Un, dos, tres… al escondite inglés
Sinopsis de la película
Un grupo de jóvenes músicos hará lo imposible para boicotear una canción que no les gusta nada, y que va a representar a España en un famoso festival de música. Una insólita cinta del singular Zulueta en la que, tras el éxito de Massiel en el Festival de Eurovisión, se parodia este tipo de concursos con una delirante historia rodada sin guión y con la actuación de varios grupos punteros de la época.
Detalles de la película
- Titulo Original: Un, dos, tres... al escondite inglés
- Año: 1969
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
6
36 valoraciones en total
* Película irreverente, divertidísima, excéntrica, y arriesgada para la época, tanto por algunos de sus contenidos, como por su aspecto técnico. Toda una declaración de principios de un director que tardó diez años en ofrecernos su siguiente film: la demoledora Arrebato. Director, al igual que Ibáñez Serrador, con un potencial tremendo para hacer cine, pero de quien tenemos pocas muestras de su buen hacer.
Película ácida y psicodélica, pero también bastante amable y jocosa, lo que le facilitaría las cosas a la hora de eludir la tijera de la censura.
Es una comedia musical, cuya trama es bastante lineal (se rodó sin guión), pero con un ritmo tan vital, tan rica visualmente, y tan generosa a la hora de arrancarnos carcajadas, que uno ha de rendirse ante ella.
Entre chanza y chanza se cuelan nunca disimuladas críticas al régimen y a la censura, a las claras, sin medias tintas y con un lenguaje bastante manifiesto. Solo que mientras uno se ríe es difícil tomarse muy en serio las diatribas anti-sistema de unos jóvenes atolondrados.
Ya de entrada, la idea de la que parte la película es ingeniosa. A todos, o al menos eso debería pasar, se nos sube la bilis a la garganta cada vez que de refilón hemos de presenciar fragmento alguno de esos indeseables concursos musicales, llámese como se llamen. Parece que Zulueta convirtió su fastidio en film, y a partir de la tonta idea logró una cinta de entretenimiento puro, pero que no se queda ahí. Ni mucho menos.
Ya he mencionado la carga revulsiva ideológica de la película, que vuelvo a repetir, no cala hondo, pero algo es algo, y al menos es provocativa. Pero técnicamente es fabulosa. Se insertan montones de bienvenidas paranoias en enfoques, planos, movimientos de cámara, cromáticas. Escenas como la de Jose María Iñigo y su doppelgänger, la casa de los globitos multicolores venenosos, el deambular de una de las parejitas protagonistas por una casa en ruinas mientras un desaliñado cantautor entona La Tarara… Esta última escena crea, a mi modo de ver, un ambiente onírico increíble, hasta turbador, no fuera de tono respecto al resto de la película, porque esta está plagada de experimentos y ensayos.
El absurdo más conseguido, para partirse de risa, o plantease como se puede uno salirse por la tangente del relato sin que choque. Multitud de fugas, en todos los sentidos, magistralmente ensambladas y gestionadas, surrealismo, psicodelia, y un espíritu inquieto. De lo más fresco y vivificante.
Iván Zulueta era un hombre que estaba por delante de su tiempo. Se acostumbra a citar sólo una película del director, Arrebato (1979) quizá porque sea una de las obras maestras del cine español, pero lo cierto es que diez años antes había realizado una película muy fresca que bebía ni más ni menos que del cine de Richard Lester y de aquellas películas que este director había hecho ni más ni menos que con el conjunto más famoso de Liverpool, los Beatles.
Y es que el travelling lateral con el que se abre una de las primeras secuencias ya nos lo deja bien claro. ¿Saben aquel dicho de que no está hecha la miel para la boca del asno? Pues en España, los gustos musicales podrían resumirse perfectamente con este refrán. Porque, músicos excelentes hemos tenidos, desde Antonio de Cabezón hasta Paco de Lucía, pero el pueblo (como suena de evocador esta palabra) siempre ha despreciado a sus mejores músicos por otras corrientes más populares. Para ser actuales, sí, me refiero al pachangueo y la canción barata. Pues en la citada secuencia del Travelling, el director, Iván Zulueta, nos deja bastante claro cuáles son sus gustos, mostrándonos al compás de la cámara, las diferentes portadas de álbumes de música, de grupos tan diversos como Jefferson Airplane, Los Beatles, Cream..Joyas de la música contemporánea.
