El muchacho de Oklahoma
Sinopsis de la película
Con la intención de ser abogado, Tom Brewster (Will Rogers Jr.), un estudiante de leyes contrario al uso de las armas, llega a Bluerock, una pequeña población en la que acaba de ser nombrado alcalde el mayor Barney Turlock (Anthony Caruso), dueño del saloon. Para controlar la ciudad a su antojo, el alcalde nombra sheriff a Tom, creyendo que siendo tan joven se dejará manejar. Tom tendrá que enfrentarse a un peligroso pistolero buscado en varios estados. Al poco tiempo, conoce a la hermosa Katie Brannigan (Nancy Olson), hija del anterior sheriff, que murió en extrañas circunstancias.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Boy from Oklahoma
- Año: 1954
- Duración: 87
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Opinión de la crítica
5
56 valoraciones en total
Extraño film del Oeste donde el protagonista solo dispara un tiro, y porque se le escapa. A pesar de ello, su personaje es tan original, con tanto sentido común y tan auténticamente valiente que te atrapa. Dotado de un fino sentido del humor y de una boca de que no para de soltar frases llenas de sensatez, es un tipo de vaquero al que no estamos acostumbrados. Busca el bien sin hacer mal. Si es el más rápido, es de mente y de palabra, lo que a veces es más que suficiente.
Y ver a alguien manejar el lazo como a él es un deleite.
El actor que le da vida, Will Rogers Jr., es hijo del gran Will Rogers, periodista, actor y humorista muy famoso en Estados Unidos a principios del siglo XX. Ha heredado muchas cosas de su padre y borda el papel con su boca torcida que cuando habla parece que masca tabaco. No es guapo, ni falta que le hace.
Le da la réplica Nancy Olson, belleza muy americana, pizpireta, permanentemente sorprendida o enfadada, encantadora. Muy creíble. Hacen buena pareja.
El malo es Anthony Caruso, típico guapo peor que un dolor de muelas, Un topamí tan ambicioso y manipulador que recuerda mucho a algunos políticos actuales e internacionales.
El diirector es Michael Curtiz, autor de filmes tan inolvidables como Casablanca, La carga de la brigada ligera, Robin de los Bosques, Alma en suplicio, etc., etc. En todo momento se nota su gran capacidad para la composición de escenas y su excelente pulso narrativo, a pesar, en este caso, de ser un film más apoyado en los diálogos que en la acción.
Aún un tratándose de una obra menor de Curtiz, le doy una buena calificación por lo bien que me lo he pasado viéndola. La recomiendo.
¡Tom Brewster! Esta es la clase de héroe que deseé encontrar desde hace mucho tiempo. Harto estaba ya de tipos como Tom Destry, Johnny Guitar Logan, Ransom Stoddard o Jim Killian, llenos de buenas intenciones, con afanes progresistas e interesados en una justicia sustentada en el Derecho, pero que, al final, caían en las trampas del destino y terminaban sacando a flote su ira y poniéndose de igual a igual con los transgresores de la ley.
>, tiene personajes muy simpáticos como el viejo Pop, o como el mismo Tom, una chica valiente dispuesta a ponerse face to face con el nuevo sheriff, y un mensaje lleno de luz que da paso al progreso de la sociedad humana, al poner a los verdaderos hombres en el lugar que, por tantísimo tiempo, han ocupado los machos.
Yo sabía que llegaría ese western con ¡Un Hombre a toda prueba!: leal a sus principios, con un claro sentido de la justicia, y dispuesto a morir antes que traicionar la trascendental norma de respeto por toda vida que le enseñó su padre. Con un poco de Abraham Lincoln y otro tanto de Mahatma Gandhi, Tom Brewster dejará desencantados a todos aquellos que siguen creyendo que la justicia sólo se ejerce mediante la ley del revólver y borrando del mapa a todos los delincuentes. Pero agradará a quienes creen en la sagrada esencia de todo ser vivo, en el derecho a la resocialización, y en la justa aplicación de las leyes antes de castigar a quienes delinquen.
Will Rogers Jr., no tiene la recia personalidad de alguien como James Stewart, Sterling Hayden o Glenn Ford, pero, su Tom Brewster irradia simpatía, una bondad que le brota por todos los poros y un ideario tan bien posicionado que, sólo una soga y un efectivo uso del lenguaje edificante, le servirán como armas para bajarle el ímpetu a los prepotentes y a los inadaptados.
Sin grandes recursos, sin contar con actores de mucho renombre, y con un sencillo, pero muy atinado guion, escrito por Frank Davis y Winston Miller, basados en la historia de Michael Fessier, The Sheriff was Scared , el director Michael Curtiz, ha conseguido un filme que, particularmente, me resulta más atractivo y con más visión de futuro que todos aquellos clásicos en los que han surgido simples héroes endebles .
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Cuando parecía que este filme no atraería más que a aquellos pocos que aceptan la diversión sin duelos, sin violencia exacerbada y sin crueles asesinatos, hubo un productor que se sintió tan atraído por él que, sirviéndose de la historia de, Michael Fessier, como inspiración, la convirtió en una serie televisiva titulada, Sugarfoot, un serial de 69 episodios, estrenado en 1957, con la cual obtuvo un notable éxito popular.
Por muchos que se opongan, y aunque tarden un poco, las buenas ideas siempre terminan haciendo camino.
Título para Latinoamérica: DESTINOS OPUESTOS
Western atípico en el que un joven abogado recién llegado de Oklahoma, Tom Brewster, pretende abrir un despacho profesional en un pequeño pueblo del lejano Oeste. El mismo juez, un simpático vejete y excelente secundario, le explica que ha podido llegar a su edad gracias a que siempre se ha limitado a ver, oír y callar, por lo que le recomienda obrar como él.
Y es que en el pueblo quien manda es el alcalde, dueño del saloon y de los principales establecimientos. Es tan poco fiera la pinta que tiene el abogado que el alcalde no duda en proponerle el cargo de sheriff, vacante por la muerte en oscuras circunstancias del anterior. Tan poco fiero parece Tom que prácticamente no sabe manejar una pistola, aunque se defiende bien con el lazo. Tiene además un aspecto tímido, casi aire de bobo. Sí, si, bobo, pero dotado de un gran sentido común que le lleva a comprender rápidamente la situación real del pueblo y el papel que allí juega el alcalde que lo contrató.
Las pesquisas sobre la muerte del viejo sheriff lo llevan enseguida a sospechar del alcalde, que pronto se arrepiente del nombramiento que ha hecho. Contrata para enfrentarse a Tom nada menos que a Billy el Niño, perejil en todas salsas. De lo mejor de la cinta el diálogo entre el pistolero y el abogado en el saloon ante todo el pueblo, jaquetón aquel y asustado y temeroso este. A todas las provocaciones del matasiete responde Tom con astucia, buen conocimiento del derecho, pero sin dejar de contar los disparos de intimidación de Billy.
Con su ejemplo, honestidad, buen sentido y sabiduría de las leyes, poco a poco va arrinconando al alcalde y afirmando en los vecinos el sentido de la justicia que tenían sometido por el cacique. En este sentido merece destacarse esta frase del viejo juez que muestra el cambio social que se está produciendo: Llega un momento en la vida en que hay que elegir si un hombre deber seguir llamándose hombre .