The Navigator: Una odisea en el tiempo
Sinopsis de la película
Para salvar a un poblado medieval de la peste negra, un niño visionario encabeza, junto a cinco hombres, un viaje ingenuo y fantástico a través del centro de la Tierra hasta llegar, desde la Inglaterra del siglo XIV donde se encuentran, a la Nueva Zelanda del siglo XX.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Navigator: A Medieval Odyssey aka
- Año: 1988
- Duración: 91
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes descargar una copia de esta película en formato 4K y HD. A continuación te añadimos un listado de fuentes de descarga directa activas:
Opinión de la crítica
Película
6.2
50 valoraciones en total
Madre mía, que barbaridad. Si ya resulta sorprendente que los neozelandeses hagan algo que se salga de la cría de kiwis, no menos extraño es que su producción fílmica sea inversamente proporcional en cantidad, escasa, a su calidad, notable, mas allá de las obviedades del orondo Peter Jackson.
Aquí nos hayamos con una película altamente estimable en cuanto a desarrollo de la brillante premisa (que mezcla viajes en el tiempo que igual nunca fueron tal cosa con el drama que supone la muerte, los anacronismos y sus vistosos efectos cómicos de cara al splastick y una constante referencia a lo onirico como anticipatorio y/o condicionante de las acciones que están por ser realizadas que haría que Carl Jung pusiese su video a grabar cuando la peli fuese emitida por la tele suiza), pero resaltare otros aspectos para no destrozarle la trama a ningún ser susceptible de esos que llaman a su mascota OJO SPOILER. Entre dichos aspectos, la impresionante fuerza visual, que consigue unos cuantos planos de belleza pareja a enormidades como La Noche Del Cazador, planos cargados de simbolismo no reñido con la belleza o el homenaje, con Bergman o la citada peli de Laughton como referentes inequívocos: el contraste luz de la Iglesia con la oscuridad de la ciudad que la circunda (con sus múltiples lecturas teológicas) en un plano general, el bote contrapicado con el caballo blanco, el submarino enfrentado a dicho bote poco después, el muchacho alzado a la Iglesia con el crepúsculo de fondo, cada una de las escenas que muestran a los ingenios mecánicos del siglo XX como montruos a ojos de los hijos del medievo y, sobre todo, el último plano, con el ataud flotando como si se tratara del feretro de Bibi Andersson (no confundir con el famoso shemale español) en una peli de Bergman. Desde luego, dificil es encontrar tanta belleza en una película, y ya imposible que quede como suspendidad en el tiempo (otra vez La Noche Del Cazador), sin envejecer o quedar desfasada.
Ahora bien, la principal virtud creo que se encuentra en una de las cosas mas difíciles de encontrar en una película: un niño que actúe bien. El chaval de la peli, aparte de hacer las delicias de todo un Rafael Medina aka El Duque de Feria, es un titán que no se limita a hacer cuatro pucheros y decir insensateces con tono neutro o directamente retra, sino que hace creíble todo lo que anticipa en su mundo onírico en su afán por convencer a sus vecinos, ademas de comerse la pantalla, lograr que empaticemos con él y, por tanto, nos conmovamos al ver que decide conforme a su sueño y terminemos a punto de llorar cual futbolista al dejar las dronjas por prescripción médica tras ver como acaba todo. ¨Se ha morido el infante!¨, que diria Chiquito.
Algunos pasadizos temporales no hacen favores al pasado.
Aventura temporal en la que se mezcla la tecnología del ayer con la del hoy con la religión como pauta predominante en la vida y meta pasada. Pese a ser una gran aventura y un intento muy claro por concienciar al espectador del mal de la actualidad como son la perdida de valores morales y psicológicos con el trasfondo siempre presente del dinero aparte de la sobrexplotación ambiental, acústica y visual.
Vincent Ward no da la talla a la hora de dirigir esta película la cual se hace monótona y aburrida en la que pasas de un estado de exaltación por saber que ocurre a un estado catatónico por desear que se termine dicha agonía. La película en si podría haber dado para mucho más pero el director no le da sentido a la película introduciendo más bien poco al espectador en ella. Con más partes negativas que positivas críticamente hablando no roza ni el aprobado aún que aporta un aliciente al genero de aventuras tiene más bien poco de genero de ciencia-ficción aún que el diario el país dijese que era magnifica , su magnificencia no la veo por ningún lado, quizás es porqué casi en su totalidad fue rodada de noche.
La película se puede ver pero sinceramente me esperaba mucho más de The Navigator …
Mucho había oído sobre este film, así que tenía ciertas ganas de hincarle el diente.
Pero he terminado decepcionado. Pese a la interesante ambientación y la curiosa premisa de partida, el desarrollo es irregular -debido a un guión que hubiera necesitado poner a los protagonistas en más apuros- y la película se cierra de un modo que es tan decepcionante como triste.
Nota: ¿Soy el único al que este film le ha recordado a ciertos trabajos de Terry Gilliam?
Una sorpresa muy agradable espera a quién se atreva a descubrir está rareza y no es porque la película sea hermética (como podríamos calificar a Primer de Shane Carruth) sino porque, yo mismamente, ni siquiera conocía su existencia hasta hace poco.
Hay una interesante mezcla de conceptos en éste filme que van desde el Brazil de Gilliam, pasando por las escenas oníricas de Bergman y todo con un tono épico / onírico / lisérgico que al menos a mi parecer la hace muy atractiva.
Otro punto a favor es la ambientación medieval en la línea de Los señores del acero sucia, despiada, real,… la mezcla de emulsiones en color y en blanco y negro también la favorece… lamentablemente no todo suma en ésta película porque nos encontraríamos ante una obra maestra del género, hay un cierto bajón en la historia cuando nuestros protagonistas llegan a su destino al otro lado del mundo (el que la haya visto me entenderá).
En resumidas cuentas una película a revisar en algunos casos y a descubrir en otros, realmente merece la pena.
P.D.: Finales como éste deberían hacerse más a menudo… la lógica de la historia lo demandaba, menos mal que no estamos ante el típico producto hollywoodiense que hubiera estropeado éste hermoso final…
Aún hoy la más célebre película del esquivo neozelandes Vincent Ward, gran esperanza blanca del fantástico, progresivamente desaparecido. Una historia iniciático-aventurera situada en algún punto intermedio entre los universos, tanto estéticos, como temáticos, de Ingmar Bergman (muy explicito el tramo final, pero también presente en la amalgama entre el catolicismo primitivo y los rescoldos paganos, propia de la etapa medieval del sueco) y Terry Gilliam (lo mágico, la fantasía, como única fuga de una realidad atroz), sin despreciar algún chisporroteo que otro procedente de lado de Werner Herzog (el uso de la banda sonora o algunos planos dentro de las cuevas), pero conformando una propuesta personal y bien trabajada. Visualmente muy sugestiva (especialmente en la parte medieval en B/N) y repleta de simbolismo, no olvida ni el sentido del humor, ni la reflexión sobre la necesidad de la muerte para la creación del mito.