Un diploma muy caro
Sinopsis de la película
Duff (Tom Green) y John (Jason Lee) son muy buenos amigos, pero no podrían ser más distintos. Duff es una persona que no desarrolla su potencial, además de ser una mala influencia, de toda la vida, para John. John es una persona práctica y un gran trabajador que lo único que quiere es casarse con su novia de siempre Elaine (Leslie Mann). Elaine y John han prometido casarse cuando ahorren 30.000 dólares para comprar la casa de sus sueños. Después de varios años de esfuerzo, John y Elaine por fin han reunido lo suficiente para pasar por el altar, hasta que la hermana de John, Patty (Megan Mullally) llama con la increíble noticia de que su sobrina Noreen ha sido aceptada en la Universidad de Stanford. Se acabaron los planes de boda cuando Patty le recuerda a John su promesa sobre la educación de su sobrina, la cual cuesta 29.829 dólares que ¡hay que pagar en dos semanas! Incapaz de decírselo a su novia por miedo a que ella le deje, John le pide ayuda a su amigo Duff para que le ayude a conseguir 30.000 dólares en dos semanas. Duff, a quien no le gusta mucho Elaine, convence a John para que lleve a cabo un pequeño crimen. Pronto la vida de John se verá alterada cuando cada uno de los detalles del plan tomen otro rumbo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Stealing Harvard
- Año: 2002
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
4.1
72 valoraciones en total
Bruce McCuloh director de películas como «Superstar» se pone tras las cámaras para dirigir a Jason Lee —«Me llamo Earl»— como el protagonista de una serie de robos fallidos en los que se ve envuelto a raíz de una promesa que le hizo a su sobrina cuando esta lloraba desconsolada por haber perdido un concurso de deletreo. Le acompañan en el reparto Tom Green —«Superstar», «Road trip (Viaje de pirados)»— como su cómplice y amigo, Leslie Mann —«Lío embarazoso», «Virgen a los 40»— como la prometida del primero, Megan Mullally —«Will & Grace»— como su hermana y Dennis Farina —«Snatch: cerdos y diamantes»— como el padre de Mann.
En principio se trata de una comedia pero la verdad es que me rei tan pocas veces con ganas que incluso las conté. Fueron cinco veces en las que de verdad me reí, eso en una hora y veinticinco de película o así. De todas formas a mí aburrida no se me hizo, o no muy, se puede ver lo que pasa es que no es especialmente graciosa. Pareciera que son una serie de escenas sueltas puestas una detrás de otra y que al final para cerrarlo todo pusieron una línea y dijeron a partir de aquí se acaba la película, no metemos ni más personajes ni más acción.
No está el fallo en los actores aunque ni siquiera un personaje que me suele gustar que es el típico absurdo/infantil que aquí lo interpreta Tom Green salva la película. También aparecen con menos papel pero no menos importancia, John C. McGinley —«Scrubs»—, Richard Jenkins —«A dos metros bajo tierra»— e incluso creo que el hermano de Sean Penn, Chris Penn, eterno secundario él.
Tiene un metascore de veinticinco lo que indica críticas aplastantemente malas y en la tomatá el error bla bla bla. Yo seré más benévolo porque la verdad es que como ya digo aburrida no se hace solo que no es lo que me esperaba y no es muy graciosa. Yo me esperaba algo en la universidad y que él iba a ser confundido con un profesor o algo pero nada que ver.
En esta película donde la idea principal es conseguir dinero por medio de malas artes, el público es la primer víctima del robo. Aunque la idea tiene cierto potencial, ha sido muy mal llevada a la pantalla, incluso teniendo en cuenta que es una película de la que no se puede esperar mucho de antemano.
Considero que habría que implementar algunas medidas para hacer de ésta una película mínimamente potable:
1) eliminar a Tom Green del reparto. Evidentemente EE. UU. confunde picardía con estupidez o problemas mentales. Tom Green es como Rain Man, pero sin las matemáticas.
2) el personaje del padre de la chica (Dennis Farina) es patético. Pensándolo bien, la mayoría de los personajes entran en esta categoría.
3) los dialogos son espantosos, carecen totalmente de lógica y no causan la más mínima gracia. De nuevo EE. UU. confunde incoherencia con humor.
4) habría que darle un poco más de metraje a la sobrina (Tammy Blanchard), quien por lo poco que se ve tiene cierto potencial.
En definitivas, un robo de tiempo y dinero para el público.
¿Cuántas personas hacen falta para rodar una película? Más de cien, seguro, ya lo vemos en los títulos finales.
Y, ¿cómo se sentirán esas personas al hacer un bodrio de semejante dimensiones como es este Un diploma muy caro ? ¿Tendrán la suficiente vergüenza de salir a la calle? Lo de EEUU no tiene cabida.
Se permiten la licencia de exportar truños como éste y creerse la meca del cine.
Confieso que estaba de buen humor cuando me propuse ver este engendro y confieso que me he reído un par de veces con su humor absurdo elevado a la enésima potencia, pero tanta estupidez acumulada es insana para la mente.
Lo único salvable es el chico con gafas de la tienda 24 horas, su aparición realmente tiene gracia.