Wiener-Dog
Sinopsis de la película
Un perro salchicha es acogido por una técnica veterinaria llamada Dawn Wiener (Greta Gerwig). El adorable perro también se encuentra con un niño, un profesor de cine, y una abuela y una nieta con problemas.
Detalles de la película
- Titulo Original: Wiener-Dog
- Año: 2016
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
6
84 valoraciones en total
Todd Solondz dice que sus películas no suelen ser comprendidas en el sentido que él quiere. Todo en Wiener-Dog es crítico, mordaz, inteligente y sarcástico. Una cinta visceral que muerde directamente a la sociedad occidental a través de un hilo conductor en forma de perro-salchicha como símbolo de la superficialidad del ser humano. Crítica a la vanidad, al estereotipo de familia, al arte contemporáneo, a las ganadores pero también a los perdedores. Solondz se mete con absolutamente todo el mundo con sutileza, pero sobre todo, con inteligencia. Quien no la comprenda debería salir como protagonista en esta película.
Conociendo los antecedentes de Solondz, sabemos de sobra, incluso antes que empiece, que Wiener-dog va a ser un caramelo envenenado. Sabemos que debajo de esos colores, de esa escena de apertura que parodia Boyhood y debajo también de la inocencia del perrito y el niño protagonista, algo trama el director. Y efectivamente. Wiener-dog se convierte en una película de episodios en las que el pobre perrito va desfilando de hogar en hogar debido a diversas desdichas. Cuatro hogares, cuatro historias. Las dos primeras son excelentes, pero tras el hilarante intermedio, la película se desinfla hasta rozar el suspenso.
El primer acto incide de una manera tan directa en los prejuicios de la burguesía, que pese a ciertas escenas escatológicas, creemos por un momento que Solondz ha refinado su mal gusto hasta tal punto que perfectamente podría sustituír la inactividad tras la cámara del maestro John Waters. Este segmento con Julie Delpy como madre que adoctrina a su hijo en los beneficios de la eugenesia es fantástico, remitiéndonos directamente a Pecker o Los asesinatos de mamá, del mencionado director.
También es una sorpresa el segundo capítulo, donde Greta Gerwig sustituye a Heather Matarazzo adoptando el papel de Dawn de Bienvenidos a la casa de muñecas. Cuando imaginamos que el relato nos lleva a un cruel desenlace, el director nos sorprende para brindarnos una de las historias más tiernas de su filmografia, una faceta poco explotada por su parte. No solo eso, sino que además el intermedio viene amenizado por el perro salchicha desfilando delante de decorados delirantes capaces de arrancar carcajadas.
Pero justo después, todo va cuesta abajo. Un homenaje al sufrimiento de sus colegas guionistas un tanto aburrido, poco digno del escàndalo que atribuimos a Solondz. Con un magnifico Danny Devito en un relato ameno y simpático, pero sin alma. Y no es lo peor, el ùltimo episodio, con la maravillosa Ellen Barkin, es directamente plomizo e incompresible, un sketch demasiado largo y fallido.
Mencion especial a un final ridículo. El problema no es que un artista se exceda y falle, sino que el ridículo se deba a quedarse corto.
Estoy al tanto que este desenlace le ha valido al director unos cuantos abucheos, insultos e incluso amenazas en Sundance. Parece que Solondz ha querido ponerse al mismo nivel de un pùblico irascible con la primera tontería que se le haya ocurrido y que además, ha colado, lo que es bastante frustrante. Sobre todo teniendo en cuenta que hablamos de la misma mente que ideó en Happiness una escena de un niño celoso de la víctima sexual de su padre pederasta. El nivel de brutalidad al que nos tenía acostumbrados Solondz hace que al bajarse el telón de Wiener-dog, nos quedemos con una ceja arqueada, esperando que todo haya sido una broma. Pero no. No lo es. Remata su obra con una de las escenas más innecesarias de los últimos años.
Film del pero que muy peculiar, siempre personal y que no suele dejar indiferente a nadie, Todd Solondz, que se ha podido ver en el reciente Festival de Cine Internacional de Donostia 2016, en la sección Zabaltegi Tabakalera.
Se trata de una película muy interesante, que mezcla el drama con el humor inteligente, retratando las vidas dolorosas, tristes, solitarias, de unas personas que van acogiendo paulatinamente a un perro salchicha que tendrá o no importancia en ellas.
Es una película muy entretenida, nada pedante, con diálogos brillantes, y con, eso sí, algo de irregularidad en las historias que se narran (soberbias la primera y la de Danny de Vito), pero siempre amenas y con intérpretes que hacen una excelente labor.
Aunque es un dramón en el fondo, ya que no hay prácticamente nada divertido de por sí en las historias que vamos viendo, Solondz logra sacarnos la sonrisa en un buen número de ocasiones, cuando no la carcajada, como en el diálogo entre el chico que desea ser director de cine con sus posibles mentores. Cuando le hacen la pregunta del millón, ¿cuántas películas ha visto Ud en la última semana y cuál es la que más le ha gustado? La respuesta y seguidas preguntas que le realizan causan hilaridad y también vergüenza ajena, reflejando perfectamente la verdad sobre el conocimiento que tienen los jóvenes del Séptimo Arte.
