El oro de Nápoles
Sinopsis de la película
Comedia que narra seis episodios independientes ambientados en Nápoles, ciudad en la que De Sica pasó los primeros años de vida, entre ellos: Il guappo con un payaso (Totò) que es explotado por un gánster, Pizze a credito que es la historia de una cocinera Sofia (Sophia Loren) que extravía su anillo de casada, Il funeralino, I giocatori donde el Conte Prospero B. (Vittorio De Sica ) pierde una partida con un niño, Teresa (Silvana Mangano) que se casa con engaño y Il professore (Eduardo De Filippo) que vende sabiduría.
Detalles de la película
- Titulo Original: Loro di Napoli
- Año: 1954
- Duración: 131
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Opinión de la crítica
Película
7.2
69 valoraciones en total
Esta película es un milagro, una obra maestra, digámoslo desde el principio. ¿Qué se podía esperar a priori de la fusión del costumbrismo casticista napolitano con el neorrealismo de Zavattini? Un bodrio, ¿verdad? Pues no, contra toda lógica el resultado es una película muy divertida, extraordinariamente rodada por Vittorio De Sica (¡qué fotografía, qué planos, qué dirección de actores, qué amor por los personajes!). Bajo la apariencia de una autocomplaciente exaltación localista de lo napolitano (ya se sabe, edificios costrosos, jaleo en las calles, gritos, bandadas de niños desastrados, truhanes, señoras pechugonas, Funiculì funiculà, puestos callejeros de pizzas, pícaros, maridos cornudos), bajo todo eso hay una vena crítica casi imperceptible, disimulada en la sátira de costumbres, en la que se ve la brutalidad de una sociedad reaccionaria, renuente a la modernidad. Es muy significativa la ausencia de la autoridad: se retrata al pueblo napolitano y se evitan los personajes protagonistas de curas, monjas o eclesiásticos, de jueces, alcaldes o carabineros, tan típicos –por otra parte– de las comedias italianas. Aquí no. Todas las historias son populares y, aunque aparezcan algunos nobles o ricos burgueses (en los episodios «Los jugadores», «Teresa» y «El profesor»), siempre lo hacen en relación con personajes menesterosos y, en el caso de los aristócratas, como testimonio de una clase decadente, anacrónica y de vida tan precaria como el propio pueblo. El espíritu neorrealista también se aprecia en la aparente insignificancia de las anécdotas que se muestran: son pedazos de vida en la ciudad, no hay intrigas elaboradas sino una preocupación por plasmar cierto espíritu de supervivencia, cierta épica de la pobreza, todo ello contado con gracia, muchísima gracia, encanto y delicadeza.
[Sigo en el expolio, sin revelar gran cosa:]
-Doctor, doctor, tengo un problema
-Diga
-Me emociona el neorrealismo italiano
-¿Desde cuándo?
-Desde que vi ‘Roma ciudad abierta’ de Roberto Rosellini y ‘Todos a casa’, de Luigi Comencini, a pesar de que esta es un poco tardía. Ahora he visto ‘El oro de Nápoles’ y me he vuelto a emocionar. Varias veces…
-Entiendo…
-Por ejemplo, la escena en la que llevan a un niño a enterrar en un coche de caballos y la madre empieza a tirar peladillas. Entonces los demás niños se arremolinan…
-Es un oxímoron visual. No es grave.
-¿La muerte y la vida…?
-Exacto
-Y Silvana Mangano, enfrentada a sí misma en esa calle, de noche…
-Una interpretación impresionante y otra vez la vida, con sus contradicciones…
-Doctor pero, ‘El oro de Nápoles’… Me impresiona ese dominio de la tragicomedia… Usar el humor para mostrar rebeldía… Tanta verdad en cada conflicto…
-Tampoco le busque un sentido a todo.
-Pero entonces. ¿Estoy enfermando?
-No, se está curando
-¡¿De qué?!
-De un empacho de Hollywood
-¿Y cuándo estaré curado?
-Cuando empiece a ser feliz por vivir cada secuencia, en vez de apostarlo todo a los sueños…
-Entonces, ¿puedo ver Ladrón de bicicletas y La tierra tiembla?
