Yo soy sola
Sinopsis de la película
La trama gira en base a cuatro momentos en la vida de las cuatro mujeres que protagonizan el film: Vera (Maria Eugenia Tobal) periodista en ascenso pero disconforme con la vida, intenta ser la mejor sin saber en que, Lina (Olivia Molina) entre sahumerios y santos busca al amor de su vida dentro de un personaje televisivo (Mike Amigorena), Mara Bestelli, se insemina artificialmente sin decirle nada a su pareja que vive en el exterior, e Inés (Mariana Moro Anghileri) cuya única meta en la vida es casarse sin importar el porque de esta decisión.
Detalles de la película
- Titulo Original: Yo soy sola
- Año: 2008
- Duración: 97
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Opinión de la crítica
5.2
63 valoraciones en total
En una actitud básicamente satírica, la joven directora argentina Tatiana Mereñuk indaga con una aguda mirada de género, la vida de cuatro mujeres al borde de los treinta, que además son amigas entre sí, con acercamientos emocionales pero también con abismales diferencias intelectuales.
¿Habrá algo nuevo bajo el sol?, podría preguntarse quien observe a estas chicas almodovarianas un poco listas y un poquitín bobas , que van por la vida al borde de un ataque de nervios. Cuatro amigas que quieren ser felices, aunque no saben bien cómo. A pesar de los discursos feministas y de las intenciones de romper los moldes del ama de casa convencional, entre logros profesionales, hacendosas tareas domésticas, inseminaciones artificiales, amores idealizados que no son lo que parecen, casamientos y adoctrinamientos feministas, lo que parece impulsar siempre a estas mujeres es el horror a la soledad.
Lo único claro en estas chicas que van al borde de un ataque de nervios es que están firmemente decididas a luchar para encontrar la salida de su laberinto personal. Más allá de las decepciones y frustraciones sentimentales, todas ellas siguen privilegiando la pareja o la maternidad, y ante la ausencia de modelos a seguir, no vacilan en reconstruirlos si fuera necesario para alcanzar su objeto de deseo que, en lo esencial, no es muy diferente de quienes las precedieron.
Las historias parecen ir para un lado y de pronto desconciertan, porque nadie tiene muy claro a dónde hay que llegar. Y esto no debería verse como un defecto sino como una mirada superadora de esquemas de uno u otro lado, sostenida por el desplazamiento de una cámara intimista y espontánea, además de una estética muy cuidada y agradable que realza cada escena, para trascender el simple costumbrismo, creando una risueña complicidad con el espectador.