Voces inocentes
Sinopsis de la película
En un pueblo de la periferia de San Salvador, vive Chava (Carlos Padilla), un niño de 11 años, que se encuentra atrapado entre el ejército y la guerrilla salvadoreña. Cuando su padre abandona a la familia, en plena guerra civil, Chava pasa a ser el hombre de la casa . En esta época, el gobierno de El Salvador reclutaba niños de doce años. Así que a Chava sólo le queda un año de escuela antes de ser movilizado.
Detalles de la película
- Titulo Original: Voces inocentes
- Año: 2004
- Duración: 120
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Opinión de la crítica
Película
7.3
23 valoraciones en total
Normalmente, cuando una película me impacta, suelo leerme en esta página los extractos de críticas que hay bajo la sinopsis. Aquellas de la gente profesional.
Palabra de honor de que no tengo la intención de construir la mía tirando por el camino fácil, que sería poner en la palestra demagógicamente a José Manuel Cuéllar, del diario ABC. Sólo quiero apuntar, por la sensiblería que tengo en estos momentos, que me sorprende que alguien sea capaz de usar para Voces inocentes una línea tan despiadada como -Melodrama bobalicón y llorica- si tenemos en cuenta que lo visto es un pedacito de infancia de alguien real, de una criatura de once años que sufrió en sus propias carnes aquellos días tormentosos.
La vida en Cuscatancingo se muestra cruel, injusta, sanguinaria e inhumana. De ese modo ocurrió y así nos lo cuenta Mandoki.
El muchacho que hace de Chava (al igual que el resto de los chicos), con su trabajo deja en pañales a cualquier estrella que se pasea hoy día por Hollywood. Ellos no cuentan ni con las tablas, ni con teatro previo, ni con el creído subido a la cabeza. Y aun así, me repito y vuelvo a decir que más quisieran los que adornan carpetas de colegialas hacer una interpretación como la de los chicos. Y es que te los ves con las manos en la nuca y una pistola apuntándoles la cabeza y se te hiela la sangre, no por la escena en sí, que se basta ella sola para llegar, sino por la expresión en sus rostros. Viéndolos, parece mentira que esos semblantes son únicamente actos interpretativos.
Me gustaría ver la cara de un superviviente de aquel entonces, al leer que alguien define a Voces inocentes como bobalicón y llorica. Y que lo dice un ser que probablemente ha llorado muchas veces en su vida sin saber que es tener un arma encañonando su cabeza.
Voces Inocentes se estreno en mi país a finales del 2004, convirtiéndose de manera absurda en una película intocable.
Me explico: No había una persona que se atreviera a catalogar esta película negativamente, escuchaba comentarios que la veían como una obra maestra incomprendida, hablaban de la valiente labor de denuncia de su guionista el Oscar Torres, incluso un presentador comento que no entendía como filmes como Million Dollar Baby o The Aviator habían sido considerados por la Academia dejando de lado a esta obra maestra .
Y es que comentar que Voces Inocentes era una película manipuladora, sobrevalorada y hasta cierto punto irreal te convertía en un insensible ante el sufrimiento de los niños que injustamente fueron llevados a combatir en mi país.
Voces Inocentes nos narra la historia de Chava, un niño de 11 años que vive dentro del conflicto armado en El Salvador, no puede negar que Torres y Mandoki tenían material para crear una película cruda y excelente, un film valiente y de protesta, pero todo se ha quedado en buenas intenciones.
Voy a sonar sádico pero si esta película quería demostrar los hechos de un difícil conflicto, tenia que convertirse en un film violento así como al nivel mostrado en Cidade de Deus de Meirelles, pero tal vez Torres no ha querido revivir estos episodios, la gente que vivio esta guerra comenta que la crudeza del film es baja, podría llamarse infantil e incluso creo que si se hubiera contado la historia verdadera estarías ante una película demoledora y no ante un drama sentimental.
La ambientación y el cuido de detalles es pobre, por ejemplo en el pueblo que habita Chava se encuentra un anuncio publicitario de un producto exclusivamente mexicano (de hecho en los pueblos pequeños nunca colocan este tipo de anuncios), otra muestra las placas de los vehículos, año 2000 y algunas extranjeras, pero sobre todo incompresible el hecho de que todos los actores no solo sean mexicanos sino que no utilizan acento salvadoreño.
Las interpretaciones son en su mayoría malas, todos los niños actores están pésimas incluso su protagonista, Leoner Varela brinda la interpretación más decente y el resto del reparto pasa sin pena si gloria.
Su punto fuerte es ser en cierta forma un film de denuncia, mal llevado sin lugar a dudas y en eso explico la supuestamente neutralidad del film, Mandoki se empeña en mostrar a la Guardia (soldados) como unos nazis sin alma, puede ser así, pero la guerrilla era igual de violenta, por lo tanto el film no puede pretender mostrarnos buenos y malos, porque en una guerra donde su buscan ideales inexistentes esto no existe.
Esto de las críticas debe de tener bastante de cómo se le estructure el cerebro a uno. Las mías tienen en cuenta fundamentalmente las emociones que en él producen imágenes, sonidos, historia… Voces Inocentes golpea mis emociones con plena contundencia. Me resulta una cinta indispensable, en absoluto de lágrima fácil para un eterno enemigo de culebrones televisivos. La interpretación del niño es fabulosa y contenida, en una película que rebosa una crueldad de lo menos Tarantiniana.
Mandoki nos regala una buena pieza, y nos tortura con un realismo escalofriante. En mi humilde opinión, es lo mejor que se ha hecho a propósito de la carnicería ocurrida en El Salvador durante esa horrorosa década del ochenta, llena de sangre y terror. La intensidad de la trama, la dinámica narración y el brillante manejo del primer plano reclaman el aplauso para el buen Mandoki.
Aunque el crítico del ABC le llame bobalicón y llorica , me parece que se trata de uno de los melodramas más difíciles de hacer, que sólo por exponer lo que expone ya merece admiración y sobrecogimiento. Las películas de Mandoki no me gustan mucho, más bien nada, y aquí cojea por bastantes lados, pero trae entre manos un tema que nadie se atreve a tocar, por lo difícil por lo espinoso y lo comprometido ideológicamente: el espantoso drama de los niños soldados reclutados a la fuerza no más cumplen 12 años en la guerra de El Salvador (1980-1992) y en muchos otros lugares ahora mismo.
Hay que ser muy valiente y estar muy bien pertrechado por productores igualmente corajudos e imaginativos para llevar adelante un guión tan complejo y en unas condiciones geográficas y climáticas tan difíciles, y encima con niños.
Sólo por aproximarnos a este asunto político de tanta envergadura, nosotros urbanitas miradores de películas vale la pena y se merece el mejor de los reinos posibles. Ya sé que con buenas intenciones no se hacen obras de arte, pero a veces son capaces de enamorarse las unas con las otras y general criaturas extrañas, que rompen los esquemas, que, simplemente, están ahí para que hagamos el esfuerzo de reflexionar y de mirar más allá de nuestros ombligos… en nuestro mundo feliz.