Una veterinaria en la Borgoña
Sinopsis de la película
En el corazón de la Borgoña, Nico, el último veterinario de la zona, lucha por salvar a sus pacientes, su clínica y su familia. Cuando Michel, su compañero y mentor, anuncia su jubilación, Nico sabe que lo difícil está por venir: encontrar un nuevo compañero. Esta será Alexandra, una recién graduada brillante, misántropa y que no tiene ningún deseo de enterrarse en el pueblo de su infancia. ¿Conseguirá Nico que se quede?
Detalles de la película
- Titulo Original: Les vétos
- Año: 2019
- Duración: 92
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Opinión de la crítica
Película
5.4
52 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Antoine Chappey
- Arnaud Bronsart
- Bénédicte-Lala Ernoult
- Carole Franck
- Caroline Gaget
- Christian Sinniger
- Clovis Cornillac
- Cyril Couton
- François Legrand
- Juliane Lepoureau
- Lilou Fogli
- Matthieu Sampeur
- Michel Jonasz
- Nils Othenin-Girard
- Noémie Schmidt
- Sébastien Pruneta
- Stéphane Rideau
- Sylvie Lachat
- Thierry Nenez
- Victor Pontecorvo
Amable cinta francesa, muy representativa de su filmografía, sobre todo actual, donde se ponen en solfa, de forma simpática y divertida, comportamientos serios de la sociedad moderna que chocan con la vida rural y sus habitantes y forma de vida.
En este caso se debe tomar la cinta casi como un cuento, en el mejor sentido de la palabra, siendo verosímil en todo momento pero no demasiado creíble… ni falta que hace.
Creo que gusta la película pues tiene ritmo, las interpretaciones son estimables y el componente técnico es excelente, como su fotografía.
Se sigue con interés aunque no mayor entusiasmo, no en vano es bastante previsible.
No engaña a nadie y da lo que promete, dejando una sensación de que estos franceses te la han vuelto a colar, pero con gusto y entretenimiento.
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De vez en cuando, uno busca alguna propuesta ligera, bondadosa y entretenida simplemente para pasar un rato agradable sin relatos complejos ni pensamientos profundos. Una veterinaria en la Borgoña es un producto ideal para esos momentos, pues cuenta una historia sencilla, llena de personajes bienintencionados en un entorno bucólico.
El arranque es divertido, con buen ritmo y no engaña cuando hace presagiar lo que será el resto de la cinta: una encantadora comedia rural que se desarrolla en el corazón de la Borgoña. Por eso, el contenido visual es digno de admirar y disfrutar.
La protagonista se muda a un pequeño pueblo para ayudar durante un tiempo, dejando atrás su carrera prometedora en la ciudad, así como también su piso y a sus compañeros. Esta nueva situación provoca pequeños accidentes que están cargados de ternura y de humor, suscitando una sonrisa en el espectador.
A pesar de ser una trama simple, cuenta con algunas reflexiones interesantes acerca de lo que realmente merece la pena, las raíces de cada uno o la importancia de sentirse realizado en el trabajo. Y todo ello lo lleva a cabo de manera natural e inocente, sin turbar la tranquilidad de los paisajes que ambientan la acción.
Como era de esperar, el film muestra admiración por la profesión de los veterinarios, en concreto por aquellos que trabajan en el campo y abarcan tanto. Y es un gran acierto la delicadeza con la que enseña lo relativo a esta ocupación, mediante planos que no hieren ninguna sensibilidad. Así que, además de un homenaje a esos sanitarios, la película es una elección adecuada para deleitarse en la naturaleza de la Borgoña entre bromas, circunstancias amables e incluso algún romance.
Un buen escenario rural y una bienintencionada película social sobre los veterinarios en la Francia profunda. Cuenta con un guion y dirección de Julie Manoukian con un resultado algo deslavazado que no consigue trasmitir un gran interés en esta historia algo desordenada que nos cuenta.
Nicolas es un veterinario en la región de Morvan, tiene dificultades para mantener la clínica dada su propensión a no cobrar a sus clientes. A ello se le suma que su colega Michel se jubila. Todo esto le está ocasionando problemas familiares. Para poder salir adelante intenta traer un reemplazo de cualquier manera, aquí aparece Alexandra, una parisina que acaba de sacarse la carrera y que pasaba los veranos de su infancia en el pueblo…
Noemie Schmidt que hace poco la vimos en El sr. Henri comparte piso interpreta a Alexandra, malhumorada y con los típicos clichés del cambio de chica de ciudad a esa vida rural completamente diferente. Clovis Cornillac es el apurado veterinario que intenta sacar adelante todo con un exceso de trabajo.
El film se pierde ese exceso de parecer un telefilm, que solamente pretende hacerte pasar un rato agradable, sin profundizar en los temas que podrían haber dado más de sí. Siendo todo demasiado predecible y desprovisto de emoción, una pena porque las intenciones eran bastante buenas.
Destino Arrakis.com
Se desarrolla la película de la mano de Alexandra, una joven veterinaria parisiense recién y brillantemente egresada e instalada a llamada de su tío en un pueblo de la Francia profunda y vaciada. Allí debe atender temporalmente a todo tipo animales: ganado y animales domésticos.
Michel, compañero del último veterinario del lugar y tío de la protagonista, ha anunciado su jubilación, con la dificultad inicial de encontrar un nuevo colega que lo sustituya. Pero hete aquí que consigue atraer a su sobrina Alexandra, una joven brillante que es oriunda del pueblo, aunque por la prematura muerte de su madre se ha educado en la capita.
Pero Alexandra es difícil: misántropa, poco simpática y sin pizca de ganas de volver al pueblo de su infancia. La cosa es si Nico, el veterinario del lugar, podrá lograr que se quede.
