Un americano… de Roma
Sinopsis de la película
Nando Moriconi, es un encantador joven del barrio de Trastevere en Roma, obsesionado con todo lo americano. Nando alterna su marcado acento romano con unos americanismos inverosímiles y repite continuamente los diálogos que ha aprendido de las películas americanas. Persiguiendo su sueño de viajar a América y descubrir la sociedad más poderosa del mundo, Nando no hará más que armar una serie de innumerables líos que no le llevan a ninguna parte.
Detalles de la película
- Titulo Original: Un americano a Roma
- Año: 1954
- Duración: 94
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Opinión de la crítica
Película
6.1
79 valoraciones en total
Como otros de los usuarios que han criticado esta película, los pasajes que Enric González le dedicó a Alberto Sordi en su fabuloso libro sobre Roma, suelen cruzar mi mente al ver esta clase de películas. Albertone era un personaje en sí mismo, todo un modelo para el italiano medio. Creo que sería un perfecto equivalente de lo que representaba Alfredo Landa para el españolito medio.
Personaje en su vida privada, hombre de principios tan atávicos como discutibles, en el rodaje fue único e irrepetible, Sordi es un artista que o te engancha o no lo hace. Si lo logra, te tiene atrapado para siempre. Te hará reír hasta en sus películas más malas. Si no, es muy difícil que le sigas la trayectoria, aunque incluso sus detractores deberían ver con devoción su trabajo en Los inútiles .
Aquí, el romano más romano hace una parodia de las fantasías de un niño grande que sueña con americanizarse. ¿Da semejante premisa para todo un film? Sí, si se cuenta con un protagonista como este, absolutamente recomendable verla en versión original, porque, aunque el doblaje en castellano de Sordi suele ser muy correcto, es con su propia voz cuando más gana.
Bravissimo. Qué le vamos a hacer, resulta que uno es simpatizante de Albertone, por más defectos que pudiera tener el hombre. Uno di noi.
Llego a esta película a través de Enric González, que la menciona en su libro Historias de Roma . Dice Enric que Alberto Sordi hace un humor tan italiano, aún más, tan romano, que ello explica su falta de éxito en el extranjero. Y pone como ejemplo esta película, en la que un tal Nando Mericoni se dedica a hacer el niño grande durante hora y media de situaciones disparatadas. Todo va de un gandul ya mayorcito que sueña con ir a América, para lo cual se empeña en bailar claqué (mal) y en hablar una jerga llena de palabros en inglés macarrónico (nunca mejor dicho). La película está construida a base de escenas ridículas, a cual más peregrina, con una ligazón mínima. Todo está construido alrededor de la vis cómica del actor, basada en una expresividad gestual tremebunda, que llega a empalagar al espectador por su repetición ad náuseam. Hay algunas escenas dignas de mención, como la que se desarrolla en un campo de prisioneros alemán. Resulta chocante ese humor que contrasta con situaciones trágicas, precedente de lo que creará polémica muchos años después, cuando se estrena La vida es bella . No es exactamente lo mismo, porque en este caso no se trata de un campo de exterminio de judíos, pero no deja de sorprender, dada la cercanía temporal al final de la Segunda Guerra Mundial, ese tratamiento festivo. En España pasó mucho más tiempo hasta la primera comedia de la guerra civil (creo que La vaquilla , de Berlanga, en 1985). Estamos pues ante un producto muy de la tierra y de un momento dado. Ahora el interés es el de la rareza cinematográfica y, en mi caso, el de la aproximación a algunos aspectos de Roma.
La muerte en el 2003 de Sordi convocó en su funeral a miles de personas, de todos los ámbitos y condiciones, que despidieron al gran Albertone como se merecía. Figura inmensa y protagonista de 200 producciones y que lo convirtieron en uno de los actores por excelencia de la comedia italiana.
Su mérito fue representar nuestros vicios haciéndonos reír, lo que equivalía a absolvernos . Estas palabras de un famoso director italiano resumen fantásticamente lo que supuso Sordi, que hizo de sus interminables registros cómicos un deleite para el público en general y para el de la comedia en particular. Público este último de los más exigentes y que nunca se conformará con cualquier mequetrefe de tres al cuarto que pretenda satisfacerlo con apuntes humorísticos poco originales y bastante repetidos. Sordi no era este caso.
Un americano…de Roma nos presenta la historia de Nando Moriconi, un romano del barrio de Trastevere cuya única obsesión es todo lo yanqui. La mezcla que hace Sordi en su vocabulario, en sus comportamientos, en sus maneras….entre su inevitable condición italiana y su pretendida condición americana, regala al espectador un sinfín de momentos divertidísimos. Carcajadas que no tienen precio y que avanzan junto con los numerosos intentos de Nando por hacerse al fin un americano de Kansas City . Todo esto es presentado en un hilo argumental que parodia la obra de Henry Hathaway Fourteen Hours : Nando, tras ver el cartel del clásico noir, fantasea con poder conseguir sus pretensiones (una vida en USA como un americano de verdad) de la misma manera que lo hacía Paul Douglas, pero esta vez él amenazaría con tirarse desde el Coliseo. Genial. A partir de aquí, y con unos cuantos flashbacks, se nos mostrará la obessión que siempre persiguió a Nando y que se remontan a los días de la Gran Guerra. Aventuras y desventuras de un personaje inolvidable.
Pero la película tiene oculta en una feroz crítica aún vigente hoy en día: la idealización y la invasión de la cultura americana, en muchísimos aspectos peor que la nuestra, es objeto de la sátira, la mofa y la ironía de Nando quien solo con su arte es capaz de demostrar que donde se ponga un buen plato de pasta y una botella de vino que se quite lo demás, sobre todo si es mostaza con pan de molde. Artsitazo el romano y sin duda, uno de los coroneles inmortales de la comedia italiana.