diferente, reflexiva y crítica. Sin duda, es una serie que merece la pena ser vista y que puede generar debate. Toca temas muy controvertidos de una manera espontánea y ahí radica su gran valor, aunque para mí, no basta con eso.