Vente a ligar al Oeste
Sinopsis de la película
Benito, un guardagujas ferroviario, oye un día un toque de corneta y ve cruzar un escuadrón de jinetes americanos. Temiendo una invasión, va a buscar ayuda, pero no es más que el rodaje de una película. La aparición de Benito en pleno rodaje coincide con una explosión de dinamita que lo hace volar por los aires. Así es como entra en contacto con el alucinante mundo del cine.
Detalles de la película
- Titulo Original: Vente a ligar al Oeste
- Año: 1972
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
3.8
89 valoraciones en total
En el rodaje de un western en Almería, en el momento en que los técnicos de efectos especiales van a provocar una explosión como refuerzo de la escena que estaban rodando, interrumpe de pronto un guardabarreras que vive con su madre en una pedanía cercana, resultando alcanzado de lleno por la explosión, a causa de la cual le vemos en la siguiente escena, en la cama cubierto de vendas y rodeado de los cineastas gringos, los cuales para ganarse el perdón por el accidente, le llevan a la star hollywoodiense Úrsula Malone (Mirta Miller), para que se haga una foto besándola , despidiéndose acto seguido, no sin antes dejarle una tarjetas con su nombre por si necesita algo.
Una vez recuperado, siente la necesidad de abandonar un trabajo que no cumplía sus expectativas vitales y equipado con una maleta ad hoc emprende viaje en busca del mundo del erotismo y oropel que supone le espera en el mundo del cine, utilizando para ello las tarjetas arriba mencionadas.
A partir de aquí tenemos al bueno de Benito haciendo migas con un avispado proveedor de talentos patrios a las abundantes coproducciones que se rodaban por la zona (José Sacristán), con un viejo actor dipsómano venido a menos (Antonio Ferrandis) y con un par de extras femeninas (Tina Sáinz y Josele Román), amén de la norteamericana de marras y metido en embrollos.
Aunque tiene algún que otro pasable gag, no llega a cuajar como lo hizo la anterior Vente a, también dirigida por Pedro Lazaga un año antes (Vente a Alemania, Pepe), ya que aquí el estudio sociológico no se ve por ninguna parte, limitándose a fiar todo su potencial a la vis cómica de los actores, que en este caso, salvo alguna cosa medio potable a cargo de Alfredo Landa y si estas ojo avizor y te fijas bien, el bajito y carpetovetónico elenco de figurantes (atención a los parroquianos apoyados en la barra del salón y sosteniendo la copa en la mano, mientras Alfredo Landa interrumpe de nuevo el rodaje).
Recomendable para muy fans de este tipo de cine y curiosos impenitentes.
Comedia de argumento triste de cine dentro del cine en el que el crudo realismo y los lances divertidos se van sucediendo en una narración hábil y coherente.
Por eso en el contexto general de un tono amable, hay escenas que poseen gran intensidad dramática.
La acción se desarrolla como un dardo certero que quiere hacer reír al espectador y lo consigue.
Pero su afilado estilete no deja de inocular ni un instante en su ánimo el amargo veneno de una realidad llena de engaño y burla.
Lástima que un título frívolo, que la película no merece de ningún modo, se asome al ventanal de la cartelera como carta de presentación.
Tampoco vamos a decir que la comedia clásica de nuestro país de finales de los 60 y primera mitad de los 70, o sea, la españolada, sea un género siempre a reivindicar. Desde luego hay buenos trabajos pero también regulares y otros directamente malos, como es éste que nos ocupa, Vente a ligar al Oeste de Pedro Lazaga, especialista en este tipo de cine. La película no sólo flaquea desde el punto de vista del humor, que es casi inexistente, sino del propio sentido común. En este sentido, por ejemplo, la escena con Mr. Morrison es lamentable.
Aquí cuenta con los actores de siempre, los Alfredo Landa, José Sacristán, Mirta Miller y una Tina Sáinz muy guapa, pero también con otros más ajenos al registro cómico, como Antonio Ferrandis, que pese a una dilatada carrera en el humor se le asocia con papeles dramáticos como sucede aquí. Este hecho y el que sea más indecente , por llamarla de alguna forma, hacen a Vente a ligar al Oeste un producto algo atípico en nuestra filmografía pero que en cualquier caso no llega a cuajar en su mezcla de comedia inoperante y drama lacrimógeno.
Esta película es una parodia del cine del oeste de Almería, que se puso tan de moda, pero que no consiguió gustar a los entendidos del cine. Y Pedro Lazaga lo era.
El director artesano saca el máximo partido de los actores y de los extras, enmedio de un plató americano. Pero ocurre de nuevo como en Vente a Alemania , que Ferrandis es el actor que tiene escondido un as en la manga como mejor actor, por la profundidad de su papel.
En cuanto a Landa y su landismo… cansa. Supongo que haría gracia en el momento, pero a los que nos gusta el cine, es un género que, como el spaghetti western, vista una, vistas todas.