Una bala sin nombre
Sinopsis de la película
John Gant, un elegante asesino profesional, llega a Lordsburg y se aloja en el hotel del pueblo. Nadie sabe la identidad de la persona que presuntamente debe matar. Los habitantes de la localidad hacen cábalas sobre quien puede ser la víctima, y algunos tienen motivos para creer que serán ellos.
Detalles de la película
- Titulo Original: No Name on the Bullet aka
- Año: 1959
- Duración: 77
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Opinión de la crítica
Película
6.6
28 valoraciones en total
Bala sin nombre AKA Asesino a sueldo no sería gran cosa si no fuera por ¿quién será? y poco más. Prefiero más el Justiciero de Curtiz en donde un sheriff busca a un asesino sin más ayuda que una mujer. Balas sin nombre es una historia sugerente poniendo a todo el pueblo con un pasado negro en un pueblo que parecía de angelitos. La película dura 77 minutos y se me hace larga y eso que la historia es sugerente. Los actores no son de buen calado y el fondo de armario menos. Película que no la salva ni su afamado director en la Ciencia-Ficción.
A la ciudad de Lordsburg (Nuevo México) llega un forastero, al escuchar su nombre la gente se estremece. Es John Gant ( Audie Murphy), un pistolero famoso por tener en su haber 20 muertos y ninguna condena.
No saben detrás de quien anda, así que, el miedo y la angustia comienzan a reinar entre algunos de los habitantes de la ciudad que presienten que pueden ser ellos quienes tengan cuentas pendientes
.
Vaya por delante, para mí una de las mejores películas de Audie Murphy, además de Los que no perdonan 1960 de John Huston. Pero como protagonista sin duda la mejor.
La película esta dirigida por Jack Arnold, director tanto de cine como de series de televisión. Tiene algún otro western, pero donde destaco fue en la ciencia ficción con El increíble hombre menguante 1957, Tarántula 1955, La mujer y el monstruo 1954. Todas ellas de serie B pero con bastante éxito.
Aquí no lo hace mal, lo mejor de la película es esa atmósfera que se crea de miedo e incertidumbre y que dura hasta el final de la película.
El reparto está encabezado por Audie Murphy, un actor que se especializó en Westerns. Antes que actor fue el soldado más condecorado durante II Guerra Mundial. Y aunque no muy expresivo tenía su público. Aquí interpreta a un pistolero, es una de las pocas incursiones que hizo en el papel de malo, con su cara de niño casi siempre interpretaba al héroe. No tiene grandes estrellas, aunque sí actores conocidos como Joan Evans, Charles Drake, Virginia Grey que solventan bien su papel.
Es una película que transcurre en su mayoría en la ciudad, así que es un western sin grandes espacios abiertos, pero no resulta cargante, tiene muy buen guión, un ritmo constante durante toda ella y mantiene la tensión hasta el final. Yo lo considero un buen Western.
A Lordsburg, llega de visita un hombre de frío carácter… y la sola mención de su nombre pone a temblar a mucha gente: ¡John Gant! Su fama es la de un experto asesino a sueldo que se caracteriza porque jamás mata sin antes darle tiempo a su contrincante de desenfundar primero… y en su haber tiene ya ¡más de veinte asesinatos! Por supuesto, nunca se le ha podido condenar porque siempre ha matado en defensa propia y, además, Gant tiene todo el aspecto y la personalidad de un hombre culto y de buenas maneras.
>, se proyecte como un western singular, pues, el estudio humano se antepone a la acción y el director se dispone con mucha eficacia a profundizar en las desesperadas motivaciones del pensamiento atormentado, poniendo en segundo término la acción física -de la que ya hemos visto bastante en tantísimos filmes sin mayores significados, y en muchos casos, sin la menor trascendencia-, para privilegiar las respuestas psicológicas.
>, no haya tenido la difusión que, sin duda, se merece.
En aquella ciudad, lo bastante pequeña para resultar cómoda y lo bastante grande para pronosticarle un buen futuro -así la describe el médico de todos-, mucha gente tiene cargos de conciencia… y repentinamente, a cada uno se le ocurre pensar que, es por él, que ha venido el temible, John Gant.
En adelante, el director Jack Arnold, nos regala un magnífico estudio sobre la culpa y el miedo, dejando muy bien explicado cómo, aquel sentimiento y esa sensación, van casi siempre ligados el uno del otro para tormento de muchos seres humanos. Esto hace que, <
El guion de, Gene L. Coon (quien ya había escrito para Arnold, Man in the Shadow), inspirado ahora en una historia de Howard Amacker, consigue forjar personajes con vida propia y uno se siente tan azorado como Luke Canfield, tan aterrado como Thad Pierce… o tan fatalista como el juez Benson, por mencionar solo unos pocos afectados.
Con mucho de thriller, la narración se mueve en un eficaz crescendo y Arnold se luce con una impecable composición de planos, captados siempre desde ángulos muy precisos. Pensemos en la escena en la que, Gant y Canfield, juegan al ajedrez mientras están siendo observados… En la entrada de Lou Fraden al bar dispuesto a dar la cara … O, sobre todo, en la magnífica escena de cierre… y ya tenemos razones para poder afirmar que, Arnold, nos ha regalado un western de primera línea. Sorprende por esto que, al igual que muchas otras valiosas películas, <
Audie Murphy, haciendo aquí las veces de un pistolero que nos recuerda a Billy the Kid, resulta impecable logrando que su cara de niño se torne bastante intimidante. Charles Drake, por su parte, tiene la figura perfecta del médico en quien se puede confiar y los matices que van transformando de cierta manera su personaje, resultan muy bien explicados desde el punto de vista psicológico. También, su manera de relacionarse con Gant, acusa una madurez ejemplar.
Los diálogos tienen ciertos apuntes nada fáciles de digerir en su propuesta filosófica y creo que propiciarían un buen motivo para debatir sobre el deber ser y sobre la moral en las facultades de derecho, pues, a todo nivel, éste es un filme inquietante y de profundo significado. En lo personal, he quedado con la sensación de que he visto una historia que deja más huella en el alma que muchas otras que, hoy día, gozan de mayor fama.
Jack Arnold no sólo dirigió algunos clásicos de la SF, como La mujer y el monstruo, Tarántula, Llegó del más allá y El increíble hombre menguante (olvidemos piadosamente Monster on the Campus). En su haber hay que reseñar algún que otro western, en especial esta rareza protagonizada por Audie Murphy, uno de los actores más memos de la historia del cine. En este caso, no obstante, esa memez sienta de lo más adecuado al personaje que interpreta, un legendario asesino a sueldo que jamás ha podido ser juzgado, porque previamente incita a sus víctimas a desenfundar antes. El guión prioriza el estudio psicológico de los personajes antes que la acción, lo cual disuadirá a los partidarios del pim-pam-pum, pero atraerá a los que preferimos la reflexión a la exhibición de testosterona. Un montón de secundarios de-toda-la-vida refuerzan la función y nos conducen hasta un final no por intuido menos implacable: todo tiene su fin .