-Si. Y no se pierda ‘Bellísima’ de Visconti, pero le recuerdo que estas no tienen elementos de comedia como ‘Todos a casa’ o ‘El oro de Nápoles’…
-Ah, vale. Grazie mille…
-Prego…
207/07(09/06/09) Entretenido, irregular y desigual homenaje a Nápoles del gran Vittorio de Sica. Estructurado en seis historias, unas en tono de comedia y otras de tintes dramáticos que nos sirve como excusa para hacer un recorrido por una ciudad milenaria:
– La primera nos cuenta como un viudo violento se instala en casa de una infeliz familia que no lo aguanta pero por miedo lo dejan hacer lo que le viene en gana. Resulta muy divertida y es un canto a la unión familiar en contra de un parásito violento.
– La segunda historia es muy corta en duración, es un triste entierro de un niño y como lo pasean en coche de caballos por todo Nápoles, es un homenaje a las madres napolitanas, rodado con mucho cariño, transmitiendo los sentimientos la madre.
– La tercera historia es un divertido vodevil donde una mujer (una espectacular Sofía Loren) engaña a su orondo marido con un apuesto joven y en uno de estos escarceos amorosos pierde el valiosísimo anillo de compromiso, como el matrimonio regenta un negocio de pizzas ella le hace creer que el aro estará dentro de alguna masa de pizza que ya han entregado, comienza entonces una carrera por encontrar la supuesta pizza con premio dentro, con este pretexto nos encontramos con varias situaciones estrambóticas, que también nos sirve como fresco de la ciudad.
– El cuarto relato es otra corta historia sobre un conde al que su esposa le tiene controlado el dinero por su adicción al juego, él no deja de pedirle dinero a todo el que va viendo, la sorpresa viene al comprobar con quien juega. Humorístico retrato de la ludopatía, con una interpretación del actor que da vida al conde soberbia.
– El penúltimo relato es un triste paseo por la penitencia de un hombre rico que se considera responsable del suicidio de una joven por no casarse con ella y para purgar decide casarse con la que sea. Duro paseo por el purgatorio sentimental.
– El último gira en torno Don Ersilio, un comerciante de ideas, tú tienes un problema, le pagas y el te lo resuelve. Resulta una radiografía sobre los problemas de la gente de un barrio.
El conjunto es un tour por una ciudad donde asistimos a las aventuras de algunos de sus disfuncionales ciudadanos
Recomendable a los que gusten de un crisol de historias de una ciudad singular y única, dirigida por un maestro. Fuerza y honor!!!
De Sica crea una película desafortunadamente no todo lo conocida que se debería en nuestro día. Una serie de estilos corales como solamente las sabía contar el cine italiano de la década de los 50, amparada en un reparto maravilloso y donde no sofra absolutamente nadie. A destacar, por debilidad personal, a un Paolo Stoppa inconmensurable como reciente viudo napolitano, en un papel tragicómico.
Una serie de historias sin conexión, pero con un lazo firme, la ciudad de Nápoles, el amor de sus madres, la belleza de sus mujeres (Silvana Mangano y Sofía Loren, nuff said), su aristocracia caduca, la frivolidad y el humor de sus gentes, el olor a pizza a lo largo de los barrios…
A destacar que el propio De Sica interpreta un papel, como arruinado y divertidísimo conde que ya solamente puede jugar a las cartas con el hijo de su chófer, que para más IMRI es capaz de barrerle con suma facilidad. También el breve papelito del gran Totò, muy divertido y peculiar.
En definitiva, una joya que no deben perderse. Si tienen la oportunidad, no dejen de ver, junto con la película, un maravilloso documental que le dedicó Martin Scorsese.
De Sica nos hace ver un bosque yendo árbol por árbol. Los episodios de que se compone esta obra maestra del cine son, uno por uno, merecedores por sí solos de su propia crítica. Cada uno de ellos es extraordinario en su concepción, desarrollo, interpretación y puesta en escena, pero lo más extraordinario de todo es que la suma de todos ellos hace una película aún mejor que sus componentes. Con unos te ríes, otros te meten el corazón en un puño y todos te asombran, porque todos son creibles y, al mismo tiempo, esperpénticos, hasta que te das cuenta de que… así es Nápoles. Y ver a un Totó brillante, a una Sofía Loren ejerciendo de la actriz más guapa y graciosa del cine, a Mangano que consigue dar tantísima pena con esa naturalidad, a un De Sica descacharrante, a De Filippo asombrosamente lúcido… vamos, que no se lo puede uno perder. De hecho, es una película que veo de vez en cuando y procuro hacerlo con gente al lado que no la conozca, para disfrutar también de sus reacciones.