Black story (La historia negra de Peter P. Peter)
Sinopsis de la película
Pedro, un viudo que escribe novelas policíacas con el pseudónimo de Peter P. Peter, está a punto de casarse con Beatriz (Analía Gadé), una viuda que resulta ser una mujer despiadada que le hace la vida imposible. La experiencia que le han dado sus novelas lo lleva a concebir un plan para deshacerse de su nueva esposa, lo malo es que también ella planea matarlo a él.
Detalles de la película
- Titulo Original: Black story (La historia negra de Peter P. Peter)
- Año: 1971
- Duración: 96
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Opinión de la crítica
Película
4.6
83 valoraciones en total
Bueno la gran actuación de López Vázquez Y la excelente música de Anton Garcia Abril no salvan la pobre dirección de Lázaga. un director flojo. Esta ¿Comedia negra? que pretende ser eso una comedia negra se convierte en una comedia demasiado floja. Aunque hay buenos momentos ese homenaje a la noche de los muertos vivientes es un ejemplo. La historia trata sobre un escritor de novelas que pretende asesinar a su esposa. Todo se desarrolla en un sin fin de hechos al cada cual mas ridículo de acuerdo que estamos ante una comedia negra pero ni por esas.
Es una película que tiene los defectos previsibles y lógicos en un proyecto que se aborda sin un argumento propiamente dicho en el que apoyarse. Santiago Moncada demostró tener inteligencia en otras ocasiones escribiendo guiones dignos pero aquí en Black Story no aportó muchas ideas y quiso adentrarse en un terreno complicado como es la comedia absurda acumulando anécdotas insustanciales dentro de un guión donde los personajes están desdibujados y hacen cosas incoherentes y carentes de sentido. Pero a pesar de los defectos que contiene y teniendo en cuenta además que la obra de principio a fin se ve lastrada por su endeble premisa se puede decir que Pedro Lazaga tradujo bien a imágenes el texto de Moncada compenetrándose bien con el tono delirante y disparatado que se imprimió al texto y aprovechando debidamente a un reparto notable en el que encontramos a tres actrices tan bellas y sugestivas como Analía Gadé, Mary Francis y Licia Calderón. La música de fondo de algunas escenas es la misma que acompañó a los títulos de crédito de otra película posterior de Lazaga que fue La amante perfecta . Se puede decir que los pocos elementos aprovechables que había en el planteamiento se tuvieron en cuenta por lo que el resultado final aunque no convence del todo tampoco deja indiferente. Lazaga volvió posteriormente a plasmar con elegancia dos guiones más de Moncada, uno de ellos en Mil millones para una rubia .
Pese a contar con las habituales torpezas en la dirección de Pedro Lazaga, entre las que destacaría lo que parece ser su reciente descubrimiento del zoom como herramienta narrativa y recurso de montaje (a tenor del abuso que hace tanto al encuadrar como al cerrar planos con un zoom in para ensamblarlos con el subsiguiente zoom out del plano inmediatamente posterior), Black Story es una muy buena película, muy meritoria. Y no por Lazaga, como decía, sino por el magnífico guión de Santiago Moncada (a él se le pueden atribuir sin miedo los hallazgos visuales de los que hace gala el film, deudores de su colaboración con Mario Bava en Un Hacha Para La Luna De Miel), el humor negrísimo que empapa todo el metraje y la sobresaliente, soberbia, interpretación de JL López Vázquez (¨soy un titán¨ canta de sí mismo durante los créditos iniciales).
Moncada, buen conocedor de los lugares recurrentes del género negro y de la idiosincracia celtibérica, sirve un argumento que hace avanzar un film basado en el clásico sueño de ¨eliminar a la esposa¨ mientras lo salpimenta de parodias a otros géneros (en forma de ensoñaciones las más de las veces), chanzas a costa de lo español (los maridos pusilánimes, el familiar que se persona en casa de uno alegando que pasará un fin de semana y termina permaneciendo 5 años) e interesantes reflexiones acerca del oficio de crear ficción (el recuento de cadáveres que lleva como escritor Lopez Vázquez, la translación del crimen perfecto de novela al imperfecto en el plano real), sin aburrir en ningún momento y dejando no pocas escenas memorables. Algunas de ellas en lo visual (maravilloso como está rodado el traslado a la vía, con una cámara nerviosa y una colorimetría virada a verde, así como su resolución, con un tren atropellando la mítica bola de playa Nivea que tan habitual resulta en las costas españolas desde hace décadas) y otras de puro cafre, como la secuencia en la que un López Vázquez en silla de ruedas y ebrio perdido se cruza con un disminúido impedido de verdad e intercambian ruidos guturales durante casi un minuto mientras hacen aspavientos raros, así como de sordomudos en éxtasis (químico, no del otro). Locurón.
Black Story a pesar de los temores iniciales es una buena película aunque no lo parezca. Con un argumento basado en el humor negro te lleva a situaciones surrealistas y para entrar en este juego de enredos posiblemente haya que ser un poquito friki, pero no pasa nada por ello.
Personalmente la recomendaría por varias razones que me han convencido. Primero, la música del maestro Antón García Abril es más que acertada, dotando de un fondo adecuado las actuaciones comedidas del personaje de López Vázquez: Pedro. Acompaña perfectamente el espíritu romanticón de las secuencias de Pedro con su secretaria, Carlota (Paca Gabaldón), un ritmo relajado muy de los tiempos que corrían, pelín psicodélico. El silencio no obstante es la otra baza cuando se escuchan los pensamientos de Pedro en los tramos de intriga.
Pedro, un escritor de novelas policíacas, como lo es su tía, ha creado un personaje con un nombre de auténtico sabor a las novelas de detectives privados que se prodigaban entonces: Peter P. Peter, con connotaciones claras de misterio, humor y personaje sibarita. Igual que llama la atención el nombre del perro de la tía: Doctor Watson, que protagoniza un desenlace fatal. No obstante Peter P. Peter (como doble personalidad de Pedro) es un personaje sin la progresión que tal vez se deseara y más por las grandes posibilidades que ofrece.
Pedro está enamorado en secreto de su secretaria, Carlota, y ella tímidamente le corresponde.
-Es curioso, mi primera mujer se llamaba Amelia. Ésta se llama Beatriz y tú Carlota… A, B y C…
-Pero yo no soy su mujer…
Pedro odia a su tía y odia a su mujer (Analía Gadé) que viven confabuladas contra él y desea a Carlota. La película te evoca de entrada la de Cómo matar a la propia esposa (1965) y es un ejemplo de esas oscuras aspiraciones del hombre casado por deshacerse de la esposa, unido a ella por siempre jamás como una cadena perpetua y que el matrimonio ha hecho que con el tiempo se vean el uno al otro como bichos asquerosos. Incluso el amigo de Pedro, el psiquiatra (Rafael Alonso) tiene que soportar los desprecios de su mujer (Licia Calderón) que le rebaja de forma ominosa delante de todos.
Así surgen en los personajes anhelos con amantes secretos y los planes criminales, esas aspiraciones que parecen estar siempre en el poso de la personalidad de tantos personajes de película (y en la vida real). Esto es motivo, aunque no se aprecie en estos tiempos, del destacado tratamiento erótico que es objeto Analía Gadé, que en el año 71 con las restricciones habidas para estas cosas podemos definir su actuación como sencilla pero efectiva y muy meritoria. En definitiva una película con secuencias interesantes, agradable y recomendable aún a riesgo que pueda parecer una tontería para muchos y que seguro que no se equivocan.