Un invierno en Mallorca
Sinopsis de la película
La sociedad mallorquina no ve con buenos ojos la relación adúltera de George Sand con el músico Frédéric Chopin, seis años menor que la escritora y gravemente enfermo de tuberculosis. Por eso, cuando viajan hasta la isla con la idea de de que el suave invierno mallorquín será beneficioso para Chopin, nadie quiere facilitarles alojamiento. La única posibilidad que se les ofrece es la de instalarse en la inhóspita Cartuja de Valldemossa, que carecía de toda comodidad. A las dificultades por las que atraviesa su relación, a la frágil salud de Chopin y a la presencia de los hijos de George Sand, se suma la incomprensión y la falta de hospitalidad de los lugareños.
Detalles de la película
- Titulo Original: Jutrzenka (Un invierno en Mallorca)
- Año: 1969
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
4.6
66 valoraciones en total
Personalmente, creo que, se puede ver este film por solo contemplar la belleza de una joven Lucía Bosé, así como contemplar a Enrique San Francisco cuando era prácticamente un niño y empezaba su estimable carrera como actor.
Destacaría también la excelente fotografía del desaparecido Luis Cuadrado, uno de los mejores directores de fotografía del cine español que tuve la ocasión de conocer y hablar con él con motivo del estreno de esta película en la cabina de proyección del Cine Lope de Vega de Madrid, y observar su gran profesionalidad y amor al cine.
No obstante, el paso del tiempo hace que algunas películas envejezcan demasiado y no llenen al espectador en la actualidad. Cuando se estrenó este film, la valoración era un poco superior a lo reflejado en este momento.
La dirección de Jaime Camino me parece correcta.
Suena un piano: tirorí, tirorá, tirorí, tirorá.
George Sand (en cada secuencia con un peinado distinto): ¡Acontece que diga en esta tesitura, con la mayor sencillez, hijos míos, frutos de mis entrañas, atentos: viva la República, viva la Revolución, que nos hizo libres pero que todo lo perdió por culpa de la clase burguesa, infame raza, vil y calculadora, que se sirvió interesadamente del pueblo!
Niño (con candor infantil): Pero mamá, para los filósofos alemanes del siglo XVIII, las reivindicaciones de la primera revolución francesa no eran más que reivindicaciones de la razón práctica en general, y las manifestaciones de la voluntad de la burguesía revolucionaria de Francia no expresaban a sus ojos más que las leyes de la voluntad pura, de la voluntad tal como debía ser, de la voluntad verdaderamente humana, ¿no?
George Sand: Silencia tu boca anacrónica, pimpollo mío, y retírate a pintar y mezclar colores con donaire. Ay, qué colmatada de hartura estoy, parezco la enfermera de todo el mundo. Aquí nadie respeta mi trabajo, yo soy escritora, ¡escritora! ¡Escritora! ¿Es que no se nota lo escritora que soy, la sencillez meridiana con la que expreso los concetos de mi mente, la naturalidad de mi verbo?
Suenan pajaritos: pío, pío, prrrrrr, prrrrrrr, pío, pío.
Chopin: Achussss, achussss, ay, ay, achusssss.
George Sand: Federico, estás de un melancólico que no hay quien te aguante y además no sabes follar.
Chopin: ¡Achuss!
Sacritán rijosillo a un enano que pasa por allí: Fer una fretada, brrr.
Enano: Així és la vida…
Suena un piano: tirorí, tirorí, tirorí, ¡achusss!
George Sand: Acontece que diga en esta tesitura que…
Ad nauseam.