Una mariposa sobre la espalda
Roland, un marino que ha hecho escala en Barcelona para reunirse con su mujer, descubre un cadáver en la habitación contigua del hotel donde se hospeda. De repente, es encerrado sin saber por qué en una clínica privada y un médico le reclama una misteriosa maleta.
Siempre me inquieta cuando el cine lleva a la pantalla un material psicológico o estrictamente psiquiátrico ya que el resultado no es bueno, generalmente. Esta película la vi hace muchos años y mas allá del intrigante y surrealista título, una actuación esforzada de Lino Ventura de amplia carrera cinematográfica francesa, cumple con la prevención anteriormente citada. La temática persecutoria corre forzada, mas intelectual que real, no hay climax o mejor no es creíble, el film discurre de una manera tediosa por largos momentos y Ventura se pierde en la composición de su personaje. De la historia al servicio de la acción hay poco, veamos lo que hizo Hitchcock con La Sospecha (Suspicion) y comparemos. Sinceramente tiene lo peor del cine francés, poca acción y entretenimiento, y muy poco de lo bueno que hizo su realizador. Un discurso cinematográfico lento, pesado y una película pretenciosa que no cumple las expectativas iniciales. Poco importan las vueltas de tuerca, el título es lo mejor.
237/28(25/07/11) Entretenido film de intriga psicológica, protagonizado por el gran Lino Ventura, recuerda bastante al posterior ‘Frenético’ de Polanski, así como posee un cierto aroma a Hitchcock, siendo una especie de cruce entre ‘Recuerda’ y ‘Con la muerte en los talones’. Gira en torno a Roland (buen Lino Ventura), marino que ha hecho escala en Barcelona, en un hotel espera a su mujer, por casualidad haya un cadáver en la habitación de al lado, allí recibe un golpeen la cabeza, queda grogui y al despertar está en una clínica privada extraña, en la que solo está él y otro paciente que dice tener una mariposa en la espalda, el doctor le cuenta que ha sido víctima de un robo, y que en el hotel no hay muerto alguno, el médico le cuenta que mientras estaba inconsciente hablaba algo de un maletín, al salir del hospital comienza a indagar en lo que le ha pasado. El realizador francés Jacques Deray es un especialista en el thriller y aquí adapta un guión de los aclamados Jean-Claude Carriere (‘El tambor de hojalata’, ‘Milou en Mayo’, ‘Valmont’ o ‘Cyrano de Bergerac’ y habitual de Luis Buñuel en su etapa gala) y el italiano Tonino Guerra (habitual de Michelangelo Antonioni y Federico Fellini), aquí nos obsequian con una cinta en la que la casualidad da origen a una historia de aroma kafkiano, en la que un tipo normal parece perseguir sombras y a su vez es perseguido por fantasmas y todo sin saber porque, es una especie de ‘El proceso’ en la que Roland es culpable de algo, sin saber qué. Es este un relato complejo que toca uno de los miedos de nuestra sociedad, que nos tomen por locos y que no crean lo que estamos viendo, no es apto a todos los paladares, es arriesgado al hablarnos de la paranoia, el terror a lo que no se ve, el surrealismo de los sueños. Esto es abordado de modo desigual, por momentos resulta distante, no termino de sensibilizar con el desarrollo del argumento, me llega farragoso, no me emociona el tormento del protagonista Roland, aunque este lo hace muy bien, la ambientación es bastante austera, aunque no aburre, entretiene su misteriosa trama, sobre todo por el carisma de Lino Ventura que es el que lleva todo el peso, es una interesante propuesta que se sale valientemente de lo establecido y que merece la pena verla. Fuerza y honor!!!
Lino Ventura fue un duro habitual del cine francés entre los años 50s y 70s del siglo pasado principalmente. Su físico contundente y su rostro inconmovible aparecían sobre todo en filmes de acción, cine neo noir y thrillers. Aquí sigue esa misma pauta, pero haciendo de un protagonista vulnerable, medio perdido en una ciudad que no es la suya, empequeñecido por un poder mayor que lo somete sin siquiera dejarle explicaciones. Lo vemos tratando de entender lo que le pasa, pero por cada incógnita que parece despejar le aparece otra y eso no tiene visos de un final.
Está narrada con la típica sobriedad y frialdad del cine europeo, sin espectaculares escenas de acción frenética, lo que puede ser bueno o malo según el gusto vigente de cada cual.
Se prolonga demasiado no tanto la intriga como la incertidumbre. En resumen, no resultará precisamente entretenida para la mayoría de los gustos actuales.