Y, ¿Qué supone Eurovisión? Pues es la eclosión de toda esta morralla musical, un concurso esperpéntico que ya en aquellos años (fíjense que la película está realizada en el 1969) destilaba un olor a rancio y a anticuado que apestaba. Pues Zulueta se dedica toda una hora y media, es decir, la película entera a criticar el festival, mientras realiza una parábola social en la que no faltan algunos ataques al régimen (como la proyección del No-Do que aparece en unos instantes). Además, recordemos que sólo un año antes, en el 1968, Massiel había ganado Eurovisión, la gota que colma el vaso para que el joven Director se iniciara a la aventura.
El argumento de la película es muy simple y no tiene pérdida. Enterados de que el festival de mundocanal (Eurovisión encubierto, llega a sonar la misma canción de presentación, el famoso Te Deum de Charpentier) tiene previsto iniciar una nueva gira, nuestros protagonistas tratan de sabotear todas las posibilidades de que España se vea representada en el festival. En realidad una mera excusa para que Zulueta acompañe a la película de gran cantidad de clips musicales (recordemos que las cadenas de música como La Mtv aún no habían aparecido) de los mejores grupos españoles de la época, como los íberos, los mitos, Formula V o Los Pop-Tops un grupo madrileño de formación, que logró colarse entre los más vendidos norteamericanos y que es la formación musical con la que se acaba la película. Hay que destacar la bilocación de José María Iñigo, que se interpreta en parte a sí mismo en la película, así como unos grandes diálogos que muestran que si algo define a la película es la valentía.
Y es que una de las cosas que demuestra un, dos, tres al escondite inglés, es que Zulueta tenía unas ganas tremendas de hacer cine. Imbuido por el cine Beatle (inauguarado apenas unos años antes por Richard Lester) realiza una película en la que apenas hay guión y en la que hay grandes intentos por dotar a la película de un toque lo más contemporáneo posible. El director pretende huir totalmente del cine anticuado para elaborar una obra fresca y moderna. Por eso en la película no faltan cantidad de recursos que ayudan a crear este efecto, como por ejemplo diversos cortes en los que aparecen y desaparecen personajes (el surrealismo, como en las películas de los Beatles, también tiene su aparición), diálogos rápidos e hirientes que emulan el cine de los Hermanos Marx revisados por la época en que se realiza la película, travellings circulares cuando cantan algunos grupos, o multitud de escenas en las que se utiliza la cámara rápida.
La película es una oda a la juventud. Es un himno a las nuevas generaciones que habían de superar a sus antecesoras en la materia musical (y evidentemente en otras). Por este motivo, todos los actores de la película son jóvenes. Y además regentan una tienda de música, eso sí, en la que no se discrimina a la buena música. Un gran guiño es el que realiza Zulueta hacia Beethoven cuando señala que su música ya no se vende, porque la gente sólo pregunta por los discos de pop ñoño y canciones de Eurovisión.
El estilo de la película es bastante inclasificable, así que lo mejor es añadir un enlace a uno de los fragmentos de la película para que sea el lector a quien le entre el gusanillo para ver una de las joyas de nuestro cine.
http://www.youtube.com/watch?v=Th1GYPucAiw
http://neokunst.wordpress.com/2013/08/27/un-dos-tres-al-escondite-ingles/
Película de un cineasta que siempre estuvo más activo en el campo del cortometraje. Film musical que en muchos momentos roza lo experimental, tiene uno de sus mayores atractivos en el rebuscamiento aplicado en la puesta en escena. La cinta huye de los tópicos de siempre en las películas ye-yés españolas y busca algo que esté alejado de todo aquello que tenga un estilo convencional y definido a nivel estético. Su tono alocado a veces le afecta negativamente ya que la estructura de una cinta que carece de argumento es difícil de seguir. Sin embargo la película cuyo planteamiento era extraño e inusual consigue llamar la atención de forma positiva porque rebosa dinamismo y aporta una energía distinta en su ánimo inconformista. En su breve colaboración María Isbert se llama Isberta . Película mucho más admirada actualmente que en el momento de su estreno. Es una película que tiene una historia bastante curiosa detrás por lo pintoresco de su gestación y momentos de gracia tonta que resultan encantadores. Desde luego puede ser recordada con agrado.
