Todo sobre mi desmadre
Sinopsis de la película
Aaron Greenberg, un empleado de una compañía discográfica, dispone de dos días para convencer a la estrella del rock Aldous Snow de que dé un concierto en Hollywood. Aldous es un músico brillante y un adicto al sexo. Hastiado de acumular dinero y de que nadie le lleve la contraria, intenta encontrarle un sentido a la vida. Cuando se entera de que su chica está en California, se muestra dispuesto a todo con tal de recuperarla. Cuando el concierto se acerca, Aaron se ve obligado a recorrer un campo de minas, poblado por camellos londinenses, barriobajeros neoyorquinos y bailarinas de Las Vegas, antes de entregar al cantante sano y salvo. Spin-off de la película Paso de ti (Forgetting Sarah Marshall), dirigida por el propio Nicholas Stoller en 2008.
Detalles de la película
- Titulo Original: Get Him to the Greek
- Año: 2010
- Duración: 109
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Opinión de la crítica
5.1
24 valoraciones en total
La peli se comporta como una campana de Gauss, empieza muy floja con una puesta en escena que no llega al espectador, va tomando cuerpo hacia la mitad y acaba desinflándose de nuevo al final.
Cuando la cosa se desmadra es cuando este producto consigue su objetivo, que sin duda es hacer reir. Me he reido, a ratos con ganas y eso es lo que me anima a darle un aprobado a la cinta.
Es en ese intervalo de desmadre argumental cuando la película me ha recordado a la simpática Resacón de en Las Vegas, curiosamente toda esta parte divertida también transcurre en Las Vegas…
En la parte negativa, diré que durante la mayoría de la historia lo gamberro se confunde con lo soez, lo vulgar y lo que es mas grave, los gags no divierten y suenan a rancio, a ya visto.
Vamos a suponer que la vida del famoseo se parece a lo que muestra esta cinta, de aquí se puede extraer un mensaje, una moraleja, por otro lado muy propio de los productos norteamericanos.
Para divertirte con esta película debes acudir a la sala con la intención de no juzgar lo que ves y disfrutar con lo absurdo.
Eso sí, considero que los dos actores protagonistas son unos superdotados para la comedia desenfadada.
Una más de tantas.
Algo sucede en la nueva comedia americana y ese algo no es bueno.
En apariencia Todo sobre mi desmadre apunta a un Zoolander de Resacón en las Vegas , por lo que fans de uno u otro filme (o ambos) podrían albergar falsas ilusiones. Es mejor que no lo hagan.
Todo sobre mi desmadre es lo de siempre: un simpático sketch del Saturday Night Live que se alarga hasta convertirse en una antipática película. Formulaica, poco inspirada e inoportunamente aleccionadora, la película de Stoller es otra historia sin interés ninguno que se sustenta apenas por un personaje más o menos carismático (el rockero Aldous Snow) y algunos gags bastante mediocres, por no decir que mil veces vistos.
El inicio es bueno, luego decae y decae hasta la mitad final que es una auténtica pesadez, qué manía tienen últimamente con meter reflexiones en las comedias idiotas: si la película es estúpida obviamente nadie va a tomarse en serie las lecciones de vida que pretenda dar, por favor, ahorrároslas que aburren, no aportan nada y aún encima no tienen utilidad práctica de ningún tipo.
Tengo que confesar que he perdido la cuenta de películas de este rollo que he visto ya y es posible que al final siempre acabe escribiendo lo mismo sobre ellas pero…¡son todas iguales!
De la mano de Russell Brand, uno de los grandes comediantes, actores y presentadores de Gran Bretaña, llega a la insufrible cartelera de verano, cual Aquapark a una pequeña población, Get him to the Greek, una cinta dispar, con desniveles, pero bajo control, que no se esfuerza en disimular una crítica subyugante hacia los ires, venires y devenires de la industria musical, el auge de los temas comerciales y la explotación de dóciles artistas como vulgares productos de mercado… con mucho humor y cariño, eso sí.
Como prueba de esto último, no hay más que prestar un poco de atención a cualquiera de las 15 canciones de Infant Sorrow (banda ficticia) que componen la banda sonora, mencionando, por ejemplo, la primera que aparece en el inicio, African Child, cuya letra y videoclip son para tirarse de los pelos, llegando a definirse en la propia película como lo peor que le ha pasado a África desde el Apartheid , que, por cierto, me gustaría puntualizar el error garrafal de los traductores al no incluir los subtítulos con la traducción de las canciones, ya que, en muchos casos, le ha restado el 80% de gracia. Mencionar también la agradabilísima sorpresa que han supuesto para mí las fugaces apariciones de caras tan conocidas como la de Kate Perry, Christina Aguilera, Pink, Puff Daddy (vivos ejemplos de música comercial)… y como no, Lars Ulrich, de Metallica, en calidad de novio de Jackie Q (Rose Byrne).