Para mi gusto, una excelente cinta, que deja un buen sabor de boca pese a que, repito, no destila felicidad precisamente, siendo poco complaciente con el espectador y molestándole a veces con escenas no del todo agradables pero el guión a cargo del propio realizador logra transmitirnos sensaciones que no nos viene mal recordar. Y las canciones y música, preciosas.
Recomendable.
http://filmsencajatonta.blogspot.com.es/2016/10/wiener-dog-usa-2016-vida-normal-drama.html
Desde el instante en que Wiener-Dog parodia la icónica imagen del niño tumbado en la hierba de la sobrevalorada Boyhood de Linklater, podemos anticipar las intenciones del ingenioso Todd Solondz. A continuación, empieza el típico desfile de personajes patéticos tan propios del cine de este director, en esta ocasión encabezados por una Julie Delpy decadente y culona, un padre de familia con pinta de imbécil integral, y su hijo pusilánime, que se está recuperando de una grave enfermedad. El sueño americano hecho realidad… los aleccionamientos morales que usa Delpy para someter la voluntad de su hijo no tienen desperdicio.
A partir de este planteamiento, el wiener-dog, o perro salchicha, sirve de pretexto o de nexo para contar las distintas historias protagonizadas por una galería de personajes peculiares, por los que podemos llegar a sentir simpatía, compasión, enemistad o desprecio, pero nunca indiferencia. Porque Solondz consigue transmitir, siempre con mala leche e ironía, el desencanto hacia una sociedad que se auto-flagela con sus acciones cargadas de intolerancia, hipocresía y egoísmo.
Greta Gerwig + Wiener Dog —una adorable perra salchicha— podrían parecer la receta perfecta para el sueño mojado indie de este año. Nada más lejos de la realidad. Algunos espectadores la han tildado de deprimente, disfuncional y repugnante.
Se ve que no conocían a un veterano como Solondz, ni estaban preparados para ver auténtico cine independiente, fuera de los cánones amistosos de Sundance —pese a que el festival la avalase—. Tampoco entendieron la ironía del personaje interpretado por Julie Delpy cuando afirma categóricamente que: Nosotros los humanos somos los mejores amigos del perro, mientras se dirige a la clínica veterinaria con la intención de esterilizar a su mascota.
La película arremete contra la educación familiar, las escuelas de cine, Woody Allen, la descendencia controlada (o no), las confidencias chica a chica… aun cuando la protagonista indiscutible del último film de Todd Solondz es Wiener Dog: una perra salchicha de ojos tristones y estómago delicado, que nadie sabe cómo ni por qué recorre su propia odisea a través de las tragicómicas historias de los diversos y variopintos personajes que la adoptan.
Estos representan cada una de las etapas de la vida, encarnados por rostros y parejas tan significativas como Julie Delpy y Keaton Nigel Cooke (la infancia), Greta Gerwig y Kieran Culkin (la juventud), Danny De Vito (la madurez) o Zosia Mamet y Ellen Burstyn (el ocaso). Con todos ellos, guarecidos en sus crisálidas invisibles, presenciamos cómo las certezas indiscutibles del hombre y de la mujer, se tambalean con poco que sean zarandeadas. Que la vergüenza, la justificación fabulada y el salvajismo son algunos de los adjetivos que Solondz atribuye a la sociedad que mejor conoce. Su cuadro —tan acertado como políticamente incorrecto— muestra las diferentes etapas generacionales a las que nos vemos sometidos por el paso del tiempo y no en balde nos presenta en uno de sus primeros fotogramas al pequeño Remi tumbado en la hierba y absorto en sus propios delirios, imagen paródica de Boyhood (Richard Linklater, 2014).
Nuestra perra salchicha parece un hot dog: es débil, ha sido sometida y, como todos los personajes de este film, carece de voluntad. Pero es una superviviente, un hilo conductor emocional y reflexivo de nuestra sociedad, es vida, con todas sus contradicciones, y es arte.
— ¿Cuándo crees que podemos dejar a perra salchicha fuera de su jaula?
— Cuando ella está domesticada.
— ¿Por qué la gente dice domesticado?
— Porque…Remi, tienes que romper a un perro, quebrar su voluntad, para que se someta a tu voluntad. Es un tipo de civilización. Para que los perros actúen como seres humanos.
— ¿Quieres decir que así van al baño afuera, en lugar de adentro?
— Exactamente. Pero solo cuando se rompe una voluntad.
—¿Qué es una voluntad?
Más en: http://eltornillodeklaus.com/2016/09/13/wiener-dog-todd-solondz-perros-sometidos-y-sin-voluntad-peliculas/