Wimbledon: El amor está en juego
Sinopsis de la película
Peter (Paul Bettany), un tenista que ocupa un lugar muy bajo en el ranking internacional, decide participar en el torneo de Wimbledon, aunque sus posibilidades de éxito son prácticamente nulas. Durante el torneo, conoce a la tenista americana Lizzie (Kirsten Dunst) y se enamora de ella. Entonces, su afán de superación unido a su destreza y a una racha de buena suerte lo catapultan de una ronda a la siguiente, teniendo al alcance de su mano el viejo sueño de ganar uno de los títulos del Gran Slam.
Detalles de la película
- Titulo Original: Wimbledon aka
- Año: 2004
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
Película
5.2
24 valoraciones en total
Parece que coincido con la opinión general: es agradable, es dinámica, es alegre, pero también superficial, previsible y tonta. Como bien decía un usuario de esos perspicaces, la mayor parte de las posibilidades de la película pasaban por la crítica de la prensa sensacionalista, y el guión no ha sabido o no ha querido profundizar en la llaga con punzadas más ácidas que las que se lanzan. Otro filón aprovechable podría haber sido la personalidad de esa tenista sometida al control estricto de un padre exigente y temeroso de su inmadurez, pero Kirsten Dunst se ocupa ella solita de desaprovecharlo aportándole unos exagerados matices infantiles y alocados, incluso difíciles de encajar con un personaje más maduro, el de Bettany, quien cumple con soltura.
No pasa de comedia romántica ligera y edulcorada.
PD: Que Tsongas una feliz Nalbandian y que no Gasquet demasiado dinero. Te deseo un Feliciano 2012. Murray Christmas 😀
Un tenista inglés aspira a ganar el torneo de Wimbledon. Conoce a una notable tenista que se enamora de él. Ese es, francamente todo el argumento. No hay más secreto, todo pasa por el suspenso previo a la concreción del match final, que ciertamente es un desafío con pocas posiblidades de éxito. Lo demás son simpáticas vicisitudes de la relación sentimental, sin mayor desarrollo argumental, la popularidad que gana el romance cuando se hace público, la amistad del protagonista con un buen tenista alemán…Pese a la poca complejidad del guión, la película deja una sensación agradable, el suspenso es manejado correctamente, el protagonista resulta una figura simpática, lo mismo que su pareja. Por todos estos elementos, concluyo opinando que es una película para distraerse principalmente y que tiene su interés.
Me habían hablado bien de ella y me apetecía ver una peli romanticona en una tarde lluviosa como la de hoy. Y eso es lo q es, entretenida, no se hace para nada pesada, con ciertos toques graciosos (como el hermano del protagonista), romántica… pero bastante predecible. No es para nada una historia original o nueva, pero sí es una historia bonita que te hace pasar un rato agradable.
Inverosímil comedia dentro del ámbito del tenis profesional, en la que un tenista veterano, a punto de retirarse, tiene la oportunidad de su vida: ganar Wimbledon. En lo profesional recuerda lo ocurrido con Goran Ivanisevic, tenista croata que ganó Wimbledon en su última temporada, torneo al que asistió mediante invitación ya que no logró clasificarse por sus propios medios. Pero ése es el único nexo que encontraremos con el mundo real, ya que el film derrocha irrealidad, con una infumable e imposible historia de amor entre Bettany y Dunst en la que él cumple sin alardes y ella realiza una mediocre interpretación. Aunque peor aún es la parte tenística, donde ella trata de hacer de McEnroe femenino pero sin perder un ápice de su agradable rostro y Bettany gana puntos insalvables una y otra vez contra tenistas que le superan en todo. Como colofón tenemos uno de los mayores happy end de la historia del cine. La he puntuado con un 3 y no con un 1 únicamente porque es agradable de ver, pero cualquiera que sea medianamente aficionado al tenis se sentirá ofendido con esta propuesta de Richard Loncraine.
Porque Wimbeldon va a lo que va, por mucho que algunos se empeñen en desvelar sus fallos en el ámbito tenístico (y no sé a que viene el detalle de las gradas cuando, en ocasiones, a los tenistas se les van las raquetas de las manos como si ni siquiera fuesen profesionales y otros errores que ni comentaré, porque a la cinta ni le viene ni le va, eso sólamente es un contexto), es decir, a componer una historia romántica que resulta directa y rotunda, ni preámbulos amorosos, ni romances desatinados, todo sucede con rapidez evitando así que el espectador se pueda dormir ante tanta miel.
Además de ello, Wimbeldon es una comedia romántica que, pese a sus tópicos (sobretodo cuando llegamos al tramo final, y en especial con esas descacharrantes declaraciones ante los medios) y esos ocasionales tequemanejes con la cámara, funciona como lo que es, un divertido entretenimiento que habla sobre segundas oportunidades, el triunfo de la voluntad sobre la fuerza y la reconciliación, vale, que lo hace tímidamente, pero ahí queda la cosa.
Tampoco se esconde en el momento de criticar (tímidamente también, claro) la hipocresía de los medios de comunicación o la mediocridad de la figura que normalmente aborda el representante, logrando así que, aunque no resulte diferente, por lo menos se pase un rato ameno y agradable.
La pareja formada por Bettany/Dunst conecta rápidamente y hace al público partícipe de su historia sin que esta resulte inverosímil, así como también logran unas interpretaciones amoldadas a las pretensiones del producto final.
Y si para colmo, un americano pijo y chulito cae ante un europeo, mejor que mejor…