Zafarrancho en el casino
Sinopsis de la película
Un teniente de la Marina, que forma parte de la tripulación de un barco estadounidense anclado frente a Venecia, proyecta hacer saltar la banca del casino de la ciudad, sirviéndose del ordenador del barco.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Honeymoon Machine
- Año: 1961
- Duración: 91
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Opinión de la crítica
Película
6
92 valoraciones en total
Prototipo de comedia sofisticada años 60. Marinos americanos guapísimos (steve mcqueen), chicas elegantes y guapísimas (Brigid Bazlen y Paula Prentiss), secundarios impresionantes (Jack Weston, Dean Jagger), todos ellos en Venecia, con un hotel que bien pudiera ser el Gritti o similar.
Situaciones disparatadas,diálogos chispeantes, y recorridos en góndola por el Gran Canal. Parte de la acción discurre el el Casino, y el protagonismo se centra en una computadora de la marina americana.
No es una gran película, pero se ve con agrado y te deja con buenas sensaciones.
Zafarrrancho en el casino me parece una comedia decepcionante, porque, pese al buen reparto que trabaja en ella, da la sensación de haber visto nada más que una correcta versión cinematográfica de la obra de teatro en la que se basa el argumento. Thorpe, un destajista de la MGM, que rodaba con rapidez y no solía salirse del presupuesto de producción, dirigió con su habitual falta de personalidad una historia en la que sólo vale la pena recordar la parodia de Nikita Kruschev, y la presencia de la encantadora Paula Prentiss.
Es ésta una de esas películas que tan bien sientan un domingo por la tarde. Tranquila, fluida, agradable, risueña y sobretodo comedida, Zafarrancho en el casino es un cuento corto que se empieza en un plis plas y se termina en un santiamén. A los 8 minutos ya queda claro el argumento del filme, al teniente McQueen apenas le supone 5 segundos convencer a sus cómplices de su disparatado plan para forrarse a costa del casino de Venecia, aprovechando el superordenador que lleva a bordo la marina americana.
McQueen necesita muy poco para sacar a relucir su carisma, y aunque aquí no se coma la pantalla como otras veces -me viene a la cabeza la genial El rey del juego – le basta y le sobra. Brigid Bazlen está simplemente correcta, mientras que Paula Prentiss tiene un papel demasiado caricaturizado como para juzgarla. También es verdad que hablar de papeles planos en esta comedia tan blanca es un poco absurdo… Los actores no interpretan un personaje, antes bien una marioneta. Pero lo hacen con gracia y la verdad es que contagian buen humor.
Lo mejor que se puede decir de esta película es que pasa bien y resulta amable, incluso divertida a veces. No es una joya de la comedia, pero tiene un toque clásico que le da distinción y, siento repetirme, fluye suavemente como un cucurucho de crema dulce durante sus 90 minutos mal contados, por lo que se hace difícil criticar sus defectos -por ejemplo, un exceso de infantilismo en algunas escenas-.
Recomendable si os apetece un poco de clásico algodón dulce para pasar el rato.
Si, Por que ese es su titulo original. Buena incursión del carismático Mc Queen en el género de la comedia, que tan en boga se mantuvo en la década de los sesenta. En esta cinta se nos cuenta, en clave disparatada y carente de otro fin que no sea hacer pasar un rato agradable e incluso llegar a la carcajada en alguna secuencia, el magistral plan de un teniente de la Marina norteamericana, que gracias a su labia, arrastra consigo a un alférez y a un ingeniero civil, con el objetivo de desplumar al Casino de Venecia, con la ayuda de una compleja máquina, a bordo del navío, que hace cálculos telemétricos desopilantes, por absurdos.
A partir de aquí, escenas de vodevil, con numerosos equívocos, y con un excelente elenco de actores, donde realzan las bellezas Brigid Bazlen, como la hija del almirante, y Paula Prentiss, la hija de un millonario industrial de perritos calientes. Impagable la actuación de Jack Weston, en el papel de un marinero experto en señales borrachín, y que es clave en el desenlace del enredo. Por cierto que este actor, coincidió con McQueen, en otros dos trabajos posteriores, El rey del juego y El caso Thomas Crown. En resumen, comedia de enredo, sin mayores pretensiones que te harán pasar una hora y media sin preocupaciones.
Una película que no aporta demasiado, pero que nos deja un bocado del Steve McQueen más simpático. La historia es curiosa, amena y sencilla. Una gran cinta para disfrutar durante una soleada mañana de domingo, sentado cómodamente en su sillón preferido. Imprescindible: risa fácil y condescendiente.