El Dorado
Sinopsis de la película
Un pistolero llamado Cole Thornton (John Wayne) acude a El Dorado por encargo de poderoso terrateniente, Bart Jason. El cacique le ofrece un trabajo: expulsar de unas tierras próximas a una familia de granjeros, los McDonald. Thornton acaba rechazando el encargo a instancias de Jean Paul Harrah (Robert Mitchum), el sheriff de El Dorado y viejo amigo de Cole. Tiempo después, Thornton se entera de que otro pistolero ha aceptado el trabajo que él rechazó, asi que decide regresar al pueblo para defender a los granjeros y ayudar a su amigo Harrah, que tiene problemas con la bebida. Le acompaña Mississippi (James Caan), un joven habilidoso con el cuchillo.
Detalles de la película
- Titulo Original: El Dorado
- Año: 1966
- Duración: 126
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Opinión de la crítica
7.8
72 valoraciones en total
En palabras del propio Hawks: Me he cansado de las historias dramáticas. Hay un número limitado de tramas que se puedan hacer y yo las he hecho todas. Así que ahora intento hacer historias de personajes más que de tramas. Y deben ser entretenidas, hay que introducir más comedia en ellas, porque lo divertido es disfrutar con la película, reír con ella.
El Dorado es una comedia que retoma los personajes de Rio Bravo, el paradigma de la trama es gemelo y posee muchas escenas casi plagiadas. Lo que cambia es el tono, si en Rio Bravo los personajes principales se tomaban las cosas en serio, en El Dorado se las toman a guasa. Hasta del supuesto fallo de raccord de la muleta, Cole Thorton hace un chiste (¿o es John Wayne?).
Todos quisiéramos ser como Wayne. Ojalá yo tuviera esa seguridad, ser infalible, bueno disparando, bueno con los amigos, bueno porque se pone del lado de los buenos y bueno porque a su lado todo sale bien. La mayoría de usuarios apuntan que El Dorado es como Río Bravo , yo no voy a ser menos y reafirmo mi posición, si una es excelente la otra también, porque desde el primer minuto la acción va por delante, porque salen mujeres que intervienen en esa acción, porque los diálogos están bien puestos, porque los tiros están bien puestos… porque me gustan las del oeste.
Además, sale un Mitchum que simplemente ocupa toda la pantalla, cuando aparece este hombre hasta Wayne se hace pequeño. ¿Y los secundarios? Ese joven Mississipi suma tanto como el viejo ayudante del sheriff con esa trompetilla. Los malos en un lado y los buenos en otro, no hay término medio y se ofrece una linealidad simple y sin confusión, lo cual se agradece. ¿Así que todo es como Río Bravo ? Pues sí, desde luego, y eso significa que es lo que buscaba.
Penúltimo western y penúltimo film de Howard Hawks. Escrito por Leigh Brackett ( Río Bravo ), adapta la novela The Stars In Their Courses (1960), de Harry Brown. Se rueda en exteriores de Kanobe (Utah) y Tucson (Arizona) y en los estudios de Old Tucson (Arizona), en los que se filmó Río Bravo ocho años antes. Producida por H. Hawks, se estrena en EEUU el 7-VI-1967.
La acción principal tiene lugar en El Dorado, localidad del Oeste, y alrededores, en la década de 1870/79. Cole Thornton (Wayne) es contratado por el ganadero Bart Jason para que le ayude en la lucha contra la familia MacDonald. Informado de las verdaderas intenciones de Jason por el sheriff del lugar, Jean Paul Harrah (Mitchum), rompe el compromiso y decide apoyar a Harrah. Cole es un pistolero profesional rudo, sobrio, decidido, honesto y de edad madura. Harrah, de la misma edad que Cole, es honrado, noble, alcohólico y depresivo. Ambos cuentan con la colaboración de Allan Traherne (Caan) y de Bill Harris (Hunnicutt).
El film es un western que suma elementos de acción, aventuras, drama y comedia. Desarrolla una historia intensamente trágica y sombría, muy al gusto de Hawks. Se explica en un tono distendido, divertido y sarcástico. Contiene toques dramáticos e irónicos, que se enmarcan en un contexto en el que predominan los trazos lúdicos y humorísticos. Los protagonistas son personajes amargados y enfermos, que arrastran heridas físicas (bala junto a la columna) y morales (desengaño amoroso), discapacidades transitorias (muletas), dudas e inseguridades (relaciones con Maudie), decadencia física y pérdida de facultades. Les dan réplica un anciano frustrado y vengativo y un joven inexperto e idealista (recita versos del poema El Dorado , de Edgar Allan Poe). Los cuatro forman un cuarteto patético y turbador, excéntrico e inverosímil, sobre el que recae la tarea de enfrentarse al grupo de los malvados, superiores en número, jóvenes, ambiciosos y bien organizados.