Un grupo de jóvenes e inquietos músicos harán todo lo posible por boicotear cualquier canción elegida para representar a España en un famoso festival musical (evidente referencia a Eurovisión)… La primera película del gran Zulueta, un musical paródico y pop, de estilo psicodélico, tan caótico como atractivo pues hace casi de la improvisación un arma tan graciosa y voluntariosa como llena de talento soterrado. Ya se pueden apreciar aquí las enormes virtudes en el trabajo visual y/o gráfico de su autor y es, sin duda, un film divertido, imaginativo, que tiene autonomía y gran capacidad transgresora para hablar de él como de una obra casi inédita en el contexto del cine español.
Un, dos, tres…al escondite inglés tiene múltiples, indisimulados e indiscutibles defectos, pero en su capacidad creativa y en su talentoso voluntarismo sepultan con especial personalidad y gran sentido común todo lo demás.
Grandísimas colaboraciones de gente como José María Íñigo (el mítico Último grito aquí presente), Jaime Chávarri, Borau o Antonio Drove. Hay un desfile impagable y muy divertido de grupos punteros de la época como Fórmula V , Los íberos , Ismael , Henry y los seven , Los mitos …
En definitiva, que estamos ante una obra incomprendida, crítica y subversiva, cuya caprichosa y líneal trama, casi infantiloide, así como su despreocupado y caótico desorden, la hacer seguir siendo una chispeante y divertidamente surreal y desguionizada película, una buena muestra de un afán torrencial por crear.
He sido amante de la psicodelia y por ello, películas como Un, Dos, Tres… al escondite ingles son un gran tesoro para mi, aunque la había escuchado hace ya algunos años solo la pude conseguir hasta hace poco y no saben los feliz que me pone de haberla visto.
Un, Dos, Tres…al escondite ingles es una película rarísima, con una ironía incontratable y una estética inconfundible que nos habla sobre los concursos, las trampas, los jueguillos y por supuesto, de la música pop. En la primera de la poca obra impartida por Iván Zulueta (Mas famoso por su Arrebato con Eusebio Poncela y Cecilia Roth y por sus posters diseñados para las primeras películas de Almodóvar) se nos ofrece una obra despreocupada por los problemas del mundo, nos ofrece una obra de locura y en parte, una gran ilogicidad compartida con la escena musical que se presenta a través de casi en su totalidad del film.
Es necesario y obligatorio decir que la trama no posee ninguna cuestión, es decir, no presenta una problemática mas que la de atravesarse por un mundo de canciones por cada bromilla y otras situaciones que algunos considerarían en esta época como ridículas. Pero entonces solo consideremos esto, la problemática o situación de la película es la de mostrar con imágenes psicodélicas y artísticas las diferentes canciones para a la vez tratar de satirizar a este tipo de concursos.
El dialogo de la película es demasiado creativo, como ilógico y chistoso e hilarante. Los personajes son definitivamente coloridos y la música es realmente de no olvidar, porque Un, Dos, Tres…al escondite Ingles nos sitúa en un mundo, como dije antes, despreocupado, en lo que único que importa es la música. Cada personaje es memorable y entrañable porque encarna la tradición de la música de la época. En la historia, a través de la música se conocen diversos conflictos, la avaricia de los medios y unas situaciones cómicas que de hecho, estos elementos están compuestos por sus personajes. El escenario es una oda a la música pop a lo que ellos mismo referencia, en donde The Beatles eran famosos y Jimmy Hendrix tocaba la guitarra eléctrica con los dientes, se compraban posters de Twiggy y mas que todo, se luchaba por la libertad de expresión, mas que todo por la música.