Caballos salvajes (Chino)
Sinopsis de la película
El mestizo Chino Valdez (Charles Bronson), cuya única pasión es la cría de caballos, ofrece cobijo y protección en su rancho a Jamie Wagner (Van Patten), un fugitivo de la justicia. Todo marcha bien hasta que Chino se enamora de Louise, la hermanastra de Maral, un ranchero rival, que aprovechará la presencia de Jamie para hacerle la vida imposible a Valdez.
Detalles de la película
- Titulo Original: Valdez, il mezzosangue (Chino) aka
- Año: 1973
- Duración: 98
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Opinión de la crítica
Película
5
42 valoraciones en total
Un mestizo de la frontera acoge a un chico y le da trabajo, haciendo las veces de padre.
Luego se enamora de una chica rica, hermana de un poderoso terrateniente.
El hombre es medio indio y se llama Chino. A partir de ahí todo lo que ocurrirá será el detonante de estos acontecimientos que se irán sucediendo como consecuencia de su amor por la mujer y sus decisiones con su ganado.
Protagonizada por Charles Bronson y su mujer Jill Ireland, la película es de todos menos aburrida, con nuevos paisajes americanos, e innovadoras destrezas que Bronson irá mostrando de su trato con los caballos sobre todo y la importancia de llevar una casa que tenían los hombres de aquella familia.
El reparto es regular pero seguro, no será nunca un taquillazo, pero sí una gran obra para muchos ya que sin esta intervención a pocos medios te puedes ya dirigir con tu carrera.
Peleas previstas, con más usos de los brazos que de otra extremidad.
Obra menor del genial John Sturges, creador de grandes clásicos como La gran evasión y Los siete magníficos, que aquí vuelve a reunirse con un viejo conocido como Charles Bronson, para contar una historia sobre un domador de caballos de la vieja escuela.
Cuenta con el carisma de Bronson, que con una sola mirada, ya llena la pantalla y transmite su fuerza y con la belleza de unos bonitos paisajes por los que pasean unos animales de un poderío absoluto, los caballos.
Intenta pasear por dos senderos apoyándose en la presencia de un joven muchacho, con la que el protagonista entabla buena amistad y la posible relación con una mujer, que no termina de hacer que funcione bien en el conjunto, el director debería haberse decantado por una de ellas y explotarla al máximo.
A pesar de todo, con ambas partes consigue ofrecer un lado mas cercano y menos arisco del personaje principal, en una historia sencilla y entretenida, de poca repercusión.
Extraña e interesante película para apreciar tranquilamente. Detalles como la conversación de Chino con el muchacho al irse la mujer después de su clase de hípica, hacen ver que el muchacho no es una figura de adorno, se toma como un testigo de la trayectoria de Chino y también como un hilo conductor de la historia, al estilo de El árbol del ahorcado con el ladronzuelo que se cobija en casa del médico.
Cuando el muchacho se junta con la chica india y quiere hacer un cambio, la secuencia tiene unos acentos de verdad realmente curiosos. Espléndidos retazos de la vida de los indios y de esos pueblos mejicanos fronterizos que se hacen escasos, todo alrededor del protagonismo de los caballos salvajes.
Las maneras de Chino con la hermana del jefe del cortijo, son machistas a más no poder, Bronson doma caballos como doma mujeres, se trata de crear su personalidad y argumentar el inicio del romance. Final atípico.
Vista en condiciones pésimas de color y sonido, con un deplorable doblaje, he de decir que me pareció en verdad mediocre. No sé si así será, vista en condiciones normales, quizás sea buena, pero me pareció que era, además de extraña, curiosa, sí, pero muy por debajo de lo que se podía esperar de Sturges.
Parece que fue dirigida al alimón por él y por Dulio Coletti. Espero que este último tomara las riendas de más metraje, pues de otra forma sería imperdonable.
La cinta se puede decir que es positiva desde el punto de vista ético, no en vano es un canto al amor a la tierra, a los indios como nación a punto de extinguirse, y a los animales en estado salvaje, en este caso unos bellísimos caballos.
Por otra parte, su violencia no es exacerbada, gratuita, sino que la hay cuando se necesita, cuando la pide el guión. Esto es un punto a su favor. El resto, poca cosa, y mediocre.La música, a cargo de los inefables hermanos De Angelis, machacona, aunque no suene mal, y las interpretaciones, bien el chaval, Vincent Van Patten (que años más tarde se metería a tenista profesional, con una carrera menos que discreta…) y los demás, ni una cosa ni otra.
Hay algo de humor, y el momento en el que la chica le pilla al protagonista bañándose, tiene cierta gracia. Por lo menos invita a la sonrisa. Pero el ritmo es lento, muchas veces no pasa nada destacable y la puesta en escena no deja de ser vulgar.
El final, sobrio y distinto a lo que se suele ver pero, desgraciadamente, tampoco convence al ser poco verosímil.
Lo dicho, si la mayor parte del metraje la ha rodado el bueno de Coletti, puede pasar, si lo ha hecho Sturges, francamente pobre.
http://filmsencajatonta.blogspot.com.es/2006/11/caballos-salvajes-chino-valdezs-horses.html
Una tarde de invierno cabalga en solitario un niño, Jamie (Vanb Patten), hasta llegar a un rancho donde lo acoge un silencioso y adusto criador y domador de caballos, Chino Valdez (Bronson), que lo adopta como un padre y le enseña el oficio.
Ya está dicha toda la trama argumental. Lo demás, unos indios cheyennes pacíficos y buenos que viven por allí, un pueblo medio vacío y violento, y un ranchero, Maral (Bozzuffi), que impone su ley a golpe de puños o de disparos. Su atildada hermana Catherine (Ireland) recién llegada del Este, pronto se siente atraída por Chino, Rudo, ordinario y vulgar . Lo que faltaba, ¡casar a Charles Bronson …! Todavía no se han dado cuenta que, como se comenta en una de las escenas, Hay ciertos caballos que no han nacido para ser ensillados .
La cinta es lenta, con largos silencios que por lo menos tienen muchas veces de fondo una pegadiza música española. El doblaje pésimo con una jerga fuera de lugar, con interjecciones como ¡joroba! o ¡porras! que cantan mucho. Lenta y fría, desangelada, la gelidez invernal traspasa la pantalla. Tampoco es mucho mejor el color. Las interpretaciones como el ambiente, bajo cero, con muy pocos personajes (menos que caballos).
Lo mejor, para nosotros, las escenas costumbristas de la Navidad mejicana, con su procesión que lleva en andas la escena del Nacimiento solicitando por las casas cobijo mientras entonan bonitos villancicos tradicionales. También la escena en que Chino se cura una coz en el hombro con una especie de ungüento antiinflamatorio.
Mención aparte para los caballos. Excelentes imágenes de la manada, de algunos ejemplares y de la doma. Sin duda la película gustará a los amantes del noble bruto.