Es la ópera prima de Julie Manoukian (hija del compositor francés André Manoukian), que se acoge un popular subgénero del cine francés, al modo de Un doctor en la campiña, 2016 de Tomas Lilti, donde se reivindicaba una salud óptima para las zonas rurales galas.
Tiene una bonita música y emotivas canciones de Mateï Bratescot, junto a una hermosa fotografía de Thierry Pouget que sabe retratar el ambiente rural fértil y frondoso del lugar, con bellas vistas y rincones idílicos.
Siendo pues una temática y una modalidad conocida y más o menos trillada, apenas se le puede pedir originalidad, menos aún sobresaltos o imponderables, en una trama predecible conducida por un guion que se reconoce fácilmente, especie de déjà vu, de la propia Manoukian. Entonces, lo que sí podemos pedir al film es que tenga buena onda, y efectivamente, la cinta nos traslada buen rollo y cosa linda. Amén de unos preciosos paisajes y actores con encanto, especialmente la protagonista Noémie Schmidt, a quien acompañan entre otros Clovis Conillac (como el veterinario Nico), Lilou Fogli o Carole Franck.
El mensaje tampoco es rupturista pues como digo ha sido visto y oído por demás. Se trata de demostrar que el mundo rural y campestre es mucho mejor, más recomendable para la salud psicofísica y la felicidad que el ambiente de ciudad.
La joven veterinaria es arisca y solitaria y además quiere volver cuanto antes a la ciudad para encerrarse en un aséptico centro de investigación con tubos de ensayo y batas blancas. Una vida que es la antítesis de lo que hace en el pueblo donde tiene que afrontar una realidad que es la atención directa a los animales y una labor humana, social y al aire libre.
Como contraparte vocacional, trabajador y generoso tenemos a Nico, el último veterinario del lugar que lucha denodadamente por salvar la clínica, al pueblo y a los agricultores y ganaderos, soportando estoicamente horarios draconianos y un trabajo extenuante.
Poco a poco la directora del film irá descubriendo las razones profundas de la personalidad de Alexandra, su infancia sin madre y en un internado. También las contrariedades que tiene inicialmente y que ha de padecer, por parte de los habitantes de la zona, lo cual se agudiza por su condición de mujer (liviano mensaje feminista que no va a más).
Aunque no sea gran cosa, la película resulta bonita, calma, como los paisajes y las inocentes fiestas locales.
Además, el enfoque de Manoukian resulta fresco y singular al centrase en una profesión pocas veces retratada en la ficción naturalista de este corte como es la de veterinario. Pone especial atención en plasmar detalladamente los usos y costumbres de lo campero, poniendo especial énfasis en la dureza del trabajo con animales en un marco ganadero, también en lo doméstico, caso de las mascotas.
Manoukian muestra su capacidad para conseguir un equilibrio entre la crítica social y la comedia pueblerina y rural, impregnando de ciertas reivindicaciones (incluido como digo unas notas de feminismo), a una historia protagonizada por una mujer que no se deja dominar por los animales ni por los hombres.
Sin ser, como digo, una gran película, ni siquiera una película inolvidable (al final podrá confundirse con otras similares como la mencionada más arriba o Un verano en la Provenza, 2007 de David Guirado), es una cinta digna, con gracia y distraída para pasar muy bien los 95 minutos que dura el metraje.
Película feelgood, de esas que hacen sentir a la concurrencia, dando prioridad a sentimientos positivos como la alegría y el optimismo. Película, en fin, que da justo lo que promete.
Julie Manoukian nos presenta su opera prima. Es verdad que con esta película debuta como directora, pero lleva muchos años ligada al mundo del cine, como guionista, productora y asistente de dirección. Siempre ha reconocido que es una gran admiradora del cine del Almodóvar e intenta poner algo de esencia del director manchego en su película. La cinta ha sido un gran éxito en la taquilla francesa, sobre todo gracias al reconocidísimo actor Clovis Cornillac, muy querido en el país galo.
La historia se centra en una pequeña localidad rural, donde Nico, el veterinario de la zona, se queda solo cuando su socio se jubila, es entonces cuando se hará todo lo posible para encontrar a un sustituto. Engañada en principio por su tío, Alex viaja desde París al pueblo de su infancia. Acaba de licenciarse y está esperando la oportunidad de su vida para trabajar en un gran laboratorio.
Cuando llega al pueblo, muchos recuerdos de su infancia le vienen a la mente y poco a poco y en parte obligada por las circunstancias empieza a colaborar con el veterinario del pueblo, haciendo pequeños trabajos. No será nada fácil y a partir de ese momento entraremos en el dilema principal de la película, la joven pasará solo unos días en el pueblo o se quedará para siempre.
La cinta funciona gracias, sobre todo al sólido reparto y a un guion que nos permite ver cómo es la vida actual en los pueblos pequeños. La directora consigue en todo momento un gran equilibro entre la crítica social y la comedia más amable. Nos muestra como todavía existe una sensación de machismo dentro del mundo rural, donde parece que las mujeres no pueden realizar ciertos trabajos y eso queda reflejado bastante bien en la película.
Me gusta como Manoukian nos ha querido presentar la cinta como si fuera una especie de fábula o cuento, lo vemos muy bien representado en los momentos donde la protagonista tiene casi todo el rato a su mascota (una rata) encime de su hombro o al zorro que continuamente se va acercando a la casa de la joven.
El problema fundamental que tiene este tipo de películas es que son muy previsibles, prácticamente sabes lo que va a pasar en todo momento, por eso creo que va un poco de más a menos, pero aun así me ha parecido interesante su visionado, encima es una película que puede ser vista por toda la familia.
Lo mejor: El reparto en general
Lo peor: Es previsible y no tiene sorpresas significantes
Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net