Zoolander: Un descerebrado de moda

5 comentarios en «Zoolander: Un descerebrado de moda»

1. No es tan difícil crear un buen drama como crear una buena comedia y sobre todo, cuando no hablamos de comedia fina y elegante, sino comedia del género estúpido. Y en su particular estilo, Zoolander son palabras mayores. Todo lo más grande que puede dar de sí el género se contiene en esta sangrante, divertidísima, absurda y gozosa obra maestra de Ben Stiller: todo un antes y un después en los anales del más frívolo despiporre. Está repleta de una serie tan magistral de coñas idiotas que sería imposible elegir siquiera tan sólo las tres mejores: los gags se suceden uno tras otro en magnífico crescendo, de modo que el ritmo nunca decae, al contrario, se mantiene brillantemente hasta la parte final. Stiller se ríe de todo, de todos y de sí mismo con ese espíritu deportivo del que sólo pueden presumir los americanos cuando quieren y además se sirve de sus compinches Owen Wilson y Will Ferrell para cerrar con broche de oro su tercera y por el momento más destacable aportación al cine como director.

2. Dudo que el señor Stiller quisiese lograr nada más que arrancar unas cuantas risas y hacer pasar un rato entretenido. Y eso lo consigue. Una parodia del mundo de la moda y, sobre todo, de la superficialidad que se ha hecho ama de este mundo por encima de cualquier otro valor. A destacar el regreso del protagonista a la mina, y sus miradas (todas iguales) como Acero Azul.

3. Sería muy fácil clasificar este film de bodrio con mayúsculas, pasar del tema y hacerme el interesante hablando de las grandes comedias de la historia del cine, así consideradas por los que saben de cine. Pues no me da la gana.
   
   Se trata de una película con un humar un poco tonto, si, un poco sencillo, pero creo que hay que reconocer que se trata de humor malo del bueno, que entretiene, que te hace reir de estupideces, que es lo que a todos nos encanta pero nos parace estúpido reconocer, valga la redundanAnalizandola por partes, tiene un comienzo interesante y prometedor, un pequeño bache hacia mitad de la historia y un final desternillante.
   
   Arriesgándome a que me tachen de sencillo, la recomiendo.

4. Posiblemente uno de los films más infravalorados de la historia. Su pecado? Ser presuntamente una de esas historietas que los amantes de la intelectualidad calificarían como chorra y estúpida.
   
   Lo más divertido es que hay una gran ironía en todo esto, la crítica negativa del film se queda en lo que precisamente el film critica, es decir la superficialidad. Y es que por primera vez se enfoca una película sobre el mundo de los modelos de forma absolutamente mordaz. Y que mejor manera de hacerlo que poniéndolos en el más absoluto de los ridículos?
   
   En Zoolander se conjuga el humor de trazo más grueso con un sutil sarcasmo de fondo. Todo lo que aparece en ella es rematadamente burdo, exagerado y estúpido pero no por ello menos realista y por ello doblemente hilarante.
   
   Ver a personajes conocidos del mundo del artisteo entrando conscientemente (o no) en el juego revela que Ben Stiller sabía perfectamente a que jugaba al hacer esta película. Lo que se nos esta diciendo es que ser cool puede estar muy bien, pero más importante que eso es saber reirse de ello.
   
   Quizás sea muy fácil descalificarla pero no menos cierto es que para gustos colores, pero que un director no precisamente sospechoso de superficialidad como Terrence Malick la haya calificado como la mejor película de los últimos diez años dice mucho de ella.
   
   Lo mejor: El video presentación de Hansel.
   
   Lo peor: Que no se haya tomado tan en serio como se merece.

5. Esta gamberrada de película no puede ser tomada en serio, es un mero entretenimiento y una crítica absolutamente mordaz y despiadada al mundo de la moda: modelitos que siempre quieren ser también actores, que ensayan miraditas y morritos ante las cámaras, que no son capaces de mantener una conversación coherente, que se pelean desfilando e intentando quitarse los calzoncillos sin quitarse los pantalones, que solo piensan en lo guapos que son…es absolutamente demoledora en su crítica y equivale a decir que ser modelo es ser rematadamente imbécil.
   
   Los que la han tomado por algo medianamente serio se han equivocado totalmente. Tiene escenas geniales, como la de los chicos en la gasolinera -emulando los típicos vídeos de chicas con camisetas mojadas de Playboy-, la de los protagonistas intentando encender un ordenador -más que obvio homenaje a la odisea espacial de Kubrick-, o la de la orgía sexual de los protagonistas. Una gansada para pasar el rato.