La cota de jocosidad es altísima, con algunas dificultades para desembocar en la carcajada, pero suficiente como para garantizar casi dos horas de sano entretenimiento. Comparto, por consiguiente, la opinión generalizada de la crítica de que supera las elucubraciones anteriores a su visionado, ya puedan tener el listón alto, o ir con las peores de las expectativas, que logrará embelesarle, ya no por la película en sí, sino por el gran protagonista de la historia, Aldous Snow (Russell Brand), que llena la pantalla con su singular comportamiento, con su forma de reír, con sus locuras, con sus bajonas de infeliz yonkarra… sin dejar atrás, de ningún modo, a Jonah Hill y su papel de pardillo con ambiciones, o a Sean Combs, el jefazo con más pelotas desde Denholm Reynholm (The IT Crowd).
Qué importa si es algo irregular, se sale del cine con la sensación de no haber malgastado el dinero y de haber pasado un buen rato en compañía de unos chiflados, cada vez menos desconocidos para nosotros.
¿Película con tufillo a Apatow? Allí estaré en una sala con poca gente un Martes noche acompañado de mis cuatro inseparables, después de comerme una Steakhouse y una Tendercrisp, preparado para romperme la caja, como en otras muchas ocasiones.
5 minutos de film y la cosa parece floja, sonrío por las excentricidades de Russell Brand, African Child es cojonuda pero no sé…20 minutos de film, y está claro que sí que lel guión lo ha escrito alguien con bastante criterio y cultura general pero no es el desmadre que yo me esperaba…incluso las típicas escenas musicales se me hacen pesadas…pero un momento, pasado el ecuador, hay una escena…en un hotel de Las Vegas que ¡La hostia!, un explosivo cóctel de drogas, un Jeffrey , P.Diddy y compañía nos brindan 10 minutos absolutamente salvajes, no puedo parar de reírme, si tuviera que juzgar el film por esto sería un 9 seguro, pero no es así. Todo vuelve a ser como al principio, ni fú ni fá…un cierto sabor a moraleja doctrinal después del desfase y poco más.
El juego que lleva Russell Brand con la lengua es brutal, Jonah Hill sigue igual de gordito incluso un poquito más e igual de simpático, la grata sorpresa sin duda es P.Diddy cosas como la escena que he mencionado antes y mira como me como mi cabeza pasa de ser un simple cameo a ser un grande dentro del film que, a pesar de las irregularidades, me ha dejado con una sonrisa en el cara.
Todo sobre mi desmadre es lo que los entendidos llaman un ‘spin off’ o sea cuando un subconjunto de personajes de una serie o película es considerado suficientemente potente como para tener su serie o película propia. En este caso, la película origen es Forgetting Sarah Marshall y el elemento considerado digno de emancipación es el personaje de la estrella del rock Aldus Snow (interpretado por el efímero Russell Brand) que, si recordáis, era la nueva pareja de la ex del protagonista Jason Segel (a la que precisamente quería olvidar). Hay que reconocer que en esa película Snow brillaba con luz propia y fue un importante activo para la película que aprovechaba bien los cuatro o cinco sketches que le pusieron delante.
Como suele pasar en estos casos, surge la duda de si el spin off obedece a un auténtico potencial del material emancipado o más bien se trata de hacer lo posible con las sobras ante la imposibilidad de hacer una segunda parte en condiciones. Si la respuesta no es claramente la primera opción entonces la película nace lastrada desde los orígenes… y este es nuestro caso porque, a la vista del resultado final, tenemos una combinación de los dos factores: por un lado Russell Brand tiene energía propia pero por otro está claro que si los pilares de la película origen, Jason Segel y Mila Kunis, no hubiesen adquirido demasiado caché como para rebajarse a más de lo mismo, tendríamos una segunda parte de Forgetting…
Así las cosas, Todo sobre mi desmadre resulta una secuela mediocre (y lo que es peor, aburrida) que dura lo que se aguanta Aldus Snow, gracioso en pequeñas dosis, pero un empacho en el largo plazo, una mezcla de Johnny Deep desganado y Adam Sandler contenido que no resulta un personaje sostenible ni siquiera con el apoyo de un Jonah Hill fuera lugar, quizá definitivamente quemado en papeles de colega gordico de buen corazón y susceptible de humillaciones. Lo mejor sin duda de toda la película es una secuencia de introducción que liga este desmadre con la obra original, chispeante, clara, rápida, inteligente, con unas parodias buenísimas… a partir de la cual comienza una decadencia constante sin tener claro dónde iremos a parar. El presunto desmadre vive en la indefinición de si quiere ser una peli seria, no seria, una buddy movie, una comedia ligera, una comedia gamberra, … y ante la duda toma constantemente las decisiones equivocadas: se queda corta y fría como comedia y se pasa de grosera para ir de seria, por momentos se pasa de irreverente pero siempre recula en el momento de tomar el camino definitivo hacia la transgresión.
Decepcionante y aburrida. El juego de palabras de la traducción, aún la hace más penosa.