En la cinta se dan cita las constantes del género: exaltación de la amistad, lucha por la dignidad, héroes errantes, defensa de los débiles, pistoleros profesionales, sheriff honesto, mujeres decididas, enfrentamientos a tiros, etc. El film es intenso, absorbente y muy entretenido. Forma junto con Río Bravo (1952) y Río Lobo (1970) la trilogía de westerns realizados por Hawks sobre argumentos similares y en parte coincidentes, aunque tomados de fuentes diferentes.
La música, de Nelson Riddle, aporta una partitura que suma cortes solemnes y lúdicos, orquestales y solos de piano, armónica, banjo y guitarra. Añade una bellísima canción ( El Dorado ) a cargo de George Alexander. La fotografía, de Harold Rosson, en color, ofrece encuadres exteriores luminosos y coloristas, que contrastan con abundantes secuencias rodadas en interiores y en escenarios nocturnos, que subrayan el tono sombrío, triste y nostálgico, y también cómico, del relato. Notable western crepuscular.
El Dorado es un desenfadado western que ofrece varios de los mejores momentos del cine de Hawks.
John Wayne es un actor espléndido ( un actor a reivindicar definitivamente por los amantes del cine, acabando para siempre con la fama de actor mediocre que merece para muchos ) y en El Dorado da una nueva lección de utilización de la mirada, de presencia en la escena, de construcción creíble de un personaje digno pero rudo muy típico de las películas en las que participó. Robert Mitchum aporta su maravilloso talento para componer al borracho pero noble Sheriff. Jamess Caan y el resto de actores cumplen con creces su cometido.
En concreto hay dos escenas en la parte inicial del filme que son memorables: 1. Toda la escena que acaba con el suicidio del somnoliento muchacho que estaba vigilando en las rocas ( prodigio de sabiduría y economía narrativa ), y 2. La escena en la que Wayne se encuentra sentado en una mesa de un bar y hace acto de presentación el joven que será su aprendiz desde ese momento ( escena con una tensión, con un tempo narrativo inigualable ).
La aparente ligereza de la película puede desviar la atención del espectador: detrás de esta desenfadada película se encuentra el cine de Hawks resumido e mejorado.
Esta película, junto a otras, supusieron el colofón del género. Presentaban vaqueros, heroes del oeste con edades avanzadas y con un entorno que ya no les daba cabida ( eran heroes que no tenían compañía al margen de sus recuerdos y vivían de su fama, de su pasado ).
Suponían, en fin, una revisión matizadora y desmitificadora de la figura tradicional del vaquero como heroe romántico en el cine.
Hará un par de años, cuando revisé Rio Bravo por última vez, ya dije que el western de Hawks me parecía -si no el mejor- sí el más querido y representativo de todos. Así pues, teniendo en cuenta que El Dorado también es de Hawks y que este cineasta seguía rodando y narrando la mar de bien en 1966, no entiendo por qué puñetas la gente se empeña en catalogar esta peli como una obra menor. Como un burdo plagio. Como la hermana bastarda de Rio Bravo. ¿Acaso no es lícito explotar y sacarle el máximo rendimiento a un esquema argumental o a unos personajes que previamente han funcionado tan bien? ¿Acaso no hicieron lo propio cineastas como Hitchcock, Bergman, Leone o Kurosawa? ¿Acaso tan difícil es analizar o comentar un film sin prejuicios?
Tampoco considero, por descontado, que las líneas argumentales de Rio Bravo y El Dorado se parezcan tanto como dicen. Y menos, el tono. Mucho más cómico, y dramático a la vez, en El Dorado. Y lo mismo diría de su terna protagonista. En mi opinión, mucho más atractiva en El Dorado. Con un John Wayne más guasón, un Robert Mitchum más carismático y un James Caan más solvente. Quizás eché algo de menos el rollete que se traían John Wayne y Angie Dickinson en Rio Bravo, pero bueno, a sabiendas que la subtrama romántica suele ser algo muy secundario en westerns de este tipo tampoco creo que eso tenga demasiada importancia.
En fin, que Rio Bravo es mucho Rio Bravo, sí, pero El Dorado es oro. Oro puro.
Próxima entrega, Star Wars , de George Lucas.