Y Dios dijo a Caín
Sinopsis de la película
El teniente Hamilton, del ejército nordista, queda en libertad después de cumplir diez años de trabajos forzados, acusado injustamente por Acombar, quien se apoderó no sólo de sus bienes, sino también de su prometida. Ahora regresa para vengarse. Coincidiendo en la diligencia con el hijo de Acombar, le envía el recado de su inminente llegada. Hamilton espera que caiga la noche y llegue un tornado para llevar a cabo su venganza. Acombar, enterado de sus planes, ordena a sus hombres perseguir y eliminar a Hamilton.
Detalles de la película
- Titulo Original: E Dio disse a Caino
- Año: 1970
- Duración: 109
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Opinión de la crítica
Película
5.9
28 valoraciones en total
De vez en cuando, muy de vez en cuando, Antonio Margheriti se dejaba de cochambres y rodaba alguna película que recordara a sus añoradas Danza macabra y Los largos cabellos de la muerte. Y Dios dijo a Caín es un spaghetti western inusual, cuyo guión copia el de Los pistoleros de Paso Bravo, pero es el trabajo de Margueriti lo que convierte la cinta en algo muy diferente. La historia huele, de tan manoseada: un hombre cumple prisión durante diez años, injustamente, faltaría más, y regresa para vengarse del hombre que le robó sus propiedades y su mujer. Ya está. A partir de ahí, el realizador opta por convertir la narración en una historia gótica, con elementos casi sobrenaturales. Lo que sucede la noche de autos, mientras el vengador va eliminando a todos los esbirros del villano, hay que verlo y no contarlo. Pese a los factores en contra (fotografía nefasta de tan oscura, música barata de Carlo Savina, que habría servido para cualquier thriller o terror gótico, intérpretes de segunda), el horror se va apoderando de la función, sobre todo cuando las fuerzas de la naturaleza se desatan y el rancho se convierte en el castillo de la bruja. Hay ritmo, tensión, escalofríos varios, y la mirada glacial de Klaus Kinski, aquí sí, muy metido en su papel, que se merienda a todo el reparto en general. Es una rara avis, muy recomendable no sólo para los fans del western, sino también del terror. Lástima de guión.
Y ya puestos, otro zasca a 8tv. Ahora que echan dos westerns todas las tardes, de lunes a viernes, y les estamos agradecidos, ¿a quién se le ocurrió proyectar la copia doblada al mexicano de esta película? ¿Ustedes saben el esfuerzo que debí hacer para concentrarme? Porque ese horrendo doblaje lo jodía todo, con perdón. Que no vuelva a suceder.
Gary (Klaus Kinski) está pagando por un crimen que no cometió. Pero aprovechando una ley que permite un indulto a los veteranos de la guerra civil obtiene la libertad y no tardará en ir a buscar venganza de quienes lo traicionaron e hicieron meterle entre rejas.
Con un guion de lo más típico, su originalidad radica en que no adopta las formas del western clásico, sino las de una película de terror. El protagonista es como un espectro que vuelve del más allá durante una noche acompañada por una tormenta de arena y polvo.
El director llena el filme de efectos de suspense, tiempos de espera y desplazamientos en la oscuridad, además de apoyarse con abundantes primeros planos que denotan inquietud y angustia, a la vez que realzan la sensación de pánico.
Los elementos clásicos de los decorados del género están sabiamente subvertidos. Por ejemplo, la iglesia del pueblo se convierte en escenario maléfico. Si a ello sumamos referencias bíblicas (la tentación de la serpiente en la primera escena, o el propio título de la película), el resultado es uno de los spaghetti westerns más raros de la historia del género.