Transe
Sinopsis de la película
Ésta es la historia de Sonia, una joven de veintitantos que decide abandonar amigos y familia en San Petersburgo (Rusia), sin mirar atrás. Una mujer que experimentará la ilusión de una nueva vida y el infierno de aquellos para los cuales parece que la vida no tiene nada que ofrecer. Haciendo su propio via crucis a lo largo de Europa a través de Alemania e Italia y terminando en la otra punta, Portugal, Sonia soporta toda la miseria y degradación que provoca el tráfico y la explotación de los más débiles. Ésta es la historia de otra Europa…
Detalles de la película
- Titulo Original: Transe
- Año: 2006
- Duración: 126
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Opinión de la crítica
6.5
84 valoraciones en total
No es extraño, que en el festival de Cannes de 2006, la mitad de la sala abandonase la proyección de esta película antes de su conclusión. Ni siquiera la directora (valiente y multipremiada) o la actriz (sobresaliente) estaban obligadas a pasar por el trance de crear o interpretar a su personaje. Lo hicieron porque posiblemente creyeron que no apartar la mirada es una buena forma de empezar a ver un problema, y que lo que nos diferencia de aquellas personas, protagonistas en la vida real, que sufren todo tipo de vejaciones, es que ellas no pueden elegir.
Realmente, la película es angustiosa, dura y sin concesiones, desagradable en algunos momentos, inquietante en los menos dramáticos e incómoda en todos los demás.
La propuesta va desnudando al personaje, y en su trayectoria vital por Europa van aflorando las miserias y alguno de los instintos más bajos que pretende ocultar su sociedad.
Próxima a la crudeza de C. Mungiu, a los ambientes semiinconscientes de D. Lynch y al deambular de G.Van Sant, se desmarca del primero por el uso continuo de la metáfora explícita, que la aleja del realismo y la mantiene levemente suspendida sobre un oscuro e inestable tono poético. La fotografía, el sonido ambiente y la música adquieren gran importancia en este propósito, dotando de mayor significado, tanto a las imágenes como al fuera de campo.
Del segundo, en una menor confusión, al marcar con más claridad el paso a las imágenes oníricas y la evolución de las mismas, que van del ensueño de evasión, a la pura alucinación.
Y de la precisión del autor de Paranoid Park, porque a pesar de contar la historia de forma lineal, se aprecia cierta falta de conexión en algunos momentos, al ejecutar los saltos temporales y mentales con mayor contundencia, quizás para descolocar al espectador y ponerlo en sintonía con el estado de confusión en que se encuentra la protagonista.
Todo ello dota al film de un estilo muy personal, donde la cámara acompaña a Sonia en su solitario (al resto de personajes ni siquiera se les puede llamar secundarios, son sólo pretextos y presencias fugaces) descenso al infierno y registra todo aquello que atraviesa o reflejan sus ojos, ya venga del exterior o del interior de su mente.
Al principio me pareció demasiado lenta por sus planos tan largos, estáticos y silenciosos, pero conforme la historia abre posibilidades (en algunos momentos muy inesperadas) este ritmo es el que permite involucrarse con la evolución psicológica del personaje y el mundo que la rodea que, a pesar de ser éste el que la condiciona incuestionablemente, pasa a un extraño lugar secundario, como si Sonia hubiese generado inmunidad ante la catástrofe, aunque no indiferencia.
Me gusta que muchas de las escenas se le presenten silenciosamente a Sonia como alusiones a la vida que ella había soñado antes de su partida pero de un modo tan tergiversado por la mano del azar que a ella sólo se le permite apreciar desde su mismo silencio y la amenazante versión de sus añoros.