40 grados a la sombra
Sinopsis de la película
Con el verano llega el calor y algo por lo que rezan los humanos once meses al año: las vacaciones. Para Jacinto, aunque debe seguir fichando en la oficina, supone perder de vista a mujer e hijos e imaginar noches de desenfreno. Máximo ha escogido la montaña donde también confía poder conquistar a alguna extranjera despistada. Evaristo, finalmente, se dirige con toda la familia a la playa donde confirma su opinión de que, durante las vacaciones, se trabaja mucho más que el resto del año.
Detalles de la película
- Titulo Original: 40 grados a la sombra
- Año: 1967
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
4.3
35 valoraciones en total
Se trata de una coproducción hispano-argentina que ironiza sobre las costumbres sociales, de ocio y amatorias de los españoles en verano, de ahí la división de esta comedia coral en tres historias: el Rodríguez (José Luis López Vázquez), los veraneantes de montaña (Alfredo Landa, Julieta Serrano y Laly Soldevila), los veraneantes de playa (Gracita Morales y Antonio Ozores).
En mi opinión, la línea narrativa más interesante y conseguida es la de los veraneantes de la playa: al matrimonio formado por Gracita Morales y a Antonio Ozores le pasa de todo, pues se quedan sin habitación de hotel, no saben dónde comer, necesitan una especie de saco para cambiarse en la playa, no pueden dormir por la noche por el ruido que hay en la calle…Son retratados como unos pardillos, y en eso, y en sus desventuras, estos personajes son un anticipo de los protagonistas de una posterior obra de Ozores, Los bingueros (1979).
Como la previa película de Ozores Chica para todo (1963), es una comedia costumbrista en la que el guión trata de enlazar una situación cómica con la siguiente. La canción pop pegadiza y la fotografía en color son elementos que sirven para modernizar esta fórmula.
Como llevo años diciendo, este tipo de cine con el paso de los años se convirtió poco a poco en pequeños documentales grabados a tiempo real, que definen con un toque de humor como era nuestra España del pasado.
40 Grados a la sombra no puede faltar en la colección privada de los verdaderos amantes de este genero de cine bajo la dirección de Mariano Ozores con cerca de cien películas a sus espaldas.
Jose Luis Lopez Vazquez, Antonio Ozores y Alfredo Landa interpretan a la perfección la vida de tres tipos de veraneantes, extraordinario reparto, guion, localizaciones, con un comienzo brillante, con las voces de los tres protagonistas narrando los dibujos de Antonio Mingote con una introducción y música acertada, película rodada con toda la ilusión y los medios de la época, que sin lugar a dudas, merece un sobresaliente.
Ligerísima comedia del ínclito Ozores que con una brisilla de finales de Agosto la borra de la memoria.
Y es curioso que me acercara a este vodevil precisamente por recordar ese Madrid de hace más de 50 años donde podemos ver a gente subiéndose a un tren en marcha en la antigua estación del Norte o subiendo bultos a los autobuses ¿puede ser en la plaza de la Cebada?, modernas carreteras, un bonito Audi descapotable y otra variedad de Gordini, Simca, Morris alternativas al irreductible seiscientos, porteros de finca uniformados, calles amplias posiblemente la ampliación de Castellana con sus modernas edificaciones, la grúa que empezaba a operar en un tráfico paradisíaco comparado con el actual y poco más.
40 Grados a la sombra es un cuadro costumbrista de la bonanza económica de los sesenta que permitía a los trabajadores contemplar irse de veraneo y en su lado más oscuro el rol bien definido de la mujer: sumisa y ama de casa frente a la extranjera libre de ataduras.
El reparto es el clásico de aquellos años con el típico Landa, un histriónico López Vazquez y dos destacables actrices que se meten con gran solvencia en su papel: Erica Wallner y Julieta Serrano. ¿Algo más?: la entrada con los dibujos de Mingote.
A estas horas de la madrugada de un desapacible día de noviembre viendo esta película me produce una nostalgia descorazonadora, no sé si por ver aquel Madrid que llamaba al futuro o porque faltan ocho meses para la llegada del verano.
La película es divertida , quizás con estos actorazos y de la mano del genial Mariano Ozores pudiera esperarse algo más pero consigue su objetivo de entretener y hacernos esbozar alguna sonrisa . Son tres tramas entrelazadas sobre las vacaciones del verano .La más aburrida es la de Ozores y Gracita alguna gracieta pero es casi prescindible, la de López Vázquez que se hace pasar por gay para poder ligar al más puro estilo del vecino del quinto , si es que cualquier cosa es válida para tan noble fin . Al final en cuestión de cuernos nada es lo que parece pero habéis de ver la película , y la más graciosa es la de Alfredo Landa y sus intentos por ligar con una rubia despampanante que toma el sol justo al lado de su chalet de vacaciones . Pero hay un pequeño problema y es que Landa viaja con mujer y su hermana , son los diálogos mas graciosos de la película los que mantiene con Alfredo . y es que la vida de Rodriguez es muy dura , por cierto término que casi ya ha caído en desuso pero no los hábitos por suerte . El pobre Landa se las ingenia hace lo que puede le pasa de todo y casi nada bueno , en fin la peli está divertida que no es poco y al final las aguas vuelven a su cauce en septiembre .
Muestra varias familias, sus circunstancias y las vacaciones que se perfilan para el verano.
No está mal, te entretiene, puedes ver el Madrid de los años 60, sus coches, etc.
Yo, sin embargo, me harté de la música de la película: 40 grados a la sombra… , es que es insufrible. También vas a ver al Antonio Ozores que siempre hace lo mismo, esta vez de calzonazos de Laly Soldevilla, el mujeriego López Vázquez y un Landa que no está mal.
Poco más se puede decir de una película que pone de manifiesto los tópicos de los veraneantes de esa época.