El cumpleaños de mi mejor amigo

5 comentarios en «El cumpleaños de mi mejor amigo»

1. Un buen día de 1984, un joven de Tennessee llamado Quentin decidió escribir en su juventud, concretamente a los 21 años, el guión de una película independiente que se rodaría tres años más tarde en blanco y negro.
   
   Con un presupuesto estimado de 5.000 dólares (según IMDb), Quentin junto a Craig Hamann, amigo del videoclub donde trabajaba y compañero de reparto, se pusieron manos a la obra durante esos 3 años e hicieron posible realizar una cinta de 70 minutos, un logro por aquel entonces dados los medios de que disponían. Una pena que por un fatal incendio sólo quedase 35 minutos de metraje.
   
   A mí lo que me sorprende y mucho es que: ¿cómo ese joven director pudo hacerse con los servicios 7 años más tarde de actores de la talla de John Travolta, Bruce Willis, Samuel L. Jackson, Uma Thurman, Harvey Keitel, Tim Roth, Steve Buscemi, etc., en Pulp Fiction? Bueno, pensándolo mejor algo de eso tiene culpa la sobresaliente Reservoir Dogs, dos años antes.
   
   Esta vez Quentin dirige esta comedia, El cumpleaños de mi mejor amigo, rodada con una cámara casera sujeta siempre por cartones, nos presenta a un joven (Tarantino) que intenta hacer algo bueno para el cumpleaños de su amigo, al que su novia había dejado. La peli es algo aburrida, para que nos vamos a engañar… además se echan de menos por ejemplo esos planos característicos desde el interior de un maletero, su fetichismo por los pies, etc., aunque se contrarresta con ese lenguaje soez, lleno de tacos o simplemente por su forma de dirigir en todas sus pelis.
   
   Yo la recomiendo, más que nada como curiosidad, para conocer un poco más a Quentin y sus inicios, pero no busquéis un producto de entretenimiento porque no le hay.
   
   Sin embargo, aunque su ópera prima no me haya gustado como pensaba (seguramente por esos 35 minutos pasto del fuego), he decidido a hacer esta crítica para hacerle un pequeño homenaje a uno de los más grandes del cine, QUENTIN TARANTINO, que, a pesar de su corta carrera, es considerado como uno de los iconos del cine independiente estadounidense aunque sus películas se hayan movido entre la polémica.

2. Juzgar un producto inconcluso siempre es difícil. Debes imaginar que es lo que falta y rehacer una escala de valores para puntuar lo que existe más lo que se intuye.
   
   En este caso, lo que se intuye es casi lo que se ve, es decir, que podría mejorar algo, pero poco.
   
   Tarantino pone más ganas que calidad en este primer intento de largometraje. Se nota una mano muy amateur, un guión flojillo de ideas dispersas y situaciones inconexas más que algo sólido, un montaje más por intuición que por búsqueda de ritmo y coordinación (vamos, una mierda de montaje que se entiende a duras penas, de hecho, creo que ni está acabada de montar, pues ni presenta créditos iniciales y parecen más bien empalmes) y deja entrever, eso sí, su sello de fábrica, los diálogos locuaces y atractivos (aquí aun en desarrollo, pero apunta maneras) y su gran gusto musical.
   
   Hace gala de referencias cinéfilas en plan Clerks, hablando sobre Marlon Brando, Brian de Palma o Elvis. E incluso ya se sincera confesando su fetiche por los pies. Pero el producto final deja bastante que desear. Que no se le puede reprochar nada, es un producto entre amigos, hecho con ganas y nadie nace aprendiendo, pero queda más como una curiosa aportación sobre los orígenes de un director que como una película en sí.
   
   Lo del incendio al final le vendrá bien y todo. Le crea un aura de misterio, jugando al que vendría después y como acabaría la cosa, aunque en el fondo sepamos que la cosa no acabaría bien. Entendiedo por bien el buen cine, claro.
   
   Un boceto, ensayo filmado, y poco más.
   
   Para curiosos y gente que explore la trayectoria de Tarantino.

3. Cinta de obligada visión para los fans de Quentin y para cualquier cinéfilo curioso, ya que es la verdadera ópera prima del director de Pulp Fiction.
   
   No esperen nada decente porque no lo hay. Este mediometraje es el resultado de 5000 pavos de presupuesto, rodaje con los colegas ( no saben actuar, pero todo no se puede tener debió pensar Quentin), el propio Tarantino propasado de psicotrópicos y un incendio que dejo el film inacabado. Los frikifans como yo del director apreciarán desde el principio las características del que sería el posterior Universo Tarantino: referencias cinéfilas, alocados diálogos, pies femeninos y cachos del que sería el guión de Amor a Quemarropa.
   
   Os aconsejo que lo veáis como curiosidad cinéfila, no os quitará más de media hora de vuestra vida y quizás os haga reír.

4. Aquí tenemos las verdaderas raíces de Quentin Tarantino, director amado y odiado a partes iguales, pero que indudablemente nunca deja indiferente. Con maravillas como Pulp Fiction y truños como su aportación a Grindhouse, poder observar sus primeros pasos en el mundillo es algo bastante interesante se sea o no fan del mismo. Y justamente eso es lo que ocurre: estamos ante algo curioso y nada más.
   
   El pretexto de My Best Friends Birthday es bastante sencillo: hoy es el cumpleaños de un amigo y la idea de Quentin es buscarle una prostituta para que le haga compañía. La trama es muy simple, no hay nada realmente bien narrado y las escenas suceden de forma continua sin mucho sentido. Quizá se deba a la pérdida de la mitad de la película, quizá no. El caso es que pese a todo, hay destellos del actual Tarantino: una lista de personajes bastante friki, momentos de la misma índole como ese intento de escena de lucha de artes marciales, o diálogos con alusiones a filmes clásicos y que Tarantino ha copiado hasta la saciedad.
   
   Las interpretaciones son una mierda, comenzando por un sobreactuado Quentin que parece más Jim Carrey, la dirección tiene el mismo problema y de hecho hay momentos en los que los personajes cambian de peinado en las escenas. No hay continuidad por que al parecer se rodó entre colegas durante tres años, vamos, es más una friki-película que algo serio. ¿Se puede ver? Si, sin duda. Tiene sus cosillas, pero no es nada del otro mundo. Más una curiosidad que otra cosa, vaya.

5. Desde el comienzo del mediometraje, se nota quién está detrás (y delante) de la cámara: el estilo Tarantiniano que tanto nos gusta se aprecia claramente en el guión, la música, las actuaciones… Para los pocos medios de que disponían, el producto final acabo siendo bastante conseguido. Al igual que El Sur de Víctor Erice, por ejemplo, El cumpleaños de mi mejor amigo es inconclusa, por lo cual, debemos verla con otros ojos. Es cierto que conforme avanza la trama disminuye el ritmo de la película, pero vaya, os recomiendo encarecidamente que la videeis, yo al menos, disfruté con